CAPÍTULO 8 - TÚ...

2.1K 164 4
                                    

No olvidéis votar si os gusta el capítulo, por favor. De esta manera me hacéis saber que os gusta lo que leéis <3

– ¿Chanel? ¿Estás aquí? – era Scott.

Me mantuve callada mientras veía por debajo de la puerta como sus pies se acercaban a cada cubículo. Iba abriendo uno por uno hasta que llegó al mío y notó que estaba puesto el pestillo.

Llamó a la puerta dando ligeros toquecitos.

– Chanel – otra vez. Mi nombre en sus labios...No, céntrate.

– Vete, Scott por favor – respondí.

– Sé que no estás bien, abre la puerta por favor.

Era consciente de que no se iría hasta que no saliera. Se preocupa demasiado por sus amigos.

Quité el pestillo del cubículo y esperé. Al momento abrió la puerta y entró cerrándola tras de sí.

– Ya te has burlado antes, ¿acaso no fue suficiente? – dije recordando sus palabras en la cafetería.

No dijo nada, tan solo se acercó a mí y se puso de cuclillas para estar a mi altura puesto que aún estaba sentada.

– ¿Por qué antes has reaccionado así princesita? – desde luego era una pregunta directa.

Bajé las piernas y lo miré.

– No es de tu incumbencia.

– De hecho, vine porque Jace se quedó parado sin entender nada. Dice que no te agarró tan fuerte como para hacerte daño. Pero a pesar de todo, tienes la mejilla hinchada.

Puse inconscientemente la mano en mi mejilla. Era cierto, la sentía caliente y algo inflamada.

– ¿Vas a contarme qué te sucede? Desapareciste por tres días, llegas, tienes la mirada cansada y la mejilla así. Me preocupas Chanel.

Me preocupas Chanel.

Esas fueron las palabras que bastaron para derrumbarme. Me tapé la cara con las manos y empecé a llorar. Noté como sus brazos me rodeaban y me atrajo contra él levantándome de donde estaba sentada.

Rodeé su cuello con mis brazos y escondí la cara en su pecho. Posó su mejilla contra mi pelo y esperó.

Esperó a que me tranquilizara sin decir nada tan solo acariciándome la espalda. Y eso, justo eso, era lo que necesitaba.

Una vez me sentí más aliviada me separé de él y me limpié las lágrimas. Notaba sus ojos puestos en mí.

– Tengo...unos problemas desde hace cierto tiempo – confesé – y solo hacen más que empeorar.

Todo esto era raro. Siempre pensé que si acababa contándolo sería a alguna de mis amigas o a Edd. Pero ahora Edd estaba en segundo plano por completo. Fue Scott quién se preocupó que no pasar frío y es él quien está aquí preocupado por saber qué es lo que me sucede.

– ¿Unos problemas?

No me estaba forzando, tan solo me invitaba a seguir contándole si quería. Le miré a los ojos.

– La situación en mi casa es...delicada.

Analizó mi expresión y creo que pareció encajar las piezas que faltaban.

– ¿Tienes algún otro golpe? – preguntó con recelo.

Asentí con la cabeza y me levanté la camiseta ligeramente. Deslizó su mirada hasta mi vientre y lo vio.

Tenía un moratón que estaba pasando por todos los colores. Levantó la mano en dirección a mi abdomen y lo acarició con cuidado.

– ¿Te duele?

– Sí al moverme... – admití.

– Joder, Chanel... – me miró a los ojos.

Le devolví la mirada.

– No puedes decir nada a nadie Scott, por favor. Te lo suplico.

– No diré nada, te lo prometo – parecía dolerle tener que hacer esa promesa.

Su mano seguía en mi vientre acariciándome, pero solo quería abrazarlo.

Pareció leerme la mente y tiró de mí. Puse mis manos alrededor de su cintura, devolviéndole el abrazo.

No sé cuánto estuvimos así, en silencio.

– ¿Te has dormido princesita?

Reí. Reí después de 3 días.

Se separó lo suficiente como para mirarme a los ojos, con una sonrisa.

– Bien, al menos te he hecho reír.

Le tomé de las mejillas y le besé. Lo pillé desprevenido, pero no tardó en aferrarse a mi cintura. Sonreí ante eso. Me devolvió el beso por unos segundos hasta que me separé.

– Vamos a clase – dije.

Vi la diversión en su cara. Sí, lo sé soy fantástica rompiendo momentos. Salimos del baño y dejó que yo saliera la primera.

Sé que debo tomar una decisión. Aunque no tenga nada con Edd ni con Scott no me gusta tener dos posibles frentes abiertos. Y, ¿sinceramente? Edd ya ni me ronda por la cabeza.

No es que antes lo hiciera, pero siento que Scott me hace sentir más con un simple beso.

No me atrae más allá de lo físico y ni siquiera sé que es lo que él quiere. No hemos hablado de nada de lo que ha pasado entre nosotros. Algún día hablaremos de ello, pero por lo pronto tenía que "terminar" con Edd.

Cuando llego a clase me acerco a Jace y le pido perdón por lo de la cafetería. Me disculpé por mi comportamiento excusándome de que no tenía buen día.

De hecho, quedé con él después del entrenamiento para ir a la biblioteca como habíamos hablado. Pactamos los días que no hubiera entrenamiento, pero como ayer no aparecí me pareció que debía compensarle.

Acabadas las clases fui al entrenamiento y les enseñé unos nuevos pasos que se me habían ocurrido. Practicamos por una hora y las dejé marchar. Me duché y me junté con Jace a la puerta de la biblioteca.

Entramos y nos sentamos en una mesa apartada. Estuvimos como 3 horas: entramos de día y salimos de noche. Estaba agotada.

– Te acompaño a casa, no quiero que vayas sola.

No, desde luego que no.

– No hace falta tranquilo.

– No me parece que vayas sola de noche.

– Cogeré un taxi.

Vi la duda en sus ojos.

– Bien, pero avisa cuando estés en casa.

Sonreí.

– Prometido.

Nos despedimos y me fui andando después de verle desaparecer por la calle. No cogí taxi, pero le avisé cuando llegué a casa.

No tenía ganas de ver a nadie así que me encerré en mi cuarto y me fui a dormir sin cenar.

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora