Eventos, celebraciones y sucesos especiales que ocurren dentro del universo de mi historia Twisted Neverland⭐
Este libro tratará acerca de eventos que serán como los del videojuego Twisted Wonderland, pero con un toque de polvillo de hadas ;)
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Cáterin: Pancho Vamos, ¡Ya va a comenzar!
Francisco: ¡Ya voy Cáterin! Agh... ¿Por qué tienes que ser tan entusiasta todo el tiempo?... ¡Whoah!
*La chica lo había tomado del brazo y obligado a sentarse junto a ella a escuchar la radio. Era una de esas radios antiguas, de onda corta, con enormes antenas de metal para captar la señal y una rayita roja que marcaba la emisora FM. La chica giraba la perilla hasta encontrar el canal deseado.*
Francisco: C-Cáterin...
Cáterin: Espera, ya casi...
*Mientras la chica trataba de encontrar la emisora, su compañero se moría de vergüenza. Al jalarlo del brazo, habían quedado demasiado juntos, esto incomodaba al chico, poniéndolo, nervioso, intentaba alejarse pero nuevamente Cáterin lo pegaba más a él, haciendo que las mejillas del chico se tornaran rojas.*
Cáterin: ... ¡Lo tengo!
*Por fin, sintonizó el canal. En él, se escuchaba una suave melodía de guitarra, acompañada de trompetas, violines y una voz masculina que armonizaba junto con los demás instrumentos en una canción de amor.*
Cáterin: Esa canción me encanta...
*Sin darse cuenta, apoyó su cabeza en el hombro del chico, haciendo que este se sonrojara aún más.*
Cáterin: Algún día me oirás cantar en la radio, tenlo por seguro Pancho.
Francisco: ¿En verdad lo crees?
Cáterin: ¿¡Acaso dudas de mí!?
*Se levantó de un salto totalmente indignada.*
Francisco: N-No... es sólo que...
Cáterin: ¿Es porque soy una mujer?
Francisco: Sí... ¡B-Bueno no!... Bueno... ¿Si?...
Cáterin: Hmf...
*La niña de 13 años vió indignada a su amigo. Ambos tenían la misma edad y se conocían desde hace mucho tiempo, por eso no podía creer que no creyera en ella.*
Cáterin: Sabés que mi sueño es cantar, convertirme en músico, ¡Incluso tener un grupo de mariachis que toque conmigo!
Francisco Lo sé... me lo has dicho millones de veces de hecho... eres bastante necia en ese asunto.
Cáterin: ¿¡Entonces!? ¿¡Por qué dudás de mi necedad!?
Francisco: Mira, no es que dude de ti, pero... ¿En verdad vale la pena? Tú quieres ir cantando por todo el mundo, viajando de ciudad en ciudad, que la gente admire tu voz y tus canciones... pero, la vida no es así de sencilla Cáterin.
*Suspiró y bajó la cabeza.*
Francisco: La vida es dura, es difícil y cruel. Tu tratas de ver siempre todo con ese brillo que tienes en los ojos, pero tarde o temprano tienes que despertar de tu ceguera Cáterin. Y cuando eso pase, no quiero que salgas lastimada...