Idril Gilthoniel, única hija de Gil-Galad, emprenderá su viaje para convertirse en Reina de los Noldor, ¿lo conseguirá o seguirá temiendo a su destino por los fantasmas del pasado?
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•ESTA HISTORIA ESTÁ BASADA EN...
Horas más tarde la luz del sol brillaba a través de las hojas doradas de los árboles y los pájaros matutinos cantaban sus dulces canciones. Aragorn se acercó silenciosamente a la pareja de elfos que dormía plácidamente en una de las camas. Fingió una tos estridente con intención de despertarlos, cosa que funcionó.
Idril y Légolas abrieron sus ojos de golpe y se encontraron con Aragorn, que les miraba desde arriba con cara de confusión.
"¿Qué está pasando aquí?" Preguntó el Dúnedain. Los elfos se levantaron rápidamente, separándose como podían.
"Nada, no ha pasado nada." Se apresuró a decir Légolas.
"¿Nada?" Inquirió Aragorn con una sonrisa de incredulidad.
"Sólo que... Anoche no podíamos dormir y le pedí a Légolas si se podía quedar conmigo y bueno, nos dormimos." Dijo Idril casi atragantándose. Aragorn sólo levantó las cejas, cosa que puso más nerviosa a la elfa. Se levantó de prisa de la cama, recogiendo su ropa. "Voy a cambiarme, tenemos que irnos." Y con esto salió corriendo de la situación incómoda en la que estaba.
"¿De verdad ha sido eso lo que pasado, Légolas?"
"De verdad, amigo, no tendría por qué mentir." Respondió Légolas sentado en la cama, asimilando lo que había pasado la noche anterior.
"No tengo por qué no creeros." Dijo Aragorn sentándose junto al elfo. "Veo que te preocupas mucho por ella, ¿no es así?"
"Siento esa necesidad, no sé por qué. Sólo lo siento." Dijo mirando el suelo.
"Te entiendo, me pasa lo mismo con Arwen. Es una gran mujer, me alegra de que seas tú." Y le dio una palmada en la espalda al elfo, levantándose. "Deberíamos ponernos en marcha, Haldir no tardará mucho en venir a buscarnos." Y dicho esto se fue, dejando al elfo solo con sus pensamientos. ¿Cómo que se alegraba de que fuera él?
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La comunidad se reunió tiempo después de haber desayunado, todos preparados para partir. Haldir no tardó en llegar a recogerlos y acompañarlos a un pequeño puerto en el Río Anduin. Allí Celeborn y Galadriel les esperaban.
Se colocaron en fila, y varios elfos de Lorien los obsequiaron con una capas elficas. "Nunca antes hemos vestido a extraños con el atuendo de nuestro pueblo. Que estas capas os sirvan de escudo frente a los ojos enemigos." Dijo Celeborn.
"Ahí tenéis los botes para continuar por el río, os hemos preparado provisiones para el camino y herramientas necesarias." Dijo Haldir mostrándoles los botes. Los hobbits curiosos no perdieron tiempo en entrar a ellos a ver lo que los elfos les habían dejado. Seguidos por Idril y Légolas.
"Lembas, pan élfico para el camino." Dijo el elfo agarrando un paquete bien envuelto y mostrándoselo a los hobbits.
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