Al despertar lo primero que hago es darle de comer a Chimmy, y acomodar su arena, había cambiado algunas cosas en el apartamento para que tuviera el espacio suficiente, era un minino muy adorable y cariñoso, muy de lo contrario de lo que dicen acerca de ellos.
Para la tarde tomo mi caja de colores y una de mis libretas de pasta dura todo perfectamente ordenado dentro de mi maletín, tenía ganas de dibujar un poco, así que decidí ir hasta mi rincón favorito. En cuanto llego miro a la señora Choi regar las plantas que se encuentran fuera de su local.—¡Jimin! — saluda alzando su mano libre.
—Buenas tardes señora Choi, ¿Como está el día de hoy?
—Muy bien, el día ha estado tranquilo.
—Me alego, ¿Y Soobin?
—Está dentro, terminando la tarea. Pasa, en un momento los acompaño.— anima moviendo su mano para que entrara al lugar.
El señor Choi se encuentra como de costumbre al otro lado de la barra preparando algunas bebidas, y Soobin sentado en uno de los taburetes altos.
—Hola pulga.— digo tocando su cabeza.
—¡Señor Park! — deja de lado su libreta y me mira con una enorme sonrisa.— ¿Vino a pintar hoy también?
—¿Pintar? — ladeó mi cabeza confundido.
—Hola Jimin, ¿Café? — pregunta su padre.
—Por favor.
—¡Si! Ya sabe, cuando saca su libreta y colores, ¿puedo pintar con usted hoy? — sus ojos de borrego me atacan, suelto una pequeña risa y acaricio su mejilla.
—Claro que si, adivina quien viene hoy... — murmuro como si le estuviera contando mi mayor secreto.
—¡Kai!
—Sip, estará aquí en un rato más, cuando salga del trabajo— de mi maletín saco una libreta y lápices, y con la mano libre tomo el café que el señor Choi me preparo.— estaré en la parte de atrás.— le aviso caminando por el costado de la barra hasta llegar a una puerta doble que se encuentra abierta dando paso al jardín de la señora Choi donde también tenía alrededor de 6 mesas más.
El lugar era grande, desde afuera pareciera que es una simple esquina más, con escasos asientos dentro de el, pero al entrar su enorme barra podría ser ocupada por alrededor de 9 personas y contando las mesas dentro que eran 5 cada una con cuatro sillas, daba un total de 29 comensales para atender en la parte de adentro, en dado caso se ocupará todo, y en la parte de afuera, podrían caber hasta 30 personas más, gracias a que las mesas que se encontraban en las orillas, ya que algunas tenían sillones largos, amaba este lugar.
Era martes por la tarde, el lugar se encontraba vacío en la parte de afuera, pero por dentro las mesas estaban llenas, por eso mismo Soobin se encontraba en la barra haciendo su tarea de lo contrario ocuparía una de ellas.
Me concentro en los bocetos que estoy haciendo en estos días para comenzar a trabajar en ellos apenas vuelva al taller, a lo lejos escucho como la señora Choi regaña a Soobin por alguna cosa que habrá hecho y segundos después aparece en mi campo de vista.
—Jimin.— dice tomando asiento frente a mi.— ¿Tienes hambre?
—La verdad es que no...— digo bajando mi libreta para poder verla.
—Te veo más... — una mueca en mi rostro se forma.— espero que no te estés mal pasando.— me apunta con su dedo.
—Me he sentido enfermo estos días, es todo.
—Iré a preparar algo de comer para ti.— se levanta y pasa una mano por mi frente y mejillas.— no tienes temperatura, pero... — toma mi rostro entre sus manos.— luces más pálido de lo normal, y tienes unas enormes ojeras.— la señora Choi era siempre muy sincera ante lo que decía.

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Vuelve A Mi || YM
Fiksi Remaja¿Qué pasará si descubres que esa persona que tanto quieres está apunto de casarse? Dicen por ahí que uno siempre vuelve al lugar que lo hizo feliz. Yo volví, volví para ver mi lugar feliz casarse... * *Historia no corregida* -Historia cuenta como mu...