Resfriado

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Tenía tantas cosas que hacer, ¿por qué, en el nombre de todo lo sagrado, tenía que enfermarse justo hoy?

Mimi le alcanzó el jugo de naranja, mientras lo observaba un tanto preocupada. Él volvió a observar el mercurio del termómetro de su propio maletín y dejó caer su cabeza sobre la mesa, claramente agobiado por lo que reflejaban los números.

—Superior Jyou, no debería golpearse en la cabeza así —. Señaló ella, el sólo respondió con un leve quejido.

Koushirou y Sora volvieron de la farmacia con una receta recién sellada, unas cajas de medicamento y una botella de agua.

Siguiendo las instrucciones de la receta médica, Sora le entregó las tabletas a su amigo, que tenía unas horribles ojeras bajo sus ojos. Él las tragó con el jugo de naranja, debía terminar de beberlo pronto antes de que perdiera sus propiedades. Más tarde bebería la botella de agua, después de todo le habían indicado una dieta con muchos líquidos.

Taichi y Yamato volvieron con las charolas repletas de comida y todos se acomodaron en su lugar.

—No se preocupe, superior Jyou. La medicina no tardará tanto en hacerle efecto —señaló Koushirou mientras revisaba cuál era su hamburguesa.

Él había esperado ese día todo el mes, ahora que él estaba en la universidad, sus amigos buscaban la forma de ir a visitarlo y pasar un tiempo con él, de tal modo que él no perdiera el tiempo en transportase de un lugar a otro, y en serio que agradecía ese gesto, por eso estaba tan deprimido al saberse enfermo. Todo había comenzado como un leve resfrío esa mañana, pero a lo largo del día se había sentido cada vez peor al grado de tener que ir a la enfermería. Ya tenía la garganta cerrada y se sintió fatal al momento en el que vio a Taichi, Sora, Yamato, Mimi y Koushirou fuera del consultorio.

El plan original era que todos tuvieran un agradable picnic en los jardines de su universidad y ahora estaban encerrados en la cafetería más cercana para evitar que él se enfriara o se asolera de más y su estado empeorara.

Apretó los puños y se puso de pie. Todos lo observaron claramente sorprendidos.

—No voy a arruinarnos el día por culpa de un tonto resfriado, terminando las hamburguesas iremos a la feria que está a tres estaciones de aquí y no aceptaré escusas.

Yamato se vio tentado a hacerlo entrar en razón, pero Taichi lo detuvo.

—En ese caso, debemos apresurarnos.

Todos sonrieron y continuaron comiendo. Nada podría arruinarle el día al superior Jyou, ni siquiera un estúpido resfriado.

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Digiabrazos para todos :)

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