Trate de incorporarme y cuando apoye las manos en la tierra, sentí el frio del suelo en las palmas de mis manos y miré la zona cerca de ellas, había un piedra no muy lejos que seguramente podría tomar para protegerme. Me mantuve en esa posición y lleve mi mirada a ese demente, pero de nuevo otro tirón en la nuca. Como un instinto para apaciguar el dolor lleve mi mano alrededor de mi cuello, solo sentía un fuerte dolor de esa zona que palpitaba, pero tenía que pensar en lo que estaba sucediendo.
¿Acababa de decir que me diría unas reglas y me dejaría libre?, quizás el golpe me estaba haciendo escuchar cosas extrañas o ese chico ya estaba podrido completamente.
Antes quería saber su nombre, pero ahora tenía otra pregunta en la cabeza.
_ ¿Te escapaste del manicomio? _
Estaba molesta y él lo sabía, aun así, parecía que no tenía tiempo, como si algo lo apresara volvió a hablar.
_ Se que me estoy metiendo en problemas al tomar una marca de los Deker, pero me arriesgare porque creo que lo vales. Soy Gabriel del clan de los Hoksons y esta esta es la marca de mi clan_ del bolsillo de su pantalón sacó algo y mostro una piedra negra con un pequeño dibujo con dos puntas hacia arriba, casi como una flecha.
Yo ya había tomado la piedra que estaba cerca sin que se diera cuenta y al igual que a él le importaban mis preguntas a mi me importaban sus palabras, "nada".
Con la poca fuerza que recupere le lance esa piedra y en una velocidad sobrehumana tomo con la mano que descansaba en el regazo de su pierna y la lanzó a un lado, él solo parecía algo molesto porque estaba perdiendo el tiempo, pero después de eso ya tenía toda mi atención así que volvió a hablar.
_ Ahora quédate quieta y escucha_ volvio a acomodarse _ Las reglas son simples, para salir viva de este lugar solo tienes dos opciones, la primera que dudo puedas conseguirlo si esa es tú fuerza, es llegar con vida de regreso al instituto para que alguien respete tú decisión de a que clan quieres pertenecer. Y la segunda es colocarte la marca bajo tú cuello para que se grave en tú piel, una vez que lo hagas, dicho clan te sacara de este lugar _ indico la marca bajo su cuello que un tatuaje con el mismo dibujo de la piedra que había sacado de su bolsillo_ Ya no perteneces a los Deker al ingresar a las selecciones y tampoco tienes la marca de su clan como para grabarla en tu cuello ahora. Te aleje del centro de los enfrentamientos de las marcas porque no deseo que estes en otro clan, si no en el mío _ se levanto de su lugar _ Puedes colocarte la marca ahora y jurarle lealtad a mí clan y regresaremos de inmediato_
_..._ solo desaparece.
_ Eso creí_ se tomo un momento y volvió a hablar_ esto algo que tienes que hacer por propia voluntad y con tus propias manos, no puedo obligarte _
Claramente si pudiera obligarme lo estaría haciendo, se levantó y solo me alteré al pensar que podría atacarme, pero solo extendió la mano para que tomara lo que me estaba entregando, con cuidado extendí mi mano y tome esa pequeña piedra. Despues de entregarme la marca de su clan se retiró tranquilamente del lugar y hasta que no lo perdí de vista no me moví.
Nada de lo que acababa de escuchar tenía sentido. Había sido abandonada a mi suerte en medio del bosque por un demente que casi me mata y dice que moriré en una especie de juego que solo tenía dos reglas.
Aunque no fue de inmediato recordé unos ojos delineados de igual forma esa mañana, solo que era difícil relacionarlos por sus personalidades, había visto a una chica en el instituto, quizas pertenecían a la misma secta, pero a diferencia de él esa chica fué muy amable.
Miré en todas las direcciones, incluso mire al cielo rogando despertar de esa pesadilla, pero nada sucedio y empece a caminar. Era fácil saber que dirección tomar, solo empecé a caminar en dirección contaría a la que había desaparecido ese demente.
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Luna y Marca
FantasyNicolas Deker no era el primer novio de mi hermana Carol y cuando lo conocí pensé que tampoco sería el último, después de su primera pareja las relaciones para Carol se volvieron fugaces, pero Nicolas parecía entenderla mejor que los demás, cuando e...