5.- LOTHLÓRIEN

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El refugio más cercano que tenían era el bosque de Lothlórien. Caminaron durante horas, todos en silencio, perdidos en sus propios pensamientos. Los Hobbits habían llorado durante todo el camino, con el corazón roto, especialmente el pobre Pippin, al que Idril no pudo evitar acompañar de cerca junto a Merry. Idril sentía un dolor enorme, pero no se permitía soltar una lágrima. Légolas la seguía de cerca, preocupándose por su herida.

Por fin pisaron un suelo sembrado de flores. Su mirada se clavó en la maravillosa vista que tenían en frente. Un hermoso bosque, con árboles tan altos como bellos, de hojas doradas y troncos grises y lisos.

"¡Lothlórien!" exclamó Legolas. "Hemos llegado a los límites del Bosque de Oro."

"Atar me habló de este lugar hace  tiempo." Dijo Drada mientras miraba asombrada. "Es más hermoso de lo que podría imaginar."

"¿Atar?"  Preguntó Légolas. "¿Lord Elrond?"

"No. Mi padre."

"¿Tu padre estuvo aquí?"

"Mi padre estuvo en muchos sitios Légolas." Dijo Idril, sintiéndose orgullosa de lo que un día fue su padre.

El grupo entró en la arboleda, la sombra ofrecía una protección contra el sol que los había golpeado desde que salieron de Moria. Se movieron lentamente entre los antiguos árboles, que parecían invocar una sensación de serenidad y conciencia en la comunidad. Esto hizo que el dolor de su pérdida se desvaneciera en el fondo de sus mentes mientras contemplaban los árboles con asombro.

"No os alejéis, hobbits. Cuentan que una gran hechicera habita estos bosques. Una bruja elfa, de terrible poder." Dijo Gimli perturbando la paz del momento. "Todo el que la mira cae presa de su hechizo para siempre desaparecer... y nunca más se los vuelve a ver."

Idril se rió con humor. Sabía a quién se refería el enano, la había conocido hace tiempo en Imladris.

"Yo que tú no me reiría, jovencita." Dijo el enano y miró a su alrededor con miedo. "Seguro que intenta hechizarte. Y aquí hay un enano al que no embrujará con facilidad. Tengo ojos de halcón y oído de zorro."

Nada más Gimli terminó la frase Idril escuchó una pisada a sus espaldas, se dió la vuelta rápidamente para encarar al enemigo, pero fue tarde, un elfo apuntaba una flecha a milímetros de su cara.

Una veintena de arqueros habían aparecido de la nada y apuntaban con sus arcos élficos a la comunidad que se detuvo por el miedo. Un elfo alto y rubio dió un paso adelante. El elfo miró al enano brevemente antes de mirar a todos los demás en la comunidad.

"El enano respira tan fuerte como para alcanzarle en la oscuridad." Dijo el líder, Haldir, con un tono impasible. Gimli se limitó a gruñir.

Haldir y sus hombres trasladaron a la comunidad de campo abierto a partes más profundas y protegidas del bosque. Llegando a una especie de plataformas elevadas entre los árboles, con preciosas escaleras de caracol que se enroscaban en los altos troncos plateados.

Légolas e Idril, arrastrada de la mano por Aragorn se apartaron del grupo a conversar con Haldir, que se dio la vuelta para mirar a Légolas y colocó su mano sobre su pecho. "Mae Govannen, Legolas Thranduilion (Bienvenido, Legolas, hijo de Thranduil.)" Dijo Haldir.

"Govannas vîn gwennen le, Haldir o Lórien (Nuestra comunidad esta en deuda contigo.)" Contestó Légolas con el mismo gesto.

"A Aragorn in Dúnedain, istannen le ammen (Aragorn, de los Dunedain, nos eres muy conocido)."

AEGLOS - UN FANFIC DE LEGOLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora