― Siempre seremos los mejores amigos, ¿Verdad Tai?
—Ni siquiera pretendas dudarlo… Agumon
El reloj de Kari me despertó y abrí los ojos con pesadez. "Hermano, ya levántate" fue lo último que le escuché decir antes de verla sonreír y salir de la habitación. Abandoné la comodidad de mi cama para vestirme. Hoy era sábado y tenía planes con Matt en el parque. Por la ventana se podía ver que afuera estaba haciendo fresco, no era de extrañar siendo que el otoño estaba por terminar. Me vestí tan rápido como mis adormiladas piernas me lo permitieron y me dirigí a la cocina a desayunar algo. Sobre la mesa noté una nota que había dejado mamá, donde explicaba que ella y Kari habían ido a visitar a la abuela. Después de un par de huevos fritos, salí para encontrarme con Matt.
Conforme el día avanzaba, la pesadez y el extraño aire cansino al fin se disipaba, dejándome disfrutar de mi día libre de escuela. Nos encontrábamos bajo la sombra de un árbol en el parque, Matt tocaba la armónica y yo intentaba romper mi marca personal de dominadas con el balón de fútbol. De pronto, Matt dejó de tocar.
― ¿Cómo crees que esté el Digimundo? ―Me preguntó mientras dirigía su mirada al cielo.
― Supongo que está bien―le dije aún con el balón rebotando en mis rodillas. Él guardó silencio unos instantes—. Extraño a Agumon.
—Y yo a Gabumon― detuve el balón con mis manos. Me senté junto a Matt y recargué mi cabeza sobre el tronco del árbol.
Apenas habían pasado unos meses desde aquel primero de agosto, cuando viajamos al Digimundo por primera vez y aún era complicado adaptarse a la vida de un niño normal.
Después de un breve silencio, Matt volvió a tocar su harmónica y todo se tornó oscuro.
―Tai, Tai.
Se escuchaba una voz, una voz que podría reconocer en cualquier parte. Busqué la fuente de esa voz con la mirada y me vi parado en medio de la nada, sólo rodeados por un verde pasto que se mecía con el viento. Comencé a girar buscando algo importante, hasta que lo encontré. Sonreí ampliamente y corrí hacia él tanto como pude, de un salto llegó a mis brazos y me dejé caer sobre mis rodillas.
―Te extrañé mucho, Koromon.
―No tienes por qué extrañarme―, le miré extrañado ―siempre seremos los mejores amigos.
―Tienes razón.
―Sólo tienes que esperar
¿Esperar?
Todo se tornó blanco.
― ¿Koromon? ¡Koromon!
Di un respingo, Matt me observaba notoriamente preocupado.
― ¿Estás bien? ―preguntó, yo asentí.
―Sólo soñé algo extraño.
―Está bien― dijo aliviado―es sólo que me preocupé cuando tu digivice comenzó a sonar y tú no reaccionabas.
― ¿Mi digivice sonó?
―Justo después de que te dormiste, y cuando dejó de sonar despertaste―. Ambos guardamos silencio por unos instantes―. ¿Lo viste?
― ¿A Koromon? Sí
________________________
Bueno, espero que les haya gustado y poder actualizar pronto.
Por cierto, se aceptan sugerencias :)
Bye-bye!
ESTÁS LEYENDO
Soñando
FanfictionA veces sólo se necesita soñar, porque las posibilidades son infinitas cuando escuchas el sonido de tu digivice. Colección de drabbles, oneshots y viñetas con los digielegidos. Muchas ideas aisladas o incluso relacionadas entre sí. Se aceptan ideas...