Primera decisión correcta

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—¡Pulga, espera! —Tsukiku corrió tras su hermanita al verla salir del departamento. La siguió hasta el parque que quedaba a solo dos calles de allí y se sentaron en una banca—. ¿Ya me dirás qué pasó? ¿Tan malo fue?

—Muy malo, nee-chan. —Subió las piernas a la banca y abrazó sus rodillas.

Cabizbaja, le contó todo lo que habló con su madre, incluyendo que ella ya no quería ver a su padre, que le pidió que ya no la forzara a verlo y que hasta estaba dispuesta a renunciar al trabajo de guardaespaldas con tal de evitarlo. Y lo peor: quería irse con su tía Ruri a Londres.

—Bueno, mierda. —Tsukiku hizo una mueca de resignación.

La verdad, no podía decir que no había estado esperando esto.

—¿Qué vamos a hacer? —Shizuku la miró con temor—. No podemos dejar que se vaya.

Tsukiku se quedó en silencio un momento, pensando cuidadosamente sus siguientes palabras.

—Shizuku... las dos semanas se cumplen en unos pocos días. —La miró con una sonrisa triste—. Un mes... no es suficiente. Siempre lo supe, yo soy la que más conoce a nuestros padres entre nosotras dos. Aunque la verdad fue revelada, no es suficiente, no podemos forzarlos a más. Somos simples desconocidas para ellos. —Ante esas palabras, los ojos de su hermanita se aguaron y ella de inmediato tomó su rostro entre sus manos y la hizo mirarla—. Shizuku... tenemos que rendirnos. Solo podremos recuperar a uno de ellos.

—No... —Frunció el ceño, con las lágrimas al borde de desbordarse—. Por favor, no. Podemos encontrar otra forma, podemos seguir intentando hasta el último momento.

—No tiene sentido. —La miró con severidad—. Shizuku, ellos han pasado por demasiadas cosas, este tipo de problemas toma tiempo, nosotras no podemos hacer nada en un miserable mes. ¿Quieres seguir obligándolos a verse, aunque es obvio que no quieren? Solo harás que su situación empeore, los harás sufrir más y hasta odiarse más. ¿Cuánto tiempo planeas alargar esto? Debemos tomar la ruta de la lógica, dejar de perder el tiempo y conformarnos con nuestras posibilidades reales. —Se apartó de ella y se puso en pie, dándole la espalda—. Cumpliremos las dos semanas aquí y luego nos rendiremos, y elegiremos solo a uno de nuestros padres. No hay más opción.

Shizuku apretó los puños, bajando la mirada.

¿Por qué su hermana no podía entender... que simplemente no podía aceptar eso?

Pero... ¿qué se suponía que debía decir ahora? No tenía ningún plan, no sabía qué hacer, y sus palabras le habían bajado los ánimos hasta el subsuelo. Ella tenía razón, lo que decía era lo más lógico y razonable.

Sin embargo, a Shizuku jamás le importó ser una persona lógica y razonable. ¡Al diablo con eso!

Se puso de pie y paso de largo a su hermana, subiendo al edificio otra vez.

Tsukiku la miró con tristeza, y un poco de desconfianza. Había estado esperando que le discutiera más, no creía que se hubiera rendido tan fácilmente, menos cuando la palabra "rendirse" nunca estuvo dentro del vocabulario de su familia.

Ella tampoco quería rendirse, no realmente, pero no había más opción. Esta misión estuvo condenada desde el primer momento, ya no les quedaba nada más por hacer.

Y... sus padres tampoco merecían sufrir más.

Decidió darle tiempo a Shizuku para digerir la noticia y citó a sus tíos a otra reunión en el departamento de Gen.

Tsukasa les dijo todo lo que él sabía y Tsukiku todo lo que ella sabía, incluido lo que Shizuku dijo y lo que quería hacer ahora.

—¿Quieres rendirte? —Ryusui la miró incrédulo.

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