Capítulo 2.

859 54 11
                                    


Sentí un aire frío recorriendo mi cara, me congelaba, abrí mis ojos y contemplé un vacío, no había nada, todo era blanco. Me levanté y miré a los lados. ¿Qué mierda estaba pasando?

─ ¿Hola? ─ dije caminando hacia… ninguna parte.

─ Hola Martina. ─ Giré rápidamente al oír una voz femenina detrás de mí.

─ ¿Quién sos? ─ pregunté. La mujer era gorda, grandes curvas, piel morena oscura.

─ Soy Ronda, cariño; te explicaré, estás en el limbo, un lugar entre el cielo y la tierra, vos deseaste que tus madres nunca se hubieran conocido, y te lo hemos dado, el problema es que si ellas no se conocen… vos no existís.

─ ¿QUÉ? No, no, no debo estar soñando. ─ La mujer me pellizcó el brazo ─ ¡AUCH!

─ No estás soñando querida, mirá, tenés una oportunidad de enmendarlo pero para ello es necesario… una vuelta en el tiempo.

─ ¿Qué significa?

─ Bueno, el camino de tus madres ya está separado, tendrías que volver el tiempo, a donde todo comenzó y hacer que se conozcan, hacer que estén juntas esa noche en el baile. ─ dijo. Yo miré hacia adelante esperando despertar, pero no importara lo que pensara esto era demasiado real.

─ Llevame ahí. ─ dije segura, estoy dispuesta a arreglar mi error, lo que dije, jamás lo dije en serio.

─ Cerrá los ojos. ─ le hice caso y los cerré muy fuerte. Otra corriente de aire helado azotó contra mi cara, cuando sentí que era el momento abrí mis ojos. Escuché un timbre sonar, el timbre de la escuela.

─ Lo siento. ─ una chica chocó conmigo, tiró todos sus libros al piso.

─ No importa. ─ la ayudé, me agaché a su lado y recogí todos los papeles esparcidos por el piso. Levanté mi mirada, era ella mi mamá. Traía unos lentes enormes y una sudadera aún más enorme con unos jeans desgastados, definitivamente era ella, la reconocía, pero jamás la había visto vestida de ese modo, es decir, ella siempre vestía muy lindo.

─ ¿Mamá? ─ dije ante la sorpresa.

─ ¿Disculpa? ─ la ayudé con sus cosas y me levanté junto a ella.

─ D-digo… mama mía, ¡qué linda sos! –dije nerviosa.

─ Bueno… si vos lo decís. ─ ella pasó unos mechones detrás de su oreja. Se giró hacia los casilleros y abrió el que yo suponía que era suyo.

─ Ah… soy Martina ─ alargué mi mano esperando que la estrechara.

─ Soy Brisa pero me dicen Bripsi o bueno, Bri ─ dijo amablemente estrechando mi mano.

─ Chica nueva. ─ sentí un aliento en mi nuca, escuché esa voz ronca, pero a la vez, femenina, definitivamente era ella.

─ Madre. ─ susurré al verla a los ojos, parada detrás de mí, era raro llamarla de esa forma pero la impresión le ganó al orgullo.

─ Puedes llamarme mami, cuando quieras preciosa. ─ Abrí los ojos al oírla hablar de esa manera ─ . Soy Angie, Angie Velasco ─ extendió su mano.

─ Martina, Martina V... Venado ─  Las manos me sudaban cuando la estreché con la suya.

─ ¿Venado? Qué gracioso es tu apellido, aunque tu nombre es muy hermoso. ─ me dijo, tragué duro.

─ Sí, gracias, eh… ─ miré hacia donde, hace un minuto, estaba mi mamá. ─ ¿En dónde está mamá?  ─ me pregunté.

─ ¿Viniste con tu madre? ─ preguntó encarnando una ceja.

─ ¿Qué? ─ La miré ─ no, no, yo… tengo que irme, gusto en conocerte, Angie. ─ corrí por los pasillos, evadiendo el gentío, chocando con muchas personas, a la mayoría los conocía, pero parecían más jóvenes.

Al fin logré divisar a mi madre, hablaba con la tía Lu, al igual que mamá parecía nerd.

─ Al fin te encuentro. ─ dije llegando a su lado.

─ ¿Estás hablando con nosotras? ─ Preguntó la tía Lu abrazando sus libros contra su pecho.

─ Sí, ¿con quién más? ─ les sonreí y ellas me miraron como si estuviera loca.

─ ¿Quién sos? ─ Preguntó de nuevo la tía Lourdes.

─ Martina Venado ─ dije recordando lo que le había dicho a mi madre hace un minuto.

─ ¿Venado? ─ Preguntaron ambas al unísono.

─ Lo sé, es raro. Pero bueno no hablemos de eso, mejor hablemos de Angie Velasco ─ le guiñé un ojo a mi madre.

─ ¿Por qué querríamos hablar de esa boba? ─ Escupió mamá.

─ ¿No te parece linda? ─ le pregunté.

─ No, es una ególatra y una cerda sexista. ─ Dijo con una mueca de asco.

─ Debiste haber dicho eso el día del divorcio. ─ Murmuré.

─ ¿Qué?

─ Nada. ─ Respiré hondo ─  Pero yo creo que vos le gustás. ─ traté de convencerla. Ella se echó a reír junto a tía Lourdes.

─ Sí claro, y yo me caso con Martina Benza el mes que viene. ¡Qué tontería! ─ La miré con los ojos abiertos, de hecho la tía Marti y ella son la pareja más linda que he visto.

─ Oh bueno, tal vez no el mes que viene pero…

─ Sos muy graciosa Martina, en serio. ─ Dijo mamá.

─ Sí, me agradás, ¿querés sentarte con nosotras en el almuerzo? Aunque no te culpo si decís que no. ─ Dijo Lourdes. Sonreí.

─ Me encantaría. ─ estar cerca de mi mamá me facilitará las cosas, ahora el problema era acercarme a Angie, no lo he hecho en quince años, ¿cómo se supone que debería empezar?

la historia de mis madres ─ [ ADAPTACIÓN BRANGIE ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora