Kilómetros

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Aquel horizonte azul sólo comparable con el de sus propios ojos se extendía a su alrededor, la brisa movía suavemente los mechones de su cabello rubio y el sabor a sal aún seguía impregnado en sus labios aún cuando ya llevaba cerca de media hora fuera del agua. Un coro de risas llenó sus oídos y al volver la vista divisó a sus amigos que lo visitaban desde el otro lado del océano.


El agua de las playas californianas era bastante cálida en el verano. No todos habían podido acudir, pero la mayoría se había permitido una escapada a aquel paraíso.


Taichi había conseguido unos cupones de descuento, Koushirou estuvo cazando las mejores ofertas en los vuelos y Mimi fue su guía una vez que tocaron tierra americana.


Takeru estrechó su mano con fuerza, pero Daisuke lo terminó convirtiendo en un abrazo grupal. Hikari y Miyako no pudieron evitar sentir algo de celos cuando el besó la mano de Mimi y cuchicheaban en inglés. A veces en verdad era molesto, pero él siempre tenía un poco para todas sus lindas amigas de Japón "A las chicas hay que tratarlas como tesoros" le dijo a Taichi y a Yamato cuando él saludó a la pelirroja con aquel toque coqueto y sutil que hasta el más despistado de todos ellos podría identificar.

Wallace había llegado al hotel la mañana anterior y el resto había llegado esa misma tarde. No es que fuera muy tarde, pero esa casi medio día. Él había entrado a nadar un rato para dar tiempo a que llegaran a la playa, el resto llegó entre risas por un par de comentarios de Daisuke.


La arena era suave, las nubes sólo adornaban el cielo, y las ideas disparatadas de los líderes terminaron por arrastrar al resto en el caos. Sólo así se podría definir a la carrera en bikini que habían logrado con las chicas, o la competencia de clavados en el pequeño muelle. Aunque las batallas de cargados dentro del mar fueron la actividad favorita de todos, las apuestas no se hicieron esperar y Daisuke y Wallace terminaron yendo a la tiendita más cercana por más papitas fritas y cacahuates.


El atardecer fue precioso, las fotos grupales que terminarían en sus redes sociales llenaron de risas aquel momento y así es como le gustaba estar.


Taichi era el líder por excelencia, Yamato era bastante amigable aunque él mismo lo negara, Sora era un amor de persona, la mamá de los pollitos. Koushirou era su más viejo amigo, cuando sólo se comunicaban por correos electrónicos. Mimi, su musa y cómplice, siempre lo hacía sonreír. Hikari era muy dulce y simpática, Miyako un remolino de emociones, Takeru era su rival para los deportes y Daisuke el mejor de sus amigos, además del más divertido de molestar.


Hacía hambre. Después de cenar todos volvieron a la playa para conversar. Le encantaba ese grupo, grande y diverso al grado en el que eran casi objeto de estudio. Le encantaba porque no importaba ser diferente, eso lo hacía más especial.


Los días se le fueron como el agua salada entre sus dedos, él los despidió en el aeropuerto en la mañana, el estaría ahí un par de horas más y al verlos desaparecer entre la multitud recordó que él estaba solo.


Al menos hasta que le entró una videollamada de Mimi en la que todos siguieron bromeando hasta que una sobrecargo los fue a callar para que se prepararan para el despegue.


Una última sonrisa de todos fue lo que lo dejó tranquilo. No los veía tanto como le gustaría, pero él nunca estaría solo en realidad, no mientras todos lo siguieran tratando como a uno ellos, los "niños elegidos".


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N/A: Me encanta es niño, luego traigo un poco del mimato que me pidieron. Bye~

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