14. Esos si son beneficios.

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El imponente portón de hierro estaba ya en el horizonte, sin detener el paso Jimin y Jungkook caminaban imaginando un buen plato de comida. Si se daban prisa pronto estarían para la cena en el comedor.

Un relámpago en el cielo gris los asustó lo suficiente para salir de esa turbia concentración de la cual ninguno de los dos era consciente. Jimin se detuvo un momento al escuchar el trueno que le siguió.

Sin poder evitarlo una memoria llego a él, el clima se parecía mucho a la primera vez que había llegado a la ciudadela.

Trató de mover sus pensamientos lejos de este pero el pelinegro indagó más. Jimin lo miró con fastidio, jalando su presencia fuera de su mente como solo él sabia.

- Oh vamos ¿Qué tan malo puede ser?

Jimin alzó una ceja y siguió caminando, mostrándole solo una parte de su recuerdo, sabía que él insistiría demasiado.

Viajaban hacia la ciudadela atravez de una tormenta, Jimin montado en la moto del pelinegro abrazando su espalda desnuda, en ese momento no entendía lo que estaba pasando, lo único que sabía era que si lo dejaba de tocar este sufriría un colapso de nuevo. Si tan solo el idiota le hubiese explicado lo de la energía y las parejas aquello hubiese sido más fácil para él.

- No quería asustarte más - aclaró Jungkook.

- Solo es un viejo recuerdo – Jimin enfocó su mirada en el pelinegro. - No tiene importancia.

Pero en la mente de Jungkook le mostró cuan eufórico estaba en ese momento por encontrarlo.

Jimin hizo una mueca y siguió caminando, dejándolo atrás.

- Si vas a engañarme por favor trata de ser más convincente.
Jungkook lo alcanzó y se colocó a su lado.

- Estoy en desventaja, tú ya me conoces demasiado y yo a ti nada, deberás tener más paciencia.

Jimin no contestó, no le hacía ninguna gracia. Con pesar aceptó que el pelinegro estaba intentando ser más cordial, pero Jimin no estaba acostumbrado a eso aún. Además, la dinámica donde peleaban le gustaba.

- No peleare más contigo. -  Dijo Jungkook en respuesta.

- ¿Puedes dejar de leer mis pensamientos?

- Es incómodo ¿Verdad?

La lluvia comenzó con más fuerza cuando llegaron frente al imponente portón.

- Lamento no explicarte nada, yo solo era un crio.

Jimin tocó el portón y espero ansioso por entrar.

- Disculpa aceptada, muy tarde, por cierto.

Desechó rápidamente otro estúpido recuerdo que llegó a su mente.

- Espera ¿Qué? ¿Ya me conocías? – dijo el pelinegro.

Entraron cuando los portones apenas dieron espacio para deslizarse dentro.

- Déjame en paz. -  Una mirada del rubio hacía la ciudadela sirvió para tranquilizarse, todo estaba en orden.

- Algún día lo sabré, será mejor que me lo digas ahora.

Jimin iba a replicar, pero detrás de Jungkook se acercaba Tsuyu con los ojos lagrimosos al volver a ver al pelinegro, sonrió y cruzó los brazos dejándole ver a Jungkook en sus pensamientos la presencia de la chica.

“Atiende tus asuntos y trata de no meterte en los míos”

Después de cenar Jimin llegó a su casa. Había echado de menos tanto aquella rutina, ansiaba regresar a los entrenamientos y misiones, para mantener su mente ocupada de nuevo.
Ahora sí podía relajarse y dejar de cargar ese muro en su mente, eso parecía una segunda oportunidad para él.

El Dios del Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora