Una alumna de la prestigiosa academia de héroes ha desaparecido sin dejar rastro.
El detective Naomasa se encargará de este extraño suceso, investigando e interrogando a los compañeros de esta. ¿Qué fue lo que sucedió con esta alumna? ¿Alguien se l...
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Han pasado dos años desde lo sucedido con Aoi y he de decir que muchas cosas cambiaron.
Los que fueron compañeros de Aoi terminaron su preparación pero no todos, algunos no soportaron la idea de que por culpa de ellos una de sus compañeras tuvo que morir, prefirieron vivir la vida con tranquilidad, entre ellos estaba Aoyama, dejó ese sueño de ser héroe y se dedicó a estudiar psicología. Mina se puso a estudiar para ser docente y aún continúa sus estudios, sería una buena maestra para cuidar de sus alumnos.
Los que se convirtieron en héroe, no volvieron a tener contacto entre sí, solo desde lejos se hacían una seña de "hola"; Bakugou había cambiado y simplemente se encargaba de villanos de nivel intermedio y la mayor parte del tiempo, miraba el cielo desde lo alto de los edificios, teniendo siempre en sus manos un chocolate casero que él mismo hacía, con la forma que Aoi le había dado años atrás, deseaba haber probado aquellos chocolates pero no.
Él cargaba con la culpa y así decidió vivir por siempre.
Izuku por otro lado había quedado con un trauma que a veces le hacía alucinar en sus misiones, viendo de vez en cuando a Fuyuka, un alma en pena que lo atormenta...creada por su propia mente, la culpa de haber asesinado a su compañera no lo dejaba descansar y cada vez que aquello aparecía, las disculpas no eran suficientes para calmar su desesperación.
Una vez matas siendo alguien inocente, la mente se vuelve tu peor enemigo.
Por otro lado, los villanos siguieron adelante, AFO, después de pasar por una grave depresión, se dio fuerzas a si mismo para continuar, debía hacerlo por Aoi. Se fortaleció, se hizo más poderoso y se hizo frente a todos los héroes que se metían en su camino, incluso habían llegado a tomar un 30% de la ciudad de Musutafu, siendo este lugar nombrado "Distrito Aoi", un refugio para los villanos que se ocultan de los héroes.
Tomura, junto a su maestro se había hecho más poderoso, liderando a los que arrasaban las ciudades infestadas de aquellos que se hacían llamar protectores de la paz. Había cambiado de carácter, era serio y siempre llevaba consigo un pequeño peluche de Aoi, colgando en su cinturón como un llavero, hablando con este de vez en cuando mientras veía el caos que provocaba, buscando a atraer al asesino de la joven.
- Aoi-chan... ¿estarás bien? -Tomura acaricia con dos dedos el peluche- El maestro se ha vuelto más fuerte y cada vez tenemos mas aliados, el deseo de All for One será realidad, te lo aseguro.
Pelea tras pelea, los villanos siguieron avanzando, cada día se volvían más, crecía la comunidad hasta que en ese segundo año de aniversario de la muerte de Aoi, la ciudad estaba en un 60% tomada por los sirvientes del símbolo de la maldad y este los lideraba con firmeza. La gente que tenían esperanza de que los héroes los salvaría poco a poco fueron sucumbiendo y esa fe que tenían se fue apagando, viéndolos como personas ya holgazanas que no quieren hacer su trabajo.
Siempre se liberaban batallas intensas que ambos bandos eran afectados pero por alguna extraña razón, siempre en ese tiempo, los dos inviernos que pasaron, no actuaron, respetaban esta estación del años. Ver la nieve blanca les hacía sentir como si Aoi estuviera allí, trayéndoles el frío. En ese tiempo, All for One visitaba a su hija en aquel panteón, llevándole flores y bebiendo sake bajo el techo que aquel templo le permitía cubrirse de la nieve fría. Le contaba sobre los logros que habían hecho y sobre las cosas que llegarían a hacer una vez tomen el control de todo. Bebía y bebía y sus sollozos era lo único que se escuchaba en ese lugar pero a pesar de ello, sentía que ella estaba allí, a su lado, abrazandolo para darle apoyo.
