📰MISSING🗞

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10 días antes de la desaparición [3].

La joven comenzó su carrera, yendo lo más rápido que podía, pasando a los alumnos que anteriormente la habían dejado atrás.
Sin embargo, su andar tuvo que parar al momento de verse cara a cara con un campo minado.

Moviendo sus ojos de un lado a otro, nota enseguida que a la cabeza van Bakugou y Todoroki, aunque estos dos se estaban atacando, ¿acaso son idiotas?
Pasando la mirada por una ruta segura, respiró hondo, comenzando a correr en zigzag, saltando y dando uno que otro salto con un pie, el lugar estaba lleno de aquellas minas terrestres.
Sus ojos azules observaron de reojo a la persona que estaba mirándola al pasar, frunciendo el ceño, esquivó el manotazo que venía en su dirección, una peli naranja había intentado hacerla caer sobre los dispositivos.
Esquivó varios intentos que fueron hechos pero no logró evitar uno, el puño dio de lleno a un costado suyo con tanta fuerza que el aire se le escapó de los pulmones, sus costillas sufrían aquel golpe al igual que su cuerpo al salir disparado hacia un lado, cayendo sobre unas minas.

Solo fue cuestión de segundos para que Aoi se diera cuenta en el problema en que le había caído.
Su grito desgarrador hizo par con las explosiones de las minas, alzándose grandes columnas de humo rosa, el público gritó en miedo al ver aquello, los alumnos se detuvieron y la que la golpeó quedó quieta, viendo en shock lo que provocó.

Sin embargo cuando la humareda se disipó, la peli-verdeagua estaba de pie, como una muñeca articulada mal posicionada, además de que su cabeza estaba gacha, ¿acaso la explosión la dejó así?,

El mejor amigo de la mencionada detuvo su andar viendo la chica de aquella manera, preocupándose de que la explosión la haya herido de gravedad o peor aún, matado...
Negando un par de veces, volvió a enfocar la mirada en la chica, viendo como esta comenzaba a moverse, llenando sus pulmones en una inhalación feroz.
Aoi, llevando su cuerpo hacia atrás, mira fijamente a la peli naranja, soltando finalmente su grito, el más fuerte de todos.

La mayoría se tapó los oídos y quienes se encontraban cerca se lanzaron al suelo, esquivando o cubriéndose de los grandes picos de hielo que iban en su dirección, en especial en aquella chica que la había atacado y empujado sobre las minas.