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40 días antes de la desaparición.

Era un día especial para Aoi, su cumpleaños había llegado y lo único que pedía es que su padre volviera a casa o que se la lleve de donde está, esta cansada de esa mujer que trae hombre tras hombre a su "hogar".
Terminando de ponerse su uniforme, se peinó su largo cabello hasta hacer sus dos típicas coletas, tomó sus audífonos para colgarlos en su cuello y con bolso en mano, abrió con mucha lentitud la puerta, oliendo el aroma a alcohol y cigarro.

La puerta entreabierta de la habitación de su progenitora le permite observarla en medio de dos hombre, había subido la cifra de sus clientes.
Ignorando el hecho de que su madre cada vez está peor, bajó las escaleras con mucho cuidado para así poder entrar a la cocina, abriendo la nevera y buscando algo que pueda llevarse a la boca, lo único comestible es una media manzana y una vieja galleta.

Jamás hay comida en la casa por culpa de esa mujer.

Tomando ambas cosas, las comió rápidamente, tomó un vaso con agua y salió de la casa en completo silencio, viendo el día lluvioso que era, agradecía tener su paraguas en su bolso.
Sacándolo y abriendolo, caminó solo unos pasos hasta que una voz masculina la hizo detenerse, viendo de quién se trata.

Aoi, buenos días! -sonrie su vecino y mejor amigo- Feliz cumpleaños, Aoi-chan~

Los ojos de la mencionada brillaron al momento de escuchar esa frase, "feliz cumpleaños". Sonriendo en grande se acercó a él, abrazandolo con fuerza mientras le agradece en repetidas veces, como cada año siempre fue el primero en felicitarla, y solo el felicidades de él, es el más importante.
El muchacho le dio una cajita envuelta en papel azul con estampados de copos de nieve, sabe perfectamente que a ella le gusta dicha formación de nieve y no podía ser más perfecto que lo que se encuentra dentro de la envoltura.

Con cuidado de no romper el papel, una cajita pequeña de color azul se muestra y cuando lo abre, los ojos brillosos además de su sonrisa se hicieron presentes en la expresión de ella.

-¡¡Un collar!! -exclama muy contenta la joven mientras que con cuidado saca el colgante de su cuadrada prisión-

-Cuando lo vi en la tienda cerca de la academia, supe que a ti te gustaría y te quedaría perfecto -sonrie avergonzado mientras que su mano acaricia su nuca- Déjame ponértelo.

Con el asentir de la joven, el contrario se acercó a ella para tomar el collar en sus manos, ponerse detrás de ella y con toda delicadeza del mundo, como si fuese la más delicada flor frente a él, el colgante fue puesto, viendo la expresión de emoción en ella, quería que siempre muestre esa bella sonrisa.

-Vamos Aoi, llegaremos tarde.

Asintiendo ante lo dicho, el joven extendió su mano hacia ella para que la tome, cosa que así pasó. Con una bella sonrisa, la chica tomó la mano de su contrario, caminando bajo sus paraguas mientras hablan con emoción sobre el evento del festival deportivo que se está acercando.

📰MISSING🗞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora