CAPÍTULO SEIS

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Paso aproximadamente una hora de la conversación de las señoras y con ella lo que hacían su descendencia en la otra habitación.

Hicieron tan sólo una pausa al tema puesto que Madame Lan recordó la hora del almuerzo de la secta Lan, tan puntual como siempre, además de CangSe SanRen recordó a Madame Yu dar lactancia a Jiang Cheng.

Todo marchaba estupendamente perfecto, la señora Lan indicó servir la segunda comida del día a los encargados de traerla y acomodar la mesa que ocuparían cada familia.

Pero...
Justo en ese instante al salir del gran salón principal donde dialogaban encontraron a un integrante de la familia principal, con la característica sobresaliente de la barba colgante.

La primera en saludar fue la madre de Wəı Yıng, que por supuesto no fue la típica reverencia, sólo palmeo el hombro del mencionado hermano menor del líder Lan

_A-Ren, como ha estado viejo amigo, si que la vida lo ha tratado gentilmente
Sólo se le mira por la barba que tiene

_No somos amigos.
Ni mucho menos tan cercanos para que una desvergonzada como tu me llame tan familiarmente

_Pf aún sigues recordando la vez que te hice un gran corte?!

Lan Qiren intento mantener la calma en el exterior, al no poder con su interior, realmente estaba aterrado que la Señora de blanco con detalles negros de túnicas le hiciera algo y más ahora cuando mencionó lo de su amada... no que digo, preciada, adorada barba.

Ignoro ese comentario lo más que pudo, llegando a casi lograrlo, digo casi porque la muy alegre, traviesa, bromista y hermosa cultivadora errante acercó su mano a la barba de Qiren, este comenzó a respirar pesado, le faltó oxígeno, fue muy rápido todo, tocando su propio pecho cayó desmayado.

_Que hiciste idiota!

Para no ser el vocabulario de una cultivadora que hacía temblar con sólo su nombre, fue así que se dirigió a SanRen para después estamparle un suave sape.

_Atenla con Zidian

Agregó la Jin en sentido de broma

_No siquiera lo topó

Comentó la Nie al estar presente al acto de exageración del cuñado de la señora de Gusu.

Mientras todos discutían y madame Lan trataba de tranquilizar a sus amigas se olvidaron unos cinco minutos de Qiren.

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