#3 La graduación

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La graduación de la escuela preparatoria está a la vuelta de la esquina, bueno, no, pero se entiende. No soy la mayor fan de las despedidas ni de cosas como salidas con mis compañeros que no son mis amigos... pero, bueno, todo esto es culpa de Kirishima. El muchacho quería que su mejor amigo estuviese en la reunión y la única forma de convencerlo es conmigo ahí, así que me convenció pagando la cena, eso no repone mi tiempo o el esfuerzo social, pero a fin de cuentas, Ejiro también es mi amigo y no aclaró cuanto tiempo debía permanecer en el lugar, cuestión que puedo usar a mi favor.

La ceremonia es bastante meh... no es la cosa más interesante, tan solo un par de discursos de mis compañeros... incluso Katsuki, quien sigue igual de altanero y cuyo pronunciamiento no es relevante. Por mi parte, me he negado a decir algo, no por vergüenza sino porque sé que al igual que lo dicho por mis compañeros de generación, será irrelevante, algo como: "bueno, aprendí bastante, hubo situaciones difíciles, otras enormemente estultas y cosas un tanto aburridas, pero la preparatoria es interesante, bye".

Lo único que me importa es despedirme de Aizawa-sensei, quien fue mi mentor durante mi camino académico en la escuela de héroes, básicamente porque es el único que se atreve a tratar con alumnos que poseen dones fuera de lo común.

Me acerco a mi maestro y cuando menos lo noto, Shinso hace lo mismo. Realmente él y yo nunca nos llevamos mal, incluso podríamos considerarnos levemente amigos, pero, es verdad que siempre ha habido una rivalidad entre ambos, más de él hacia mi, porque a mí lo cierto es que me da bastante igual.

—Sensei— llamo a mi maestro con tranquilidad para llamar su atención, él voltea inmediatamente a mirarme —. Solo quería darle las gracias y bueno, tome esto— le digo, poniendo en sus manos un termo, es algo que aprendes estando con él  al hombre le encanta beber café, té o lo que sea durante el día.

—Oh... genial, niña, gracias— responde, observando con cuidado el regalo que le he dado.

—Sensei— también lo llama Shinso.

—¿Y tú que quieres?— le pregunta nuestro maestro, quien no es el más aserrimo fanático de la atención.

—Yo también le traje un regalo— responde, extendiendo sus brazos y dándole una pequeña almohada de viaje —. Y me gustaría darle infinitas gracias.

El maestro lo queda viendo como si no le importara, tan solo al final asiente.

—Tengo que hablar con ustedes dos, pero por separado...— comenta Aizawa-sensei —. ________, quédate, Shinso, lárgate, en un momento te hablo.

Mi compañero me mira mal por un instante, hasta yo lo noto. Yo no le expreso nada, poco me importa lo poco o mucho de su desprecio por mí.

—Dígame sensei— pido a mi maestro con tranquilidad.

—Ugh... cualquiera diría que tras más de dos años juntos comenzaría a al menos no odiarte tanto— menciona serio a la vez que aburrido—. ¿Qué piensas hacer ahora que te graduas?— pregunta.

—No lo sé... quizás seguir trabajando con Mirko, me costó trabajo convencerla, no pienso soltarla tan fácil—respondo rascando mi cabeza en señal de ansiedad quizás.

No sé muy bien qué hacer... digo... supongo que seguir con mi carrera...

—Bueno, cambio de pregunta, ¿qué quieres hacer con tu vida?— cuestiona mirándome con seriedad.

¿Qué quiero hacer de mi vida...?

—Vamos, ________. Sé que ingresaste a esta escuela porque tenías las aptitudes y podías aprovecharte de ello— me dice —. Pero jamás tuviste una razón propia, no te motiva ayudar a la gente, no te interesa tener atención, tampoco te enamora la estrategia en combate o siquiera tienes motivación por ganar— continúa mi maestro —, solo te da curiosidad ver las consecuencias. Creí que conociéndote mejor encontraría tu motivante, pero no hay nada, solo lo haces porque te es fácil. Eres talentosa en esto, más que muchos... tal vez es por eso que no le agradas a Shinso...

Lo miro con duda.

—Lo tienes todo en bandeja de plata sin siquiera esforzarte— comenta —. Pero eres mi alumna, eres increíble y podrías vivir de esto sin problema apenas con algo de esfuerzo, ¿en verdad quieres hacer esto por siempre? Vivir en el piloto automático de ser héroe sin una pizca de interés.

Lo observo con duda, confusión y un toque de seriedad.

¿Quiero vivir de esta manera? Mierda... jamás me había preguntado eso, pienso... si soy buena en ello, ¿por qué no hacerlo?

Soy rápida para crear planes, he aprendido a ponerlos en acción, he mejorado mis habilidades físicas y no sé me complica mucho. Incluso y tras mucha práctica soy capaz de cuidar a la gente, hacerla sentir segura...

Soy humana... debería hacerme feliz ayudar a la gente, ¿no? Debería levantarme cada día orgullosa de haber salvado a alguien un día, de darles esperanza. Pero... no, nada...

...

—______, ¿estás bien?— me pregunta mi novio, no he hablado mucho el día de hoy.

—Sí...

—No es verdad, ahora siéntate y vas a contarme todo. Nadie le causará tristeza a mi novia, así que dime— ordena de forma casi autoritaria, pero sé que está preocupado.

Le narro lo pasado con  Aizawa-sensei, el me escucha con atención.

—Mierda...— responde —. Haz lo que te plazca, destruye a cualquiera que se atraviese en tu camino, puedes ser lo que quieras. Puedes mandar el mundo a la mierda si te viene en gana.

MOLECULAR. Bakugo Katsuki X LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora