MOLECULAR. Bakugo Katsuki X Lectora

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¿Es en serio?
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A decir verdad, la semana se ha pasado demasiado rápido, tanto que es sorprendente, genuinamente, ha sido un lapso muy relajado, sin mucho movimiento y bueno, cualquier cosa lo es si lo comparamos con la sarta de eventos que acaecieron durante el año anterior.

— Hey, _____ — me llama Hanta en cuanto termina la clase.

— Dime — contesto mientras preparo mis pertenencias para salir del aula e irme a casa.

— ¿Es cierto que vas a salir con Bakugo? — me cuestiona. Oh, ese sujeto, seguro ya le dijo a todo nuestro grupo de amigos.

— Bueno, técnicamente, sí.

— ¿En serio? ¿Desde cuándo?

Me río, Hanta lo está malinterpretando, es lindo como me juzga con la mirada, como si hubiese cometido el mayor error de mi existencia.

— Si te lo dijera, ya estamos planeando el matrimonio, el divorcio y hasta cómo nos vamos a morir — ja, como si eso se pudiese planear. Hanta, sí, es un tanto cómico, pero, también es considerablemente torpe de su parte, si Bakugo y yo estuviésemos juntos, probablemente, él sería el primero en enterarse con palabras explícitas como “_____ y yo somos novios, ahora alábenme por hacer lo que los adolecentes promedio hacen, hijos de perra, estoy en una maldita relación” o algo por el estilo.

Hanta reprime una carcajada.

— ¿Entonces? — cuestiona referente a lo dicho por Katsuki.

— Ah, no sé, saldremos a algún lugar o algo — realmente, no importa, de todas formas, no hay muchos lugares extraordinarios a los que se puede ir con poco presupuesto en esta ciudad tan cara, claro, se me podrian ocurrir cientos de ideas de “actividades”, pero, casi todas involucran los mismos lugares, así que no me preocupa mucho, es un tanto predecible.

— Vaya… oh… entonces si “van a salir”, pero, “no están saliendo''.

— Exacto — contesto con una expresión de satisfacción.

Tomo mi mochila y comienzo a caminar rumbo a la salida.

— Sabes que le gustas desde el año pasado, ¿cierto? — debo de admitir que me sorprende un poco, ¿en serio?

— Eh… no, no sabía.

— ¿Por qué no te das cuenta de lo evidente…? — dice por lo bajo — En fin… ten cuidado, camina por la sombra, mira bien al cruzar la calle.

— Gracias. No me voy a morir, tranquilo, ¿quieres que te traiga un recuerdo? — pregunto esto último a modo de broma.

— _____, no vas a ir a un sitio turístico — como si no fuera obvio.

— Al menos podría traerte una roca, pero, no me molestaría buscar algo bonito para ti — contesto para relajar la situación.

Estamos al frente de la escuela, parece ser un día tranquilo, lo cual es bueno. Es momento de ir a casa.

— ¿Te acompaño a la estación? — pregunta el chico de oscura cabellera.

— No, está bien. Siempre tardamos mucho cuando me acompañas a la estación y bueno, hoy Leah llega temprano a casa.

— Entonces, hasta pronto — dice.

— Te veo el lunes — me despido con esas palabras, entonces, me alejo caminando tranquilamente.

Estamos en primavera, así que, como es frecuente en estas épocas del año, el clima es bastante bueno, templado y cómodo para realizar tus actividades diarias, como estudiante del curso de héroes, lo agradezco. Tomo el subterráneo, avanzo las estaciones necesarias y al salir camino algunas cuadras hasta llegar a casa.