El chico que siempre me mira. Egoísta

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Diciembre

Llegamos a su apartamento en una especie de borrón en mi mente, todavía estoy extasiada por ese frenesí que tienen sus labios. Una vez Katsuki cierra la puerta su impaciencia por tener me se apoderan de él. Dejamos nuestras  chaquetas y zapatos tirados por el suelo mientras nuestras manos inquietas buscan el calor en el cuerpo ajeno y nuestros ansiosos labios se devoran mutuamente. Mis jadeos y sus gruñidos se oyen cuando nuestras bocas no están juntas. Él tampoco pierde el tiempo, está tan desesperado como yo, por probar la piel ajena, recorriendo mi espalda medio desnuda mientras encuentra rápido la cremallera de mi vestido en un lateral y lentamente la va bajando. El vestido cae por su propia gravedad y para su sorpresa mis pechos estan sin sujetador. Él vuelve a mi y tal como me mira me siento más desnuda y avergonzada, intento tapar me el pecho pero él me sujeta las manos y me lo prohibe mientras me empuja hacia la pared contraria.
- No lo hagas cara de ángel. Estás jodidamente hermosa.- me dice con su voz rasposa y sexy.
No me da tiempo de decir ni protestar ni nada que su cuerpo me aplasta contra la pared mientras entrelaza nuestros dedos. Sus besos y su lengua no me dejan decir le nada. Por lo que lo dejo estar y me pierdo en su boca. Él suelta el agarre de mis manos y pasa sus dedos suavemente por mis brazos hasta llegar a mis pechos para juegar con ellos.
- aAahhah!!- gimo de placer al sentir su lengua en uno de mis pezones. Él está siendo muy ciudadoso y delicado.
Mis manos no se quedan quietas mientras voy desabrochando como puedo los pequeños botones de su camisa, después de varios intentos decido dejar lo estar y apostar por la fuerza bruta rompiendo los últimos botones de su camisa para quitarle esa horrible prenda, oigo la risa de Katsuki en mi cuello para luego susurrar me en el oído.
- En verdad nunca has sida muy delicada...- me dice burlón mientras luego me muerde el lóbulo de la oreja. Molesta le muerdo su duro pezón algo en él me molesta mucho. Le oigo jadear.
- Tu mejor que nadie sabe que no soy débil...- le digo separando me de él eso le molesta pero quiero ver lo a los ojos aunque haya poca luz .- NO TE CONTENGAS CONMIGO Y VEN A POR TODO KATSUKI!!- le grito molesta mirando lo desafiante. Le veo abrir los ojos sorprendido para luego dar me su mejor sonrisa torcida. Mi preferida, aunque esta es mil veces más pícara, diabólica e irresistible. Me hace encender y consumir me como una cerilla.
En un momento ya estoy contra otra pared mientras que él me levanta con sus brazos y yo me cuelgo de su cintura. Sus besos y su lengua ahora son más exigentes conmigo y yo no me quedo atrás. Le devuelvo todo lo que me da y más, mientras él me lleva de camino a la cama se come mis pechos al compás de mis jadeos.
- aahahah joder Katsuki.
Me tumba en la cama y no se detiene, sigue deleitando se con mis pechos pero ahora con sus grandes manos para mover los en circulos. Juega con mis pezones me los pinza, los chupa y me los sopla. Me lame y me deja un rastro de saliva en mis pechos y mi cuello para luego limpiar todo con esa misma lengua. Yo ya siento la humedad salir de mi cuerpo pero esto no va a quedar así no pienso dejar que solo él juegue conmigo como le parezca. Así que a la que puedo soy yo la que lo gira y empieza a domar a la béstia. Me subo encima suyo a horcajadas mientras detengo sus manos con las mias. Le veo su cara de molesto por interrumpir su sesión de tortura. Ahora soy yo quien sonríe divertida mientras muevo mis caderas donde está su zona baja notando el gran bulto en sus pantalones y oigo sus largos gruñidos de placer. Me excita oír lo gruñir y más sabiendo que es por mi culpa, que soy yo quien lo provoca así, eso me empodera. Así que lo vuelvo a hacer, ya solo sentir lo por encima de sus pantalones me hace estremecer de placer haciendo me morder el labio inferior. Quiero más. Necesito todo de él.
- Parece que hay alguien ansioso por salir.... - le digo soltando el agarre de sus manos, le quito los pantalones y los boxers, apareciendo ante mi su gran pene erecto. Me vuelvo a morder el labio deseosa de ese enorme placer. Así que pongo mi mano encima y empiezo el movimiento de sube y baja lentamente, pero no me quedo solo ahí, mientras le masturbo le beso, le acaricio sus bien definidos abdominales, le muerdo el cuello y le torturo como yo quiero. Le oigo jadear al tiempo que su resistencia y paciencia es mínima por lo que pronto se incorpora para poder tener me tambien bajo su poder. Mi posición dominante dura unos pocos segundos y ya vuelvo a estar bajo su poder. Se deshace de mis bragas como quien se deshace de un pañuelo sucio. Y sin miramientos, ni preguntas, ni consideración introduce sus dedos en mi ya de por si humeda zona baja al tiempo que toca con su pulgar mi clítoris moviendo lo de arriba a bajo, en círculos, y de mil formas que no sabía siquiera que existian. El movimiento brusco, y la sensación de placer me hace gritar más fuerte. Me tengo que agarrar a las sabanas y arquear mi espalda para contener los estremecimientos de placer y la lujuria. Me va a volver loca como siga así.
- AAHAahaha!!
- Todavía no he acabado contigo maldita cara de ángel.
- Entonces a que cojones estás esperando!
Ahora sí que estoy follando con Karsuki, y el sexo es como él: salvaje, explosivo, brutal, .... Pero también es meticuloso, extraordinario, poderoso y amable y dulce a su manera.
Vuelve otra vez con el mismo movimiento para después intriducir otro dedo más y cambiar la velocidad y el movimiento. Mi cuerpo jadea, se arquea y grita por más atenciones.
- Aahaha, joder!
Saca sus dedos liberando me de ellos y su tortura para pasar a una tortura peor y más deliciosa. Su lengua. Mientras sus manos estan por mis muslos para atraer me más a él su lengua y su boca succionan mis fluídos y me hace estremecer con su rugosidad.
- AhahaaaaaaAAAAHHH!
Solo con eso ya me hace llegar al orgasmo. Se separa de mi y yo aún con los ojos cerrados intento recuperar mi respiración.
- Ya te rindes cara redonda... Piensa que ahora viene lo mejor.- me dice otra vez de forma altiva y sonriendo orgulloso. Yo le miro desafiante porque no me ha dado tregua, no he podido contener me a su placer y he sucumbido ante él, ante su fuerza y su maldita lengua.
Se tumba encima mio y me aprisiona con su enorme y duro cuerpo. Me vuelve a besar y yo le muerdo el labio enfadada. Con eso le digo que no pienso rendir me no hasta que sea él quien acabe rendido a mis pies. Y seguimos así hasta  caer rendidos, sudados y pletóricos.

El chico que siempre me miraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora