Primeros avances

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Después de espiar la mayor parte de la conversación de sus padres con su hermanita, Tsukiku salió a la sala otra vez, viendo que faltaba buena parte de los invitados.

—¿Dónde están los otros? —preguntó confundida.

—Gen dijo que tenía algo que hacer y se llevó a Ryusui y Ukyo con él —le contó Minami—. Nosotros también ya nos vamos, pero queremos despedirnos de Shizuka-chan primero.

—Ejem —Mirai carraspeó ruidosamente.

—Y también quería disculparme con Kohaku por llamarla arpía... —reconoció a regañadientes—. Mirai escuchó lo que Senku le dijo así que... lo siento.

—También lo siento, aunque es obvio que ellos no pueden convivir. —Tsukasa negó con la cabeza.

—Eso ya lo veremos —murmuró Tsukiku por lo bajo, y justo en ese momento la puerta se abrió.

Shizuku entró al departamento con una gran sonrisa, con sus padres siguiéndola también sonriendo, pero más bien resignados por lo que acababan de aceptar debido a la dulzura de la chica.

—Oye... —Minami se acercó a Kohaku—. Mirai escuchó que Senku dijo algo muy grosero y yo... lamento haberte insultado. —Sonrió incómodamente.

Kohaku la miró impresionada. ¿Una amiga de Senku disculpándose por tratarla mal? Eso era nuevo.

—Disculpa aceptada. —Asintió, también sonriendo tensamente.

—Tenemos que irnos ahora, pero esperó poder volver a visitarte pronto —le dijo Mirai a Shizuku, que tomó sus manos, brincando con emoción en su sitio.

—¡Eso sería genial! ¡¿También te gustan las artes marciales, no?! ¡Podríamos practicar un poco juntas! —Dio vueltas por la habitación sin soltar sus manos, haciendo a Mirai reír alegremente.

—¡Claro, me encantaría!

Tsukasa y Minami se despidieron y se marcharon a los pocos minutos junto con Mirai, dejando solo a Senku en el departamento.

—Entonces nos vemos mañana por la tarde. —Posó una mano en el cabello de "Shizuka", sonriendo resignado cuando ella le dio una gran y brillante sonrisa emocionada. De verdad le hubiera gustado poder decirle que no, pero ¿cómo negársele?

—¿A qué te refieres? —preguntó Tsukiku, fingiendo no entender.

—Pues a lo de... ¡Eh, a que los invité a los dos al parque, je, je! —Shizuku por un momento olvidó que se suponía que su hermana no lo sabía—. Dijiste que mañana iríamos para una segunda celebración por mi cumpleaños, así que les pedí venir y dijeron que sí, que no les molesta. ¡¿No es grandioso?! ¡Iremos con nuestra prima y con Senku-sensei!

—Oh, suena muy bien. —Sonrió complacida—. Siempre y cuando no vuelvan a arruinarte la diversión. —Los miró con reproche solo para aparentar estar aún molesta por lo de antes y hacerlos sentir culpables, así con un poco de suerte quizás no arruinarían la salida al parque.

—De mi parte no volveré a abrir la boca cuando nadie me lo pida. —Senku rio secamente, rascando su oído con el meñique—. Ya debo irme, tengo mucho trabajo mañana y necesito despertarme temprano para tener tiempo para ir al parque. Adiós, gracias por la cena. —Volvió a acariciar el cabello de la adolescente, antes de marcharse.

Apenas la puerta se cerró, Kohaku volvió a abrazar a Shizuku, con fuerza.

—De verdad lo siento, prometo controlarme más a partir de ahora. Es solo que... lo odió demasiado...

Senku, con la cabeza pegada en la puerta del departamento, frunció el ceño profundamente al escuchar esas palabras, antes de suspirar y largarse de una vez.

Última EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora