El chico que siempre me mira. "Eso"

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Noviembre
Me siento cansada y con la mente algo nublada pero es el sonido de un pitido constante el que me molesta, se que no es mi alarma de móvil pero tengo que levanta me para apagar lo. Hago un gran esfuerzo por abrir los ojos porque me pesan mucho, demasiado. Consigo medio abrir los para ver que todo está muy blanco y huele a limpio, una de dos o estoy muerta o estoy en un hospital. Abro del todo los ojos y suspiro aliviada, estoy en un hospital; el pitido que escuchaba era el ritmo de mi corazón ahora agradezco el no haber lo apagado, me incorporo un poco, al hacer lo despierto a mi madre que dormía a mi lado en un sillón para los acompañantes.
- Ochako! Estás despierta! Gracias a dios!- me dice abrazando me fuerte mientras se le salen algunas lágrimas.
- Lo siento.- me disculpo aunque realmente no se bien que me ha pasado o porque estoy aquí en el hospital. Pero seguro que la he hecho preocupar a ella y a papa.- Que hago aquí, que ha pasado?- le pregunto una vez la alejo de mi para que me deje respirar.
- Avisaré a la enfermera.- me dice levantando se y apretando el botón rojo de asistencia. No me pasa desapercibido que no me ha contestado a la pregunta.
- Mamá que ha pasado?- le digo con la voz más dura y algo asustada. Creo notar los nervios en todas las partes de mi cuerpo por lo que me parece que sigo entera. Por la puerta aparece la enfermera y Ryuukosan. ¿¿RYUUOSAN??
- Hanakosan, no se preocupe ya se lo explico yo, usted vaya a descansar. Y avisar a los demás.- le dice amablemente a mi madre parece que se conocen. Y por la mirada dura de Ryuukosan creo que me he metido en un buen lío. Mi madre se inclina ante la heroína, me da un beso en la frente y sale por la puerta.
Ryukosan me interroga sobre lo que recuerdo y lo que no de la última misión. Recuerdo el bar, como nos transportaron al puerto y mi intento de salvar a las otras mujeres y la pelea. Pero ya no recuerdo nada más. Cuando le acabo de explicar, ella me golpea la cabeza y me empieza a reñir de mala manera por mi imprudencia. Al final de su discurso me abraza y me hace prometer que la próxima vez no sea tan temeraria. Eso me alegra porque quiere decir que no me ha despedido, también se disculpa por haber me puesto en peligro. Y me cuenta lo que paso. Me cuenta lo que hacían esos hombres con las mujeres y que gracias a mi están bien. También me cuenta que yo me salve de milagro gracias a Katsuki y Deku que aparecieron por allí. También me dice que no he parado de recibir agradecimientos y nuevas misiones. Me quedo con la boca abierta y sorprendida de todo lo que me cuenta. Vaya.... Así que volví a ser una niña pequeña de 4 años.... Y no sabían si volvería a mi estado original o no debido al quirk de ese hombre y la droga que me administraron. Miro mi cuerpo y me lo abrazo con fuerza, no sabía que algún día echaría de menos mi gran y redondo cuerpo de mujer. Por eso mi madre estaba tan asustada. Mientras hablábamos la enfermera me ha estado chequeando para comprobar que todo estuviera en orden.
- Debo irme, tu descansa hasta final de semana, después te volverás a incorporar a tu trabajo.- me dice mientras se levanta de la silla para marchar.
- Eso haré, muchas gracias por todo y lo siento mucho.- le digo inclinando me como puedo porque tengo todavía un montón de cables que me envuelven.
- Ah! Se me olvidaba!- dice girando se en la entrada para quedar se en el marco de la puerto.- Deberías hablar con tu novio, estaba muy preocupado por ti.
- ¿Mi novio?- pregunto gritando mientras mis mofletes se colorean de un rojo muy intenso.
- Sí, Dynamight. Él se encargó de cuidarte, te trajo aquí al hospital y me llamo. Hasta hace unas horas no se marchó de tu lado. Le llamaron para una misión, se le veía muy enfadado. Cuida le, de acuerdo!- me dice mientras se va por la puerta.
- Pe-pe-pero... Katsuki no es.... Él no.... Él...No somos..."eso"- no puedo ni decir la palabra, solo pensar la me hace arder la cara. El cardiograma empieza a pitar más descontrolado y entra la enfermera a revisar que es lo que me tiene tan alterada.
- Parece alterada se encuentra bien, señorita Uraraka?- me pregunta amablemente la enfermera.
- Es-estoy bien.- le digo aún muy alterada y colorada. Pero parece que ella no me cree.
- Le pondré un poco más de suero y algo para dormir unas horas más.- me dice no muy convencida por mi insegura respuesta.
- Gracias...- le digo y me vuelvo a estirar en la cama de espaldas a la enfermera. La dejo hacer y enseguida noto como mis ojos se cierran y vuelven a caer en un profundo sueño.

El chico que siempre me miraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora