Kohaku apartó la mirada de las flores, sin querer verlas, llevándose una mano a la frente para tratar de recordar cómo llegó a estar en el hospital.
¿Qué le pasó?
"¡MAMÁ!"
Parpadeó, aturdida. ¿Por qué presentía que esa fue la voz de "Shizuka" llamándola mamá? Eso no tenía ningún sentido.
Pensando en "Shizuka", de repente recordó lo que había pasado. Intentaron dispararle y por supuesto que se metió en el camino, aunque... ¿ese grito fue real? De seguro no. Qué extraño.
—Ma... ¡Kohaku! —La voz de "Yukiko" la hizo voltear, viéndola ya despierta junto a su hermanita, que estaba recién despertándose—. Al fin, qué bueno que ya hayas despertado. —Ambas se pusieron en pie y se acercaron ansiosamente a ella.
—¿Cómo están ustedes? —preguntó con voz ronca, a lo que la adolescente de inmediato le ofreció un vaso de agua.
—Estamos bien, no te preocupes. —La menor le sonrió suavemente—. Nosotras deberíamos preguntarte eso a ti... tú me salvaste.
—Claro que te salvé, nunca dejaría que te lastimen. —Extendió una mano para acariciarle el cabello, riendo al ver sus mejillas ruborizarse—. Pero... ¿quién fue el que nos atacó? ¿Lo atraparon?
—Fue un robot —murmuró Tsukiku, ceñuda—. Claramente alguien lo programó, ya lo estoy investigando. —Se acercó a ella y comenzó a tomarle el pulso—. ¿Cómo te sientes?
—Eh... solo me duele el hombro y siento el brazo dormido. ¿No deberíamos llamar a un médico?
—Ah, claro. —Carraspeó, soltándola—. Iré por uno.
El médico dijo que debería pasar el resto del día en el hospital, pero que mañana podía irse a casa, además le dijo que estaban bastante impresionados por lo rápido que cicatrizó la herida, sin saber que Tsukiku había curado considerablemente la herida cuando las dejaron solas, para que se recuperara más rápidamente.
A las pocas horas de despertarse, Kohaku fue capaz de ponerse en pie, y después de ir al baño y ducharse lo primero que hizo fue tomar la maceta junto al escritorio y encaminarse al bote de basura en el pasillo.
—¿Qué haces? —Las hermanas la miraron boquiabiertas.
—Estas flores son de Senku —dijo con mala cara—. No las quiero. —Abrió el bote de basura.
—¡E-espera! —Shizuku corrió hacia ella y sujetó la maceta, pero sin quitársela—. ¿Por qué quieres tirarlas? Son muy bonitas. Además, se llaman nomeolvides, ¿lo sabías? ¡Son tan preciosas!
—Pero son de Ishigami Senku. —Mantuvo su mueca de descontento—. No quiero aceptar nada de él, sabes que no me agrada.
—Vamos, son un regalo porque salvaste a la pulga —Tsukiku intentó convencerla—. Además, él fue el que te trajo al hospital, y sabes que la adora, no tiene ninguna malicia detrás.
—Aun así, no las quiero.
—Pero... —Shizuku le puso sus mejores ojos de gatito regañado—. L-lo siento, claro, tienes razón. ¿Quién quiere un regalo que les recuerde cuando fueron lastimados? —Soltó la maceta, retrocediendo varios pasos—. Aunque fueron un regalo porque me salvaste, es cierto que te lastimaron en ese momento. Es normal que no quieras conmemorar algo así. Lo siento, no me meteré. —Caminó tristemente hasta su hermana mayor.
—¿Eh? —Kohaku pestañeó, alejándose del bote de basura—. No, no. No es nada de eso. —Se acercó a la adolescente luego de dejar la maceta en donde solía estar—. Estoy muy orgullosa de haberte salvado. No me molesta nada de eso, lo haría mil veces más. —Tomó sus hombros, frotándolos cariñosamente.
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Última Esperanza
FanfictionSeré amable y les daré solo tres pruebas. Existen millones, trillones, quintillones de realidades, en distintos tiempos, sucediendo todas a la vez. Les asignaré tres realidades, similares a la suya, pero con condiciones... desfavorables para que sur...