Primer reencuentro

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Tsukiku fue la primera en despertar, afortunadamente. No quería ni imaginar los problemas que habría ocasionado que su madre hubiera sido la primera en abrir los ojos.

A pesar de que debería despertar a Shizuku, no tuvo el corazón para hacerlo, viéndola tan cómoda y feliz abrazada a su madre. Decidió que la dejaría dormir otra hora. Aún debían tener algo de tiempo antes de que su madre despertara.

Eran las cinco de la mañana y aún necesitaba terminar su proyecto para presentarlo ante su padre y su empresa. Odiaba tener que usar esta estrategia, pero sería estúpido rechazar la oportunidad. Si lograba trabajar con él e impresionarlo con su tecnología, entonces sería una persona con cierta influencia sobre su opinión, y eso era algo que no iba a dejar pasar.

Siguió trabajando en el proyecto por una hora cuando Shizuku se despertó por su cuenta.

—¿Qué haremos cuando despierte?

—Fue tu idea, tú piensa en qué hacer.

—¡Nee-chan! —lloriqueó en protesta—. Vamos, no seas mala. ¡Estoy muy nerviosa como para pensar en qué excusa darle!

—Veo que tengo que hacer todo yo. —Sonrió burlonamente ante sus pucheros—. Bueno, le diremos que somos sus parientes lejanos.

—¡¿Eh?! ¡¿Y cómo haremos eso?!

—Según vi en los registros del gobierno, la abuela Rue tenía una familia numerosa, podemos decir que en verdad somos sus primas lejanas y dudó que sospechen demasiado. Eso más la culpa porque no pude tomar el caso del abuelo antes de que muriera debería ser suficiente para explicar nuestro comportamiento. Somos familia y además nos sentimos culpable por la situación en la que vive.

—¡Eres tan inteligente, nee-chan! —Aplaudió felizmente.

Satisfecha con esa respuesta, Shizuku se dedicó a hacer el desayuno para las tres.

—A mamá le gustan los pastelillos de chocolate con crema para desayunar, ¿no?

—Y con una taza de café o un vaso de jugo de naranja. —Tsukiku sonrió suavemente ante el recuerdo de preparar una bandeja para su madre junto a su padre cada vez que querían darle un día especial—. También puedes cortar trozos de manzana o naranja para ella, eso también le gusta.

—¡Ok, le haré un gran banquete a mamá! —Shizuku se emocionó mientras se ponía un delantal.

Tsukiku decidió volver a su proyecto. Era un juego de niños, pero como no trajo muchas herramientas le llevaría al menos otras dos horas armarlo.

Después de otra hora, cuando Shizuku estaba preparando la mesa, oyeron ruidos provenientes de la habitación y ambas se tensaron.

—Prepárate, y contrólate —advirtió Tsukiku con una mirada severa, colocándose la tiara rápidamente, a lo que Shizuku la imitó.

Pasaron un par de minutos antes de que su madre llegará al comedor, con unas tijeras en su mano y ojos llenos de desconfianza. Miró de reojo a la puerta, apretando las tijeras en su mano.

Al ver los ojos de su hermanita llenarse de lágrimas, Tsukiku bufó y tuvo que volver a tomar las riendas de una situación que Shizuku había provocado. Deberes de hermana mayor. Aunque eso no lo hacía menos complicado para su corazón lleno de sentimientos de añoranza por su amada madre.

—Buenos días. —Le sonrió amablemente, sin sorprenderse cuando la desconfianza en sus ojos aumentó—. Mi nombre es Shichimi Yukiko, soy una detective privada contratada por tu padre, Hizashi Kokuyo, un año antes de su muerte. —Los ojos de su madre se ampliaron y las tijeras cayeron de su mano rápidamente—. Además, somos hijas de la hermana del primo de tu madre. —Shizuku la miró con tanta incredulidad como su madre, resaltando mucho lo idénticas que eran en sus rasgos. Eso tal vez la habría puesto nerviosa de no ser porque entonces se le ocurrió una idea—. De hecho, mi hermanita hasta se parece un poco a ti, ¿no crees?

Última EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora