El chico que siempre me mira. Dos promesas

144 17 12
                                    

Enero

(Ochako)
- Ochako...- me dice Deku con mirada preocupada por mi.
- Estoy bien.- le digo decidida mirándole. - Puedo aguantar. Hazlo Deku, confío en ti.
- Esta bien, iré rápido.- me dice con su mirada verde esperanza.

Y así lo hace, tan rápido como es con su poder heredado de All Might pasa a través del edificio entero que estoy elevado. Así que solo me concentro en aguantar, me centro en cada piedra que esta elevándose, me recuerdo que hay gente que depende de mi,... Centrar me en mi dolor físico es más agradable y llevadero. Y eso es lo que hago. Forzar me para que a mi cabeza no le de tiempo de recordar. Esta es la medicina que tanto he estado esperando estar alejada y con la mente ocupada. Por otro lado estar con Deku es...extraño pero a la vez agradable. Aunque debo decir que en un principio me sorprendió.

Flashback
- Te necesito!
- EEeeehh!!- grito colorada y algo sorprendida por su confesión.- Que, ah, esto...- no se ni lo que balbuceo o le intento decir. No es de los mejores momentos para pillar me con la mente despierta.
- UUAA! No, esto! Para una misión. Ha habido un terremoto en el norte, debemos salir de inmediato.
- ESTA BIEN CUENTA CONMIGO!!- le digo seria, entro en casa y aviso a mis padres.- Mamá, papá, debo irme.- sin pensar lo me voy con Deku en su coche y él nos lleva a un helipuerto y de allí al lugar del terremoto, por el camino Deku me ha puesto al corriente de la misión y mi agencia también me ha dado su permiso y una advertencia de no sobre pasar me.

Fin del flashback

Estoy concentrada hasta que un sonido débil me distrae. Viene de cerca. Miro a mi alrededor para saber de donde viene ese sonido, pero no se de dónde es.
- Ochako, ya está, no queda nadie más.- me dice Deku sacando me de mis pensamientos. Su voz es un alivio. Lleva a dos personas en su espalda algo mal heridas.
- Liberar!- digo juntando mis dedos. Y cuando dejo caer todo el peso del edificio no es lo único que cae, yo también me inclino para que caiga lo poco que me quedaba en el estómago.
- Estás bien?- me pregunta preocupado acercándose y evaluando si puede cargar conmigo también.
- Estoy bien. Puedo seguir.- contesto hirguiendo me.
- Ochako no deberías forzarte, estás... - pero eso no es lo que yo quería escuchar, ya se como estoy: rota, destrozada de cuerpo y mente y agotada, pero no es eso lo que yo necesito escuchar ahora mismo.
- Deku! Debes atender a los heridos. Yo me quedaré por aquí para acabar de revisar la zona. PUEDO SEGUIR CON O SIN TU AYUDA, ASÍ QUE TU ELIGES DEKU.- le amenazo seriamente con la voz y la mirada, ahora mismo podría sacar chispas de mis manos, como él.
- Volveré pronto.- dice con ojos serios mientras activa su poder para poder llevar a los heridos a la zona de refugio. Yo le aguanto la mirada hasta que lo veo desaparecer. Y entonces me derrumbo cansada, agotada de toda esta presión sobre mis hombros. Y lloro por todo, por mi cansancio físico, emocional, por culpa de Deku, por mi culpa, porque quiero llorar lo que todavía no he soltado,...

"NO VAS A LOGRAR UNA JODIDA MIERDA COMO SIGAS LLORANDO. ASÍ QUE LEVÁNTATE DE UNA MALDITA VEZ"

Y al instante mi cuerpo reacciona dejando de llorar. Me seco las lágrimas con la manga de mi traje y me levanto algo tambaleante pero me levanto. Esas palabras...

Vuelvo a escuchar ese llanto y ahora no lo pienso, me voy hacia esa voz que necesita ayuda, que necesita a una heroína.
Esta vez aparto las piedras más grandes con mis adoloridos brazos, procurando que las piedras no hagan más destrozos.
Al apartar unas piedras oigo el sonido más nítido. Sigo moviendo la runa tan deprisa como me lo permiten mis brazos y el terreno. Pero eso no ayuda mucho así que reuniendo las últimas fuerzas voy tocando piedras y las aparto, cuando tengo unas cuantas libero mi poder. Por fin veo de quien es ese llanto al apartar unas runas de más.
- Ya está, ya estás a salvo.- le digo al cachorro cogiendo lo entre mis brazos, pero el perro se sacude y me muerde el brazo, por lo que lo suelto enseguida.
- Auu!- digo quejando me, y mirando mal al perro desagradecido. El perro me ignora y sigue intentando escarbar aún teniendo la pata rota. - Hay alguien ahí?- le pregunto al perro aunque no se si me entiende. Él solo me ladra pero creo que eso es una afirmación. Evaluó la situación y no me gusta porque la estructura está muy frágil y quebradiza, tanto o más que yo. Siento los brazos pesados como si toda la gravedad estuviera en ellos, mi poder ya está muy resentido y poco colaborativo siento que en cualquier momento podría quedar me sin el. Al igual que siento palpitar mi cabeza y las quejas de mi estómago por los constantes vómitos.

El chico que siempre me miraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora