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Hyunjin pudo verlo sentado en las gradas del campo de fútbol con un libro abierto sobre sus piernas; se veía más concentrado en lo que estaba leyendo que en los chicos que corrían pateando un balón por todo el campo verde.

Pensó en lo cautivadora que era la imagen del pequeño chico, su cabello moviéndose un poco por el aire, mordía levemente su labio inferior, sus largos dedos aferrándose al libro y pasando las páginas, un pequeño puchero en sus labios.

Sin pensarlo tanto, fue y subió las gradas hasta donde estaba Jeongin y se sentó junto a él. Quería estar con él después de casi tres semanas sin siquiera haberlo visto por los pasillos. Jeongin al sentir la cercanía de cierta persona, alzó la mirada y sonrió ampliamente al ver a Hyunjin junto a él, mirándolo.

-¿Qué tal todo, Hyunjin? ¿Necesitas algo?

-Todo bien, sólo quería fumar un poco y te vi aquí, así que decidí venir contigo ¿te molesta? -lo miró a los ojos-. Digo, porque la última vez saliste corriendo y comienzo a pensar que desde esa ocasión estás huyendo, como si quisieras evitarme a toda costa ¿es así, Jeongin? -dejó de mirarlo para mirar a los chicos en el campo entrenar... o al menos fingir que lo hacía.

-Yo... lo siento por ese día. En serio tenía que ir a terminar unas cosas y...

-¿No habrá sido por la cercanía de esa ocasión? -se acercó al rostro de Jeongin y éste al instante se puse tan rojo como un tomate.

-N-no, para nada -susurró con un nudo en el pecho. El corazón le latía a mil por minuto y no podía hacer nada más que apreciar al pelinegro por la poca distancia que había impuesto-. Hyunjin, deberías alejarte... estamos frente a muchas personas y pueden vernos y entonces se confundirán respecto a todo esto y ya sabes, empezarán con rumores falsos y...

-¿Te molesta que te vean conmigo? -preguntó separándose para sacar la cajetilla de su chaqueta y tomar dos cigarrillos. Ésta vez Jeongin sí aceptó el que le daba. Sacó el encendedor y prendió el suyo, pero se detuvo cuando iba a encender el de Jeongin.

-No, claro que no, pero pensé en que quizás a ti sí... las veces que hemos hablado han sido lugares en donde estamos solos o la gente corre lo suficiente como para no prestarnos atención -agachó la mirada, viendo el cigarrillo apagado entre sus dedos.

-¿Por qué habría de molestarme? me importa una mierda lo que la gente hable, Innie. Que digan lo que quieran, no voy a esconderme cuando esté contigo.

-¿Podrías... crees que podrías hacer lo mismo de la otra vez? -preguntó alzando la mirada hacia Hyunjin. Éste último lo miró con expresión expectante y confundida al no saber a lo que se refería-. Lo del humo...

-¿No quieres ese? -hizo un movimiento de cabeza para que Jeongin entendiera que se refería al cigarro que ya le había dado.

-Sí lo quiero, pero me gustó la sensación de... bueno, olvídalo, sólo prende éste -se calló de golpe al sentir el índice y pulgar de Hyunjin sobre su barbilla. Le giró la cabeza con suma delicadeza y se miraron a los ojos.

Jeongin no hizo nada más que ver a los ojos tan profundos de Hyunjin mientras daba una calada a su cigarro y manteniendo la boca cerrada para guardar el humo ahí. La distancia era muy corta y Jeongin cerró los ojos igual que la vez pasada. Hyunjin se centró en sus labios, tan rosados, tan húmedos, gruesos y esponjosos; tan besables. Siguió acercándose como la vez pasada. Su mano se despegó de la barbilla de Jeongin y se colocó con suavidad sobre su mejilla.

Cerró la distancia casi justo como la vez pasada. ¿La diferencia? Esta vez sus labios sí se unieron, no en un simple roce. Hyunjin sintió que el cuerpo de Jeongin se estremecía de una manera casi imperceptible, pero a pesar de eso, se sintió aliviado de que Jeongin no hiciera ni el más mínimo intento por alejarse.

Jeongin sentía que en cualquier momento le daría un infarto. Alguien tendría que estar llamando a los paramédicos desde ya. El humo llenaba su boca de una manera más completa que la vez pasada y los labios de Hwang se sentían como estar en el cielo.

Hyunjin se sintió en la completa libertad de profundizar el beso. No podía llevar su otra mano a la cintura de Jeongin pues era donde tenía el cigarrillo encendido y no podía permitirse un accidente, pero sintió que su corazón daba un vuelco cuando sintió las manos temblorosas y nerviosas de Jeongin encaminarse hasta sus hombros y luego enredarse en su cuello. Nunca ningún beso le había hecho sentir tan completo.

Separaron sus labios, pero aún estaban cerca. Jeongin fue el primero en alejarse. Hyunjin ya se estaba acostumbrando a verlo apenado, sonrojado o tímido y ésta vez no fue la excepción.

Hyunjin no quiso hacer ningún comentario para no incomodarlo más, así que simplemente llevó el encendedor a la punta del cigarro que Jeongin había llevado a su boca en señal de que quería fumar.

-¿Has fumado más sin mí, pequeño traidor? -preguntó Hyunjin después de haber encendido el cigarro de Jeongin y de que éste diera la primer calada sin problema alguno.

-Yo... el otro día compré una cajetilla. Eran de menta y quizás suene ridículo, pero me gustaron y...

-Creo que la menta va contigo -asintió sin dejar que Jeongin dijera algo más.

Y así se quedaron por un buen rato, simplemente dando caladas a sus respectivos cigarrillos. No necesitaban decir nada, sólo estar en cercanía el uno con el otro.

-Hyunjin... ¿por qué compartes de tus cigarrillos conmigo? Ya vi que no son muy económicos y he notado que ni a tus amigos les obsequias uno -Jeongin estaba mirando su perfil y cómo el aire se llevaba el humo de su boca.

-Porque ellos son unos idiotas -contestó aún mirando hacia enfrente.

-¿Y yo no lo soy?

-Oh, claro que lo eres, pero eres un pequeño idiota muy lindo, adorable, inteligente y sexy, así que se te permite. Y además eres agradable, me gusta más estar contigo que con esa bola de idiotas sin más cualidades -le obsequió un guiño a Jeongin y éste rió levemente-. Y ellos no son nada atractivos, así que no me puedo siquiera plantear el besarlos -y la risa de Jeongin se detuvo ante esas palabras.

-No digas eso... -susurró.

-¿Por qué no? Todo es verdad, ellos no me gustan y... -vio que Jeongin se levantaba y tomaba sus cosas-. No, no te puedes ir otra vez así como si nada y dejarme hablando solo sobre un tema que tenemos que aclarar.

-No hay nada que aclarar sobre nada... todo está bien, tranquilo -dijo y se dio la vuelta para comenzar a bajar las gradas.

-Jeongin.

-Hablamos luego, Hyunjin, en serio tengo que hacer unas cosas -y siguió su camino. Hyunjin pudo ver cómo daba una última calada al cigarro antes de apagarlo contra una de las gradas.

Jeongin se dio media vuelta y se despidió de Hyunjin con una pequeña sonrisa. No se volvió a detener, no regresó y Hyunjin no volvió a verlo en lo que restaba del día.

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Cigarettes • HyunIn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora