¿Qué pasará si descubres que esa persona que tanto quieres está apunto de casarse?
Dicen por ahí que uno siempre vuelve al lugar que lo hizo feliz.
Yo volví, volví para ver mi lugar feliz casarse...
*
*Historia no corregida*
-Historia cuenta como mu...
Después de dejar a Jisoo junto a su madre conducí hasta llegar a la casa de Taehyung, Seokjin no contestaba mis llamadas por lo que supuse él no vendría con nosotros y Hoseok últimamente no tiene tiempo para nosotros.
Entro a la casa con la llave que anteriormente me había dado Tae, y camino por el pasillo pasando la sala, hasta llegar al comedor donde Taehyung se encontraba platicando junto con Jeon.
—¡Hyung! — saluda con una enorme sonrisa en su rostro. — Jin-Hyung dijo que tenía un compromiso, pero prometió que si terminaba antes estaría aquí.— explicó mientras se levantaba de su lugar para poder pasar hasta la cocina.
—Lo supuse cuando no me contestaba.
—Hola hyung.— saluda el castaño, poniéndose de pie.
—Hola.
—Supongo que tendrás hambre, prepare algo de comer para ti Hyung. — decía mientras calentaba lo que había cocinado.— Kookie, ¿puedes pasarme el topper azul del refrigerador.
—Sip.
Observó a ambos chicos moverse por el lugar preparando la comida, Taehyung sonreía mientras miraba como Jeon trataba de calentar la comida en el microondas, pareciera que tenía miedo si quiera de tocarlo, por lo que rápidamente fue hasta él y lo alejó, presionó un botón y el aparato se ilumino, Jeon abrió mucho los ojos y Taehyung únicamente río, murmuró algo que no logre entender y pronto el menor se sonrojó bajando la mirada, sumergidos en su mundo ambos comenzaron a reír y jugar.
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Jimin parece feliz con la comida que he preparado, últimamente se ha saltado algunas comidas por el trabajo y no me gustaba eso.
—¿Te gusto la comida? — pregunto levantando los tazones para lavarlos.
—¡Si! — ayudó a levantar lo que faltaba.
Ambos regresamos a la cocina, mientras yo lavaba el secaba y acomodaba, una vez todo limpio ambos nos dirigimos a la sala para poder ver "Quiero robarme a la novia" Jimin amaba esa película, y yo no podía negarme a verla, podrían pasar mil años y seguiría siendo su película favorita, así como pasarían mil años y yo seguiría viéndola solo por verlo feliz.
—¿Te imaginas? — murmuro viendo la pantalla.— alguien llevando cuentas anales por la calle pensando que es el último grito de la moda, sin saber qué son realmente.— ambos comenzamos a reír muy fuerte.
—La abuelita se mira muy feliz.— dice viendo cómo la abuela de la novia trae unas cuencas anales brillantes en el cuello.— y cuando le pregunta el padre que qué es lo que trae puesto, ¡no puedo creerlo! — se burla.— que pena.
Las escenas pasan, y vemos como el personaje principal lucha contra sus principios impuestos por él mismo para ser alguien mejor y más maduro, hasta que llega la parte donde acompaña a su mejor amiga a comprar lencería e inmediatamente una pregunta me llega a la cabeza.
