Al menos no con él.
Había quedado completamente desnuda delante suya infinidad de veces ya, pero no tuve nunca la necesidad de llegar completamente hasta el final con él.
Me fui de casa de Edd antes de que mis padres llegaran a casa. Hice la cena, y cuando llegó mi madre yo ya estaba en mi cuarto acurrucada en la cama durmiendo.
Al día siguiente me di cuenta que mi padre no había dormido en casa. Decidí no darle demasiadas vueltas al asunto y me fui a clase.
La semana fluyó con normalidad. Scott y yo no hablamos del incidente en el baño, dejándolo como un desliz de amigos.
El sábado era el primer partido de basket de la temporada y estaríamos ahí para animarlos.
Estábamos en los vestuarios poniéndonos nuestro uniforme mientras los equipos de basket ya calentaban en la cancha. Recogí mi cabello rubio en una cola alta y bien sujeta que resistiera cualquier pirueta que diera esa tarde.
Cuando salimos, cada equipo estaba con su entrenador recibiendo las debidas instrucciones y mientras nos tocaba dar nuestro espectáculo.
El partido estuvo algo reñido, pero conseguimos ganar al equipo rival. García había sido el que más puntos había marcado. Todos lo celebraron y las animadoras nos unimos a ellos.
– ¡Fiesta en mi casa! – gritó García. Mucho tardábamos en hacer fiesta después de la del lunes. Siempre que ganaban un partido hacían fiesta de celebración, y eso solía ser prácticamente siempre.
Los chicos se fueron al vestuario a ducharse y cambiarse. Nosotras hicimos lo mismo. Media hora después nos encontrábamos en la puerta del instituto.
Los padres que habían acudido a verlos, los compañeros de clase y amigos felicitaban a los jugadores por su primer partido.
Al rato nos dividimos en los coches y fuimos a casa de García tras pasar por un supermercado a comprar todo tipo de bebida alcohólica y algo de comida, ya que estábamos.
Colocamos las cosas en la mesa central del salón mientras García ponía la música. Nos servimos unos cubatas y fuimos al jardín donde tenía una piscina bastante grande.
García venía de una familia muy bien situada económicamente. Su casa era una puñetera mansión.
Como no habíamos traído bañadores nos metimos en ropa interior.
Los chicos del equipo saltaron salpicándonos enteras.
– ¡¡Os vais a enterar!! – dijo Kat divertida mientras saltaba al agua. Se acercó a Jace y le hizo una aguadilla. Seline y yo la seguimos saltando de bomba, intentando salpicar todo lo que pudimos.
Salí para tomar aire riendo y salpicándolos con la mano. Sin quererlo ni beberlo nos habíamos enzarzado en una pelea de agua.
– ¡Eh! ¡Pelea de caballitos! – gritó Edd viniendo hacia mi subiéndome a sus hombros. Me sujeté a su cabeza mientras veía que Seline se subía a los hombros de Jace, Kat a los de Scott y Dan a los de Cárter.
– ¡Ey! No es justo somos impares por culpa de Sebas – García estaba en lo cierto, Sebas había ido a ver el partido con Gris, y decidió irse con ella en vez de venir con nosotros. Parece un simple gesto, pero lo hacía la mayoría de las veces.
– Ya tranquilo no llores – dijo Cárter mientras bajaba de sus hombros a Dan. – Todo tuyo, yo iré a prepararme un cubata – y dicho eso salió de la piscina.
No lo dijo a malas, lo dijo muy tranquilo y quitándole hierro al asunto. Dicho eso, en cuanto García cargó a Dan empezamos a jugar. Conseguí tirar a Seline y a Kat, pero en el momento de intentar acabar con el equipo de Dan y García se hizo más complicado, tanto que me tiraron al agua.
– ¡Ja! ¡Ganamos! – chocó la mano con Dan y nos salpicó a mí y a Edd. Me reí no quedaba otra, acepté la derrota.
Sel cogió un balón de vóley y convenció a alguno a jugar un rato, yo me senté en el borde de la piscina y bebí de mi trago. Edd se puso detrás de mí dejándome entre sus piernas así que aproveché y apoyé la nuca en su pecho.
– Hay que hacer algo con lo de Sebas – dijo al cabo de un rato. Comenzó a acariciarme el brazo.
– Si le decimos no creo que nos crea– por mucho que me doliera decir aquello, que Gris estuviera poniéndole los cuernos a Sebas, él estaba tan colado que no nos creería seguro y se alejaría aún más. Habíamos hablado entre todos en que no diríamos nada, esperaríamos a que se diera cuenta él solo y que, si surgía la oportunidad forzaríamos la situación para que se enterara.
– Lo sé – dijo algo perdido. Sé que andaba pensando en la forma de librarlo de ella sin poner en riesgo la amistad que teníamos todos con él.
Vi que mi móvil vibraba y me estiré para tomarlo: era mi padre. Me levanté y me alejé para cogerlo.
– Hola papá – contesté algo seca.
– ¿Dónde estás? Tu madre dijo que fuiste a un partido de basket y eso ya ha sido hace 3 horas – respondió con cierta molestia.
Él no sabía que era animadora. Antes de perder su trabajo estaba tan absorbido por el mismo que ni lo sabía y ahora, si se lo contaba y veía la minifalda que llevaba el uniforme, me obligaría a dejarlo.
– Kat me ha invitado un rato a su – no me dejó ni terminar la frase.
– A las diez en casa – dijo y cortó la llamada.
¡¡A las diez en casa!! Estaba loco definitivamente. Nadie se iría de aquí antes de las doce, lo que me dejaba sin coche y me tocaría salir de aquí a las nueve y media para llegar a la hora.
Me quedé mirando el móvil y repasando mis opciones. Estaban claras: o me iba de aquí a las nueve y media para llegar a tiempo o me pasaba su aviso por el forro.
Tenía tiempo para pensarlo.
Holisss.
La cosa se va poniendo interesante. Y no quiero decir nada pero.... el próximo capítulo uffff samur.
Hacedme saber en comentarios que os va pareciendo hasta ahora 👀
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Tenías que ser tú
RomanceUna líder de las animadoras, rubia, popular entre sus compañeros y querida por sus amigos. Parece la típica historia, ¿cierto? Su vida da un giro de 180 grados cuando su padre pierde el empleo. Chanel deberá enfrentarse a su nueva situación familiar...