CAPÍTULO 22 - ¿PRIMERA CITA?

1.9K 108 7
                                    

Buenas buenass, aquí llegó la desaparecida 🙄🙄. Aquí os traigo el siguiente capítulo, tarde, pero aquí está je. Espero que lo disfrutéis como los anteriores, estoy muy agradecida por el apoyo que ha tenido la historia aún sin actualizar 😅🤙. 

Cuando despierto las encuentro en la cocina hablando mientras terminan de desayunar.

– Buenos días.

– ¿Cómo dormiste cariño? – pregunta mi tía mientras me siento con ellas.

– Bien, ¿qué tanto hablaban con interés?

Nicol sonríe en mi dirección.

– ¡Convencí a mamá de tener un perrito! – dice emocionada.

– ¡No fastidies! ¿¿Es en serio?? – dije mirándolas a ambas. Lila me sonríe en aprobación.

– Tenemos que ir a perreras...necesito verlos y sentir que ese perrito nos corresponde.

Al fin tendría un perro como siempre había querido.

– Además, tenemos otra noticia – dice mi tía – Axel vendrá a estudiar a un colegio de Filadelfia, es decir, dejará el internado y vivirá con nosotras.

Abro los ojos emocionada y me levanto para ir a abrazarla.

Por fin, esa estúpida decisión hace dos años de enviar a un crío a un internado lejos de su familia y amigos se iba a terminar. No sabía cómo lo había conseguido, pero así fue.

Se tenía que ir a trabajar corriendo así que la solté y dejé que se fuera.

– ¿Vamos hoy a ver perritos? – dice Nicol moviendo las cejas de arriba abajo.

Quería hacer pellas y no podía quejarme, iba a hacerlas con Scott.

– Anoche...hablé con Scott de saltarnos clases para ir a algún lado. Pero si él quiere ir a ver perritos, vamos.

– Vale, ¿no os importa que me acople a vuestra cita?

– No es una...

Oh dios, quizá sí que era una cita. Ella sonríe y tira de mí yendo a mí cuarto.

– ¿Sabes a dónde vais? – pregunta mientras analiza el armario.

– No realmente, fue una decisión impulsiva.

– Tranquila, ya estoy yo aquí para solucionarte la vida. Los vestidos y las faldas siempre son perfectos para las citas.

– Sé lo que estás pensando y que yo sepa no vamos con intención de meternos mano, creo.

– Entonces es más cita de lo que tú pensabas, digo, sois amigos con derechos y si no vais a meteros mano eso es que ha pasado a ser más serio el asunto.

Joder, tenía toda la razón del mundo. Era una cita y esto había dejado de ser solo atracción física.

Nicol me ayuda a elegir la ropa y nos quedamos con un vestido de flores con unas medias y unas zapatillas blancas con cierta plataforma.

Cuando quise darme cuenta estaban llamando a la puerta.

– ¿Qué harás tú al final? – la pregunto mientras me acomodo el pelo nerviosa.

– No te preocupes, iré a ver perritos y si encuentro alguno te lo haré saber. Aunque todos se merecen un hogar.

Me despedí de ella y bajé a abrir.

Él llevaba el pelo despeinado cómo sabía que me gustaba, una sudadera negra que resaltaba sus ojos claros, unos vaqueros y unas deportivas. Sabía tocarme la fibra sensible.

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora