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La salida con Bakugo es hoy y la verdad es que... no me preocupa, si bien nunca le he prestado atención al sujeto más allá de de nuestras interminables competiciones, también existe la opción segura y genérica: el cine.

Ir al cine no es solo la opción genérica, también es una de las opciones más confiables, hay un poco para cada tipo de gente, niños pequeños, parejas que quieren besuquearse, eruditos, pretenciosos, gente a la que le gusta llorar, asustarse, reírse de chistes malos o atascarse con comida de dudosa calidad y procedencia. Es perfecto, es infalible.

He llegado a su casa, es como la recuerdo de aquella vez que vine aquí junto a Hanta, Mina, Denki y Ejiro, tal vez el único cambio son los retoques en el color de la fachada. Toco a la puerta, entonces me abre la puerta una mujer muy parecida a Katsuki, es su madre.

— Buenas tardes, señora Bakugo — saludo haciendo una leve reverencia.

— Oh...  ______, tanto tiempo sin verte, Katsuki no para de hablar de tí — oh... vaya —. Hoy saldrán, ¿no es así? — asiento con la cabeza — Dale unos minutos, se está preparando.

Se queja de mi impuntualidad, pero, ahora es él quien tarda.

— ¿Quieres pasar? — pregunta la mujer.

— Así estoy bien, gracias — respondo.

— Entonces, te haré compañía. ________ —me llama —, cuida que Katsuki no se menta en problemas, puede llegar a ser muy agres...

— Cierra la boca, vieja, me avergüenzas frente a ______ — grita a su madre.

— Pequeño... — comuenza a exclamar su madre, de acuerdo, no vine hasta acá a escuchar gritos.

— Katsuki, vámonos — el chico voltea a mirarme y la discusión familiar se interrumpe —. Señora Bakugo, un placer verla de nuevo, ¿me puedo llevar a su hijo?

— Llévatelo el tiempo que quieras — sonríe, katsu ahora tiene expresión de "mi madre me odia", creo que comprendo el sentido del humor de esta mujer —. En realidad, ¿puedes traerlo aquí antes de las ocho? — creo que de verdad quiere que traiga personalmente a su hijo a casa.

— ¿En serio? — pregunto.

— Sí — responde.

— Oh... lo haré — vaya petición extraña.

— Vayan con cuidado — anuncia la señora.

Caminamos con dirección al subterráneo en silencio y una vez en al vagón, escucho la voz de Bakugo.

— ¿Qué fue todo eso? — pregunta — ¿Por qué te comportaste tan amable con mi madre e incluso aceptaste regresarme a casa?

— Hay una cosa muy bonita llamada instinto de preservación — respondo.

— ¿A dónde me vas a llevar? — pregunta mi acompañante.

— Al cine — contesto.

— No lo pensaste mucho, ¿cierto? — cuestiona.

— No — lo pensé toda la noche, necesitaba el lugar más promedio posible.

Bajamos del vagón caminamos una cuadra y entramos a la plaza, posteriormente al cine. Hay poca gente.

— ¿Qué quieres ver? — le pregunto.

— Lo que sea — responde.

— Entonces, veamos "El color de tu alma: el musical" — digo.

— Tú odias los musicales tanto como yo — se queja.

— Dijiste: "lo que sea" — en realidad, lo estoy usando porque no sé que película elegir.

MOLECULAR. Bakugo Katsuki X LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora