Gol

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Ale resurge de las profundidades de un charco con un nuevo capi, más largo que los anteriores por el simple hecho de que no escribí los dos lunes pasados. No me odien, pero cierto alguien (sí Scripturiens, eres tú) me mantuvo entretenida en otro fandom (cofcofFree!cofcof) y luego yo solita me puse en modo "veamos Tiny Toons, Loonatics y The Looney Tunes Show". Ya se imaginarán.


Han habido muchas teorías en el foro "Proyecto 1-8" respecto al PV de Digimon Tri, sobre viajes en el tiempo, el tomar como canon 02 y en lo que a shippings podría tratarse... así que el capítulo de hoy es un poco de mis deseos de michi. Por cierto, amo el michi. Sólo quería que lo supieran


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El ciclo escolar en ocasiones era demasiado agobiante con sus horarios, sobre todo porque era muy complicado poder encontrarse con el resto de sus compañeros. Había vuelto a Japón, pero eso no aminoraba el hecho de que la agenda personal de todos sus amigos estaba diseñada para nunca coincidir. Sin embargo, siempre podía encontrar un momentito para compartir con todos ellos.


Takeru, Hikari, Daisuke, Miyako, Iory y Ken estaban en otra escuela, cada uno con sus actividades y además la distancia entre las escuelas no hacía las cosas sencillas. Aún así solía quedar con Miyako e Hikari para salir de compras, en ocasiones los chicos se unían a ellas para ir al cine. El superior Jou estaba muy ocupado en cursos extracurriculares, además de su exigente horario de clases. A veces en serio se preguntaba si el Superior no era un adicto al trabajo o algo por el estilo. Sora estaba en un curso diferente al de ella, y aunque solían verse los sábados para ir de compras, nunca eran suficiente. Pero al menos tenían el poder de la tecnología de su lado y se escribían a diario.


Asistía al mismo curso que Koushirou, pero luego de las clases él tenía asuntos que atender en el club de informática, y la verdad es que en ocasiones se paseaba por ahí, aunque la mayoría de las veces prefería encaminarse a su hogar o salir con algunas compañeras. Taichi y Yamato estaban en el mismo curso, pero cada uno tenía actividades extracurriculares tan apasionantes y demandantes que era mejor no aparecerse por ahí. Taichi tenía prácticas de fútbol todos los días a excepción de los martes, los cuales compartía con ella para regresar juntos al menos una parte del camino a sus respectivas casas. Yamato tenía práctica con su banda tres días a la semana, los otros dos casi siempre salía con sus amigos, aunque nunca le negaba un café a Mimi, siempre que se lo pidiera con al menos una semana de anticipación.


Observó el horario que tenía en sus manos y soltó el aire que había contenido durante casi un minuto al darse cuenta de que era jueves.


—Esto es tan deprimente —se dijo a sí misma. Quizá debió haber revisado mejor su horario antes de rechazar la invitación de una de sus compañeras para ir al cine.


Para animarla un poco, el viento decidió jugarle una pequeña broma. Aprovechó su descuido y le arrebató el horario con franjas de colores que pasó horas haciendo en la computadora para elevarlo unos dos metros sobre su cabeza. Mimi dio un paso, dos, tres. Antes de darse cuenta, corría por la acera persiguiendo aquella hoja que bailaba con el viento. Dio un par de brincos para intentar atraparla, pero el viento estaba demasiado entretenido como para dejarla ganar con semejante facilidad. Un brinco, dos brincos, tres brincos. Mimi en serio comenzaba a molestarse, ¿cómo una hoja podía volar tanto y por tanto tiempo? ¡ah, claro! Estaba comenzando marzo y el viento hacía de las suyas cada que quería. Normalmente se metía con su cabello, pero esto ya era el colmo.

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