Amerville 5

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Dejó las cosas sobre la mesada a un lado del lavado.

_ No creo que sea de tú talla, pero te quedara, el secador de cabello está aquí_ abrió la puerta de un mueble cerca del espejo, miró como no sabiendo que más ofrece, la crema de afeitar no parecía una opción_ No sé qué más puede necesitar una chica, pero puedes tomar lo que quieras de este cuarto_ su mano se deslizó por delante de su cuerpo dejando en claro que estaba incluido en esa oferta, después de todo también estaba dentro de ese cuarto de baño.

Que desagradable, aunque doliera un poco mi garganta, por primera vez sonreí ante uno de sus chistes, pero esa oferta me era mejor a que una propuesta de muerte, es decir, era una risa con sarcasmo.

_ Es bueno ver que puedes sonreír_ después de tanto tiempo al fin me sentía más tranquila y relajada_ Tómate el tiempo que necesites Nat, te espero afuera_

"Si supieras que tu tontería me costó otro dolor horrible".

Se retiró del cuarto que por cierto era gigantesco y bastante moderno, con todo lo que podría hacerle falta a un chico. Una vez que se fue y me quede sola, me quite la camiseta con cuidado y después fui por lo pantalones, sacarme esa ropa fue como sacarme un gran peso de encima y más allá de lo horrible que me veía agradecí que él no se tomara el atrevimiento de cambiarme.

Fue agradable sentir el agua tibia sobre mi piel, más allá del ardor cuando tocaba las zona de los arañazos o mi rodilla, era completamente relajante, me quitaba toda esa mugre de encima, lastima que no sería lo mismo con los problemas.

Cerré el grifo y recordé esos enormes lobos, me regrese desnuda en esa inmensa bañera y realmente una de esas enormes bestias cabía en ese lugar.

Tome la toalla y envolví mi cuerpo, me saque el cabello mientras no podía apartarle la mirada a esa marca en mi cuello, terminé y le presté más atención acomodando el cabello que me llegaba por debajo de los hombros hacía un lado.

Transpire, sangre y tenía una colonia natural horrible para mí gusto antes de bañarme. Pero ahora me veía mejor más allá de las heridas.

No tengo nada especial, cabello castaño oscuro y lacio hasta debajo de los hombros y ojos castaños, ni labios demasiados gruesos o finos, algunas pecas y piel blanca, sinceramente me gusta el color de mi piel. No soy una gran belleza, pero tampoco soy fea y cuando me arreglo, algo que no hago muy seguido, sé que llamo la atención, pero ahora sin esfuerzo seguramente llamaría la atención con esta cosa en mi cuello.

Toque la zona de mi cuello dudando si sentiría algo extraño, hubiera jurado que es cosa se metió dentro de mi cuerpo, pero el taco era suave, como si solo se tratara de un simple tatuaje negro.
Me veía como siempre, todo estaba en su lugar, no había más extraños dibujos en mi cuerpo.

Mis ojos castaños recorrieron mi cuerpo por última vez y solo había una cosa extraña y era como me sentía, no estaba cansada en lo absoluto, incluso me sentía con más energía de lo normal, pero eso no era algo que se pudiera ver, me cambié y salí del baño.

Me detuve al escuchar lo que parecía una discusión fuera de la habitación.

_ ¡No debiste hacer eso Dimitri, debiste dejarla en ese lugar. Ya no era nuestra responsabilidad cuando decidió colocarse esa marca!

_ No voy a regresarla, sabes muy bien que ella ni siquiera podría haberse defendido. No es un criminal que puedas condenar como un maldito juguete_

Estaban hablando de mí, así que sin pensarlo demasiado sali a ver quién era el maldito que estaba en contra de que me sacaran de ese infierno.

Cuando se percataron de que ya no estaban solos guardaron silencio. De nuevo las amenazas o por lo menos está vez eran con la mirada, no hacía falta que me lo dijera nada cuando sus ojos negros dejaban en claro que yo le desagradaba y no me quería en ese lugar, por eso estaban discutiendo, un chico un poco más alto que Dimitri y eso que Dimitri ya era alto, piel negra y ojos oscuros, era de su grupo de idiotas.

Luna y MarcaWhere stories live. Discover now