One shots | Marvel (Vol. II)

21 | Helmut Zemo

atenea_offi y luego de un centenar ¡aquí está tu pedido belleza! Espero que lo disfrutes❤️

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Entretenido.

Athenea se encontraba admirando un cuadro en la bulliciosa exhibición de su mejor amiga Sharon.

📲 “Que quede claro que yo solo voy por el arte, no a unirme a tus desastrosas fiestas.”

Había texteado la pelirroja cuando la rubia le había hecho llegar su invitación por un mensaje.

📲 “Creo que tengo nuevas adquisiciones que pueden gustarte.”

Fue lo que le contestó su amiga con sencillez.

Y había dicho la verdad.

Claramente cuando había comenzado a obsesionarse con el arte siendo muy joven una de las primeras obras que amó fue La noche estrellada de Van Gogh. Había obligado a su padre a llevarla al Museo de Arte Moderno de Nueva York para poder verla en persona y posteriormente a llevarla al museo de Van Gogh en Ámsterdam.

Desde ese momento se dió cuenta de que sus intereses, los de su hermana y los de su padre eran completamente distintos.

Luego de aquello siguió conociendo, siguió aprendiendo y una vez más una obra con la noche estrellada la había atrapado, en esta ocasión La noche estrellada sobre el Ródano.

Jamás pudo verla en persona por que algunos conflictos en su vida no se lo habían permitido. Pero ahora estaba allí, frente a ella y se lo debía todo a Sharon Carter.

—Definitivamente te amo, rubia, aunque me dejes ver esto solo en tus ruidosas e insoportables fiestas.

—Creo que en este momento en tus pensamientos corre la frase “No se si soy extremadamente sensible o la vida es insoportable”— Athenea miró a su costado con una pequeña sonrisa, encontrándose con la persona que había dicho aquella frase.

—¿Crees que por citar al artista de esta hermosa obra captarás mi atención?— dijo Athenea cruzándose de brazos. El hombre estuvo apunto de hablar cuando ella misma se respondió— Pues estás en lo correcto— una pequeña y contagiosa risa abandonó los labios de Athenea y seguidamente los de aquel hombre.

—Vaya, yo que pensé que haría falta más de mis estupendo ingenio para cautivar su atención, señorita— la pelirroja negó con suavidad para volver su vista al cuadro, casi a la par que Zemo lo hizo— es una obra estupenda ¿no le parece?

—Por culpa de esa pintura mi padre tuvo que pagarnos a mi hermana y a mí un tour por algunos países de Europa. Ámsterdam, Suiza, Francia; sin duda pasear por el Ródano fue una experiencia inolvidable— comentó la pelirroja con una enorme sonrisa plasmada en su rostro.

—Un lugar sublime, sin duda alguna, señorita...

—Ross, Athenea Ross, mis amigos me dicen Thena— la pelirroja volteó ligeramente en dirección al hombre— es un placer conocerte, o mejor dicho reencontrarte Helmut Zemo— Zemo se sorprendió en aquel instante.

—¿Cómo...?

—Nos vimos antes ¿lo olvidaste? Mi padre me convirtió en tu guía cuando fuiste un gran impostor en el caso de Barnes— y de repente algo hizo click en la mente de Zemo.

Claro.

Por eso sentía que la chica se le hacía conocida, que la había visto en algún otro lugar.

—Athenea Ross, la hija del General Ross.