Dance The Night Away [ BakuKami ]

6.

Se acomodó su cabello y se bajó del auto, con unas ganas de querer morirse soltó un suspiro y cerró los ojos, ya estaba fuera de su casa y no quería entrar, ya podía ver a los policías en la puerta de su casa. Policías... Sí, porque su vecina ya amenazó con llamarlos sin seguían con el griterío.

¿Hoy fue un buen día? La rata era insoportable pero Midoriya y Kirishima ya se lo dijeron, había que tratar de entenderlo después de todo lo que pasó y lo que está pasando, por eso puede llegar a ser muy molesto. Aún así se estresaba, tenía todo su esfuerzo en tratar de comprenderlo.

A penas comenzó a prepararse para irse Kaminari se despidió, le decía feliz que lo vería mañana y seguirán viendo películas, vió muchas y le gustaron todas, por suerte, se quedó tranquilo un buen rato. Lo que más disfrutó hoy fue cuando lo sacó a dar una vuelta por el lugar, logró conocer mejor el hospital y pasó a ver algunos pisos, capaz y le interesa algo.

Además de eso nada muy interesante, le hacía preguntas a Kaminari pero nada, claramente. Tenía muchas dudas sobre esto, ¿Cómo era? ¿Qué lo ocasionaba? El tratamiento y todo, va aprendiendo mientras cuida al chico...

Movió la cabeza negando todo, sacando todos los pensamientos que lo invadieron y fue a golpear la puerta, tendría una conversación difícil, larga o corta, no importa como sea, será difícil.

Su papá le abrió, con una sonrisa le recibió y le ayudo con su abrigo, Katsuki fue directo a sentarse, su papá vino detrás de él y se sentó, estaba viendo la novela. Mitsuki estaba poniendo la mesa, iban a cenar, ¿Querían una cena tranquila? ¿La vieja quería que las cosas mejoraran? ¿Debe cenar y ver qué hacen? Hace tiempo que no cenaban todos junta porque ella no quería. Tal vez en esta cena pueda ver cómo van las cosas, tampoco le molestaría ahorrarse el alojo en la casa de Kirishima y que más adelante se lo recuerde cada tanto.

—Cociné carne con papas. —Katsuki miró a su padre, como siempre él hizo el almuerzo, hizo una mueca y aceptó, no le habría molestado algo picante, podría pedir eso para mañana o él comprarse algo.

Tenía la esperanza de que su vieja dejara de molestar y quedarse aquí, se ahorraba muchos problemas e iba a su tiempo. Además si decide irse se tiene que ir ahora, agarraba sus cosas y se iría enseguida.

—Quería hablar de algo.

—Hoy no, es una cena tranquila. —Su mamá le regañó, volvió a suspirar y se fué a sentar, ya estaban sirviendo los platos, estaba cansado como para responderle al regañó.

Sobre lo del hospital, ¿Enfermero? No podía decir mucho, llevaba uno o dos días, pero si se trata de andar viendo enfermos preferiría ser doctor, ¿Qué tenía que ser para ver a la gente como la rata? Comenzaban a aparecer las preguntas, igual se quedaría, tal vez y le gustaba cuidar a la gente.

Con esto se supone que su mamá debía quedar conforme, ¿Qué quería si no era esto? Estaba viendo que estudiar, aunque tal vez no le guste saber que probablemente se tenga que tomar otro año.

—¿Cómo te fue hoy, hijo? —Preguntó Masaru, Katsuki solo asintió con la cabeza, ¿Podría ser hoy una cena tranquila después de tanto?

—Bien.

—¿Hablaste con Kirishima? ¿No vendrá a despedirse antes de irse? —Mitsuki habló entre risas, por fin rió después de tanto— Deberías ser como él.

—Mitsuki, ya para. Espero que a tu amigo le vaya bien, es una persona muy sensible con los animales, ¿Podrá ser veterinario?

No respondió, comió en silencio, tratando de aguantarse los gritos que quería mandar ante ese comentario que soltó la bruja. Solo hablaría, aunque no le guste a su mamá, ella empezó.

—Estoy en el hospital, estoy de voluntario, estoy cuidando a un chico con amnesia. ¿Ya estás felíz, Mitsuki? Eso era lo que querías, aunque si tomo la decisión de comenzar a ver carreras me tomará otro año.

—¿Enfermero? ¿No tenías algo mejor?

—¿¡Algo mejor!? ¿¡Qué mierdas estás diciendo!? ¡Si no te gusta pues dejo todo y voy al estudio de baile!

—¡No me grites, no seas falta de respeto! No entiendes nada, niño.

—¡No, no entiendo nada, no te entiendo! ¡Eres una puta diseñadora de modas, también tenías la opción de cagarte de hambres con tu carrera! ¿¡Con que derecho haces y dices todo eso!? ¡No te gusta el baile cuando me va bien y puede irme mucho mejor, y ahora no te gusta que vea nuevas cosas! —Katsuki se levantó y comenzó a gritar, se volvería loco, Mitsuki le iba a pegar por los gritos pero el menor no se dejó, esquivó el golpe y le movió la mano de un manotazo.

—¡Yo gano plata!

—¡Porque tuviste confianza y lo intentaste! ¿¡Y si te iba mal!? ¡Veré enfermería y veré lo que yo quiera! Me importa una mierda lo que tú pienses, si no me gusta nada bailaré... ¡Y escúchame bien! ¡Si decido bailar no te volveré a hablar jamás, no volverás a verme, rogaras por verme y te tendrás que conformar con todas las noticias de como triunfo!

—Por favor... Ya paren, Mitsuki, entiende al niño... Por favor.

—¿¡Yo rogarte!? ¿¡Y como dices todas esas cosas!? ¡Soy tu mamá!

—¡No, no eres más que una vieja de mierda, metiche e insoportable! Eres completamente desagradable, ni siquiera pienses en hablarme cuando estés toda vieja y arrugada, ¡Porque ni me encargaré de buscarte un asilo, te quedas en la calle!

—¡Fuera de aquí!

—¡Sí, eso haré! Me iré y no volveré. Y ni pienses en que el "pequeñito" del pelo de mierda te vendrá a ver, lo último que haría es eso, tanto que lo alabas pero siempre fue él quién me ayudó con todo lo del baile.

Katsuki ignoró todos los lamentos de su papá, estaba furioso y logró sacar todo lo que tenía guardado desde hace unos buenos años. Fue hasta su pieza y cerrando de un portado para que su papá no entrara comenzó a guardar todo en sus maletas. Se llevaría todo y en estos momentos, no volvería a buscar nada.

Llenó las maletas de toda su ropa, agarró cajas que había guardado hace unos días y comenzó a guardar las otras cosas. Llevó todo al auto, ignorando el llanto de su mamá, que se había puesto a llorar, pero no caería en ese truco viejo. Logró llevarse todo, metió todo al auto y puso el auto en marcha.

Minutos larguísimos en los cuáles maldició todo lo que se le cruzara, era de noche y a penas lograba pensar bien por dónde tenía que ir. Se detuvo a kilómetros de su hogar, tiró la cabeza hacía atrás y soltó un largo suspiro.

Se quedó ahí por un buen rato, solo, pensando en todo. Esto era lo mejor.