CAPITILO DIEZ

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Wəı ChangZe había quedado hablando con BooShan SanRen, de distintos asuntos de los que le habían sido encomendados.

También el error que tuvo de nombrar la secta Yiling Wəı frente a los otros líderes, unos cuantos y los cuales eran amigos suyos, sin embargo tenía prohibido esa mención, luego de eso se formo un juramento, nadie diría absolutamente nada, llevaría ese secreto a la tumba, sin decir ni una sola palabra a las próximas generaciones.

Los años pasaron, todo parecía pintar de maravilla, una imagen dada al exterior por los padres de Wəı Yıng, al no desear preocupar más a los señores de muelle de loto, ni mucho menos a las señoras Nie y Jin.

Ese transcurso del tiempo una relación de hermandad se formo en los pequeños Wəı y Jiang's, una que a la vez confundían a todos llegando a pensar que los tres eran hijos de un sólo matrimonio sin importar con que parejas estuviesen.

Claro que también hacían visitas al clan Lan, aunque ahora le fue más difícil a Wei Ying entablar una conversación con Lan Zhan, lo intento una y otra vez hasta conseguir jugar con él.

La infancia de todos los junior's de ese entonces fue la mejor, todos se llevaban de maravilla, a veces por orden de los padres los dividían unas horas, en pareja para que pudiesen convivir en privacidad, acostumbrarse a estar solos y lograr que una relación pudiese formarse.

Ahora los niños contaban con la edad de 7/8 años con años mas de diferencias de los más grandes, como lo eran MingJue, YanLi, ZiXuan, Xichen.

Todos se encontraban reunidos nuevamente a las afueras de Gusu Lan, con permiso de los señores, ni los más jóvenes se salvaron, todos jugaron divertidamente, hasta Lan Zhan se ánimo a jugar con ellos, siguiendo únicamente a Wei Ying.

°•°

Así paso horas, y horas hasta notar el sol en su punto más alto, alumbrando todo y llenandolos de más calor, abanicandose con las manos a excepción de HuaiSang quien tenía un abanico, siempre lo llevaba consigo, cada año recibía uno nuevo por el mismísimo MingJue.

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