Capítulo nueve

349 61 3
                                    

Una vez más el silencio reinaba el lugar, sino fuera por la presencia del Señor Lee entrando en el comedor.

–Oh, veo que decidieron esperarme chicos –tomó asiento con una sonrisa que Chan le correspondió al instante.

–Tenía pensado discutir los últimos detalles para la búsqueda, además de la organización para el nombramiento del nuevo Alfa. Creo que no hace falta decir que elegiré a Minho como mi segundo, ¿verdad? –el mencionado asintió con una sonrisa.

Los Omegas decidieron comer en silencio mientras escuchaban a los tres hablar sobre trabajo. Jisung sentía una incomodidad en su pecho desde ayer, pero no se atrevía a interrumpirlos hasta que Minho llamó su atención.

–De cierto modo lo esperaba, así que tomé el atrevimiento de planear un tour para ti. Han cambiado varias cosas en la manada y será bueno que las nuevas personas te conozcan antes de la ceremonia –miró al chico que estaba a su lado de reojo. –La mayoría piensa que Jisung es el único hijo de los Bang.

–Supongo que eso será un problema al principio.

–Y-yo... –la atención de todos fue dirigida al peliazul que miraba su plato como lo más interesante del lugar. –Yo quisiera entender, ¿por qué no puedo reconocerte? –tímido alzó la cabeza y poso su mirada en el Alfa frente a él.

–Jisung, tus padres tal vez no lo mencionaron en su momento pero Chan es tu hermano mayor –interrumpió el Señor Lee. –Cuando llegaste, él apenas se había ido de la manada por eso no pudiste verlo hasta ahora. Pido perdón, pero no me correspondía a mi contártelo. Si el Alfa no lo comentó, fue únicamente su decisión.

–Así que seguiría sin enterarme, ¿no? –Lee asintió.

–Sé que es difícil de entender, Jisung. Tampoco esperaba llegar y ver que tengo un hermano luego de irme por algunos años, incluso acuse a mi padre de tener un amorío.

–Si serás imbécil, Bang –regañó Felix dejando un golpe en su nuca.

–¿Por qué me pegas? –miró confundido al chico.

–¿Cómo vas a ser tan insensible de decirle eso a tu padre?

–Pensé que Jisung era dos años menor, no me juzgues, no soy adivino –se quejó cruzando sus brazos.

–Aún así primero debes pensar antes de abrir tu bocota.

–Tsk. En fin, a lo que quiero llegar es que quiero conocerte, Jisung –el peliazul lo miró sorprendido. –Somos familia y lastimosamente en poco tiempo sólo seremos tu y yo, por lo que me gustaría llevarme bien contigo y tener alguien en quien confiar. Claro, sólo si tu aceptas, de lo contrario te daré tu espacio.

–¿No me echarás?

–¿Qué tonterías dices, Sung? –Minho le miró enojado.

–Quiero decir, si tú estás aquí no es necesario que siga viviendo contigo, no compartimos la misma sangre y sólo estuve aquí por padr... por el Alfa.

–Eres mi hermano. No me importa quién lo afirme o lo niegue, mientras tu me des una oportunidad estaré feliz. Si decides tomar tu propio camino eres libre de hacerlo, no voy a detenerte.

–¿Puedo pensarlo? –preguntó en voz baja. Todo este asunto le estaba dejando cada vez más confundido, ¿Por qué ese Alfa quería tenerle cerca? ¿Acaso fue su padre quién se lo pidió?

–Por supuesto, esperaré lo que sea necesario.

–Gracias –el Omega se levantó despacio. –Yo iré a llevarle el desayuno al Alfa, permiso.

Apresurado, tomó una pequeña bandeja con trozos de fruta, algunos panqueques y jugo natural para luego salir del comedor. Quería sacar las dudas de su cabeza y sólo su padre podría responderlas todas.

–Felix, quiero que te acerques a él. Sé que dije que te enviaría a Australia pronto, pero por favor –Chan miró a su amigo. –No lo dejes solo, en especial cuando mi padre se vaya.

–Sabes que tendré que irme tarde o temprano, ¿no? –asintió.

–Puedes pedirle que te enseñe el lugar. Yo estaré ocupado al igual que Minho, lo que significa que se pondrá triste si no está su Alfa cerca.

Minho abrió sus ojos sorprendido y miró a su padre que tenía la misma expresión. No le había contado a su padre de sus sentimientos y estaba seguro de que nunca lo haría sino fuera por la imprudencia de Bang.

–Te dije que Jisung no es mi Omega –gruñó.

–¿No lo es? –cuestiono el Omega, estaba seguro de la tensión que había entre ellos.

–¡Ja!, ¿lo vez? Hasta Felix piensa lo mismo, algo se traen ustedes dos.

–Eso no es cierto. Será mejor que termines tu desayuno –se levantó con el rostro serio dejando su comida sin terminar. –Te espero afuera para comenzar el recorrido.

Sin esperar respuesta, salió de la casa dando un portazo asustando al Omega que bajaba por las escaleras.

–¿Alguien sabe porque Minho salió enojado? –preguntó una vez estuvo frente el comedor.

–Jisung, ¿tu quieres a mi hijo?

La pregunta del Señor Lee lo dejó paralizado, el calor empezó a subir por su cuerpo y se acumuló en sus mejillas, al mismo tiempo que los latidos de su corazón aumentaban y su aroma se volvía más dulce. Chan soltó una pequeña risa nerviosa al entender que tal vez había metido la pata. Felix siempre tenía razón, debía pensar en sus palabras antes de abrir la boca.

–Ah, y-yo –su cuerpo empezó a temblar cuando la miraba oscura del mayor se poso en él. –Cla-claro que quiero a Minhonnie, ¿por qué lo pregunta, Señ-... Alfa?

–Curiosidad. Estaré en la habitación del Alfa por si necesitan algo.

Dicho eso, se levantó y salió sin decir una palabra más. El peliazul soltó el aire que estaba reteniendo y miró a los únicos que quedaban sentados.

–Minho me espera, nos vemos luego.

Cuando los omegas quedaron solos, Felix le dio una sonrisa tímida.

–Jisung, ¿pueda pasar el día contigo?

Los ojos del Omega se iluminaron y asintió rápidamente, tomándolo de la mano lo jalo hasta ponerlo de pie y lo guió hasta su habitación entre pequeñas risas. Tal vez Felix considere quedarse un poco más de tiempo.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Reasons for Falling in Love | CHANMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora