Primer final

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Senku y Kohaku se estaban besando conscientemente y sin ningún tipo de excusa por primera vez, aprovechando estar solos en un bote, entregándose por fin a tanto tiempo de deseo reprimido.

No pensaron en nada, se dejaron llevar completamente, aferrándose el uno al otro, dejándose guiar por sus instintos más bajos, con Senku aferrándose a su cintura y su espalda, y Kohaku tomando firmemente su hombro y su rostro, suspirando entre besos, ambos presionándose entre sí, como si buscaran fundirse en uno solo.

Pasaron tanto tiempo perdidos en la sensación que no se dieron cuenta que ya había pasado media hora, por lo que Tsukiku y Shizuku emergieron del agua luego de hacer buceo, solo para volver a sumergirse de inmediato al encontrarlos devorándose las bocas.

Sin embargo, el sonido del agua fue suficiente para romper la burbuja y Kohaku de inmediato apartó a Senku de un empujón, respirando agitadamente, para luego darles la espalda, llevándose las manos a los lados del rostro, totalmente perturbada por lo que hizo.

—Demonios... —masculló Tsukiku, jalando a Shizuku para sacarla a la superficie.

Ya habían interrumpido, nada que hacerle, ahora era mejor intentar aligerar la obvia incomodidad que se generaría entre esos dos.

Se subieron al bote y Tsukiku le envió una mirada a Shizuku, que solo con eso entendió lo que tenía que hacer.

—¡Vaya, bucear aquí fue realmente agradable! ¡Hay muchos pececitos de colores! ¡Nunca había buceado en un agua tan clara y llena de vida! ¡Pero UFFF! ¡Tengo mucha hambre ahora! Deberíamos volver ¡y haré helado de fruta casero para todos!

—C-claro... nos regresaré a la costa. —Senku miró a Kohaku de reojo, viendo que ella no le devolvía la mirada, para luego suspirar y regresar a la cabina de mando.

Al estar solas las tres, Kohaku se estremeció al sentir las miradas fijas de sus "primas".

—Eh... ¿Quieren ayudarme a guardar todo? —Kohaku señaló al equipo de buceo.

Tsukiku abrió la boca para preguntarle por el beso, pero fue interrumpida por Shizuku colocando una mano en su hombro.

—¡Bien, guardemos todo!

La mayor alzó una ceja, pero la pulga seguramente tenía un motivo, así que no lo cuestionó y simplemente las ayudó a guardar mientras las escuchaba tener una conversación de temas triviales que nada tenían que ver con su misión.

Cuando volvieron a la costa, Kohaku salió corriendo del barco, y Tsukiku miró con curiosidad a su hermanita.

—No hay que presionarla —dijo Shizuku, con una sonrisa confiada—. Dejémosla estar a solas con sus pensamientos un momento, si la presionamos puede que se asuste.

—¿Y qué hacemos ahora? ¿Esperar a que se dé cuenta que tiene todo el derecho a odiar a papá y perder la misión como unas idiotas? —Cruzó los brazos.

—Ja, no. —Le dio un suave codazo—. Vamos a mostrarle que nada malo pasó por ese beso, que todo sigue normal, para que vea que estar en una relación con papá no sería ninguna catástrofe, de hecho, ahora él debería mostrarse más agradable y atento con ella, mostrarle que sería una buena pareja, que hay más pros que contras en que estén juntos. —Sonrió ilusionada de pronto verlos juntos y felices.

—A veces no sé si eres brillante o ilusa. —Tsukiku rio entre dientes, revolviéndole el cabello.

Le recomendaron a su padre darle espacio por el momento, pero en la cena lo arrastraron a cocinarle él mismo su comida favorita, cosa que sorprendió evidentemente a su madre y la hizo sonreír felizmente, aliviando la tensión entre ellos.

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⏰ Última actualización: Oct 21 ⏰

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