Adaptarse a la manada, fue algo sencillo para Seungmin. Desde que su madre le dijo que su abuela necesitaba compañía no dudo en ofrecerse el mismo. La abuela Kim había sido un gran soporte en su vida ante la ausencia de su padre, por ello no dudo en hacer sus maletas y tomar un vuelo a Corea.Con los pocos recuerdos que le quedaban del lugar que visitaba de pequeño, le tomó casi un día recorrer gran parte del bosque hasta dar con la manada. Observo con detalle como las cabañas se encontraban en mejores condiciones, cuánto se había expandido la zona y los nuevos establecimientos como lo era la Iglesia y lo que parecía una escuela; sin mencionar las construcciones que estaban en proceso.
El cambio quedó solo ahí, pues al estar frente a la casa de su abuela se dio cuenta que seguía tal como la recordaba. La puerta se abrió, dando paso a una Alfa que abrió sus brazos cuando sus ojos se encontraron.
Los días pasaron, y se convirtieron en meses. Gracias a la ayuda de su abuela, pudo encontrar un trabajo en la nueva casa hogar que recién se inauguraba, ofreciendo un mejor futuro a los niños que perdían a sus padres durante el parto o en exploraciones territoriales que se hacían cada mes.
A pesar de solo ser 5 niños, los dos que eran mayores, de tres y dos años de edad, eran muy apegados a él. El olor a vainilla del Omega, había cautivado a varios dentro de la manada, pero gracias a los pequeños podía rechazar las invitaciones que recibía.
Tres meses habían pasado desde su llegada y ahora era uno más de la manada. Su rutina consistía en trabajar la mayor parte del día, volver a casa para hornear galletas con su abuela, darse una ducha y dormir para repetir lo mismo al día siguiente. Eso fue hasta que conoció a Lee Minho.
Para él ya no era novedad encontrarse al chico cada cierto tiempo del día en su trabajo. Desde que se toparon frente al lugar, no perdieron el contacto y en unas horas decidieron volverse amigos; cosa que siempre cuestionaba si estaba bien o mal, al escuchar las quejas que tenía sobre el Omega que no le daba su atención.
–Minho, te lo repetí veinte veces este día. Dile lo que sientes.
Por la mañana, Seungmin, al salir de la casa de su abuela se encontró con el rostro del chico; algo que parecía convertirse en su nueva rutina.
–Te lo dije yo también, Changbin es muy empalagoso. –se quejo cruzándose de brazos. –Se la pasa todo el día junto a él que apenas y puedo verlo a la hora de comer.
–Eso es porque tu mismo dejas que pase. Si lo desearas, ahora mismo estarías consolandolo por el tema del Líder, pero en su lugar vienes a molestarme como si no tuviera nada que hacer.
–Sólo cuidas niños, Seung. Ni siquiera están despiertos a esta hora.
Los dos se quedaron parados frente a la puerta del establecimiento, Minho con su humor matutino de siempre, y Seungmin tratando de controlar sus ganas de jalarle la oreja por ser tan idiota.
–Exacto, tu tampoco deberías estarlo. Minho, sé que no has estado durmiendo bien estos días, tienes unas ojeras enormes. Sabes que tu cuerpo necesita un descanso.
–Lo sé, es solo que tengo que estar con mi padre en todo momento por si sucede algo con el Alfa y el tema de Jisung hace que me duela la cabeza de tanto pensar en como hacer las cosas funcionar. –explicó Minho poniendo un puchero.
–Que eso no te quite el sueño, ve a casa y trata de dormir un poco, recuerda que para hoy tienen que terminar la nueva cabaña y tu te ofreciste de voluntario. –Seungmin le dio unas palmadas en la espalda al chico para después entrar a la casa hogar.
Escucho como el chico a sus espaldas soltaba gruñidos y trato de reprimir su risa. Pocas veces había tenido la oportunidad de toparse con Bang Jisung, el hijo del Líder de la manada, y estaba totalmente seguro que el y Minho estarían juntos en unos meses.
El sol se estaba metiendo, dejando ver un hermoso atardecer para las tres personas que se encontraban observándolo.
–Minnie, ¿tendremos galletas hoy? –preguntó el pequeño cachorro sentado al lado de Seungmin.
–Les di galletas ayer y el martes, recuerden que solo dos veces a la semana.
–Quelo, quelo. – respondió el cachorro que estaba en sus brazos.
–¿Podemos ver abuela Kim?
–Debo preguntarle a Hyuna.
Dicho eso, se levantó de la banca y se encaminó dentro de la casa. Hyuna, junto con Jihyo, eran las que se encargaban de los cachorros que apenas tenían meses de nacidos, mientras que él ayudaba a cuidar a los mayores.
Hace dos meses, le pidió permiso a las chicas para sacar ciertos días a los cachorros y llevarles a su casa por galletas, las cuales encantadas aceptaron. Algunos días contaba con la ayuda del Alfa de Hyuna, y unos pocos, como este, tenía que ir solo.
Luego de escuchar la afirmación de las chicas, salió con los pequeños de la mano. En especial hoy, que iban a terminar de construir la nueva cabaña para los nuevos niños que llegarían en unos días, y todos los materiales estaban regados por el camino.
–Minnie, ¡mira!
–Innie, no. –Seungmin trato de tomar su mano de nuevo, pero el cachorro salió corriendo.
El chico asustado, tomó a San en sus brazos y salió detrás del otro, el cual iba directo hacía donde estaba una pila de tablas de madera.
–¡Hey, sube más esas tablas! –escucho decir a uno de los betas.
–Eso intento, dame más cuerda.
–¡Dawn, no sueltes las tablas! –Seungmin, que reconoció al Alfa de Hyuna no dudo en gritarle. –¡Dawn!
–¿Quién...? ¿Seungmin? –cuando observo al chico correr hacia donde estaba él, se descuidó un poco y la cuerda en sus manos resbaló. –Mierda, ¡cuidado!
–¡Jeongin!
–¡Seungmin!
Hubo un error cuando publique los capítulos, les pido una disculpa. Espero que ya estén acomodados.
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Reasons for Falling in Love | CHANMIN
Hombres LoboBang Chan tiene que regresar a Corea del Sur para hacerse cargo de la manada Bang debido a que su padre se encuentra enfermo. Ansioso por reencontrarse con su familia, regresa para resolver los problemas que amenazan a esta. Las cosas parecen peor d...