20. Mi percepción de ti.

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Jungkook lo estaba ignorando.

Desde la noche anterior que no había ido a curiosear su mente todas aquellas respuestas que necesitaba en su incesante parloteo mental.

Solo se había mantenido en silencio tratando de distraerse sin molestar al rubio.

Eso le dio una ligera tranquilidad a Jimin, quien estaba preparado con mil properios para responder cada una de sus acusaciones. Pero al no tener un enfrentamiento se quedó solo con la vergüenza de haber actuado de aquella manera tan dispuesta. Para variar estuvo sin dormir la mayoría del tiempo, pues en algún punto sus mentes habían encontrado sincronía para eso, si uno dormía el otro también, pero si uno tenía insomnio, ambos podían pasar despiertos toda la noche sin ceder.

No quiso ir a su mente, aunque tenia curiosidad de saber que estaba pensando. Prefirió meditar esperando que el sueño lo tomase.

Habían salido de la ciudadela desde el amanecer cada uno en su moto, se habían detenido en la gasolinera mas solitaria que encontraron al final de la tarde, llenaron los tanques de combustible en completo silencio como si fueran dos desconocidos. Jimin dejó que el viento acomodara su cabello y después entró a la tienda de conveniencia que estaba cerca. El pelinegro no le dirigía la palabra, pero no hacía falta.

Si lo que quería era la ley del hielo, Jimin era experto en ello.

Consiguió una botella de agua y una caja de cigarrillos.

-¿Solo eso vas a comer? -Dijo Jungkook en la fila detrás de él -Llevaré un emparedado para ti.

Como si no hubiese escuchado nada Jimin pagó sus cosas y salió de la tienda.

-Toma -El pelinegro le entregó el emparedado envuelto en un papel blanco, sin esperar que lo agarrara solo lo puso torpemente en el manubrio de la moto.

-¿Así que ahora te tengo que obedecer? -Obviamente estaba molesto, porque él lo había ignorado abiertamente pero también porque al parecer Jimin tenía la culpa de todo de nuevo. No pudo evitar tocar su mente cuando habían estado en la tienda. -Vete al carajo.

Jungkook se dio la vuelta al escuchar aquello de la boca del rubio.

-Trato de ser amable.

-Jodete -Si lo que esperaba el idiota era que Jimin se disculpara por haber ocultado aquella cosa vergonzosa, bien se podía morir.

Por la carretera paso un tráiler que hizo un ruido ensordecedor, ambos taparon su rostro por el aire que este impulsó. Jimin tomó el emparedado antes de que cayera al suelo.

-No quiero que te disculpes.

-No lo haré de igual forma. -Jimin se subió a su moto, no quería tirar el emparedado así que lo puso dentro de su mochila - Vámonos.

-Tu has tenido mucho tiempo para procesarlo -Se justificó el pelinegro.

Jimin estaba cansado de su falta de madurez. ¿Qué si se excitaba con su toque? Acaso no solo lo podía aceptar y seguir adelante.

-Siempre me culpas -Jimin tiró aquello como un veneno mortal -Deja de negarte a la maldita realidad.

-No es tan fácil

Sus pensamientos eran tan cansinos que Jimin pretendió que no lo escuchaba. Encendió su moto y se fue con rapidez ganando ventaja rápidamente.

Jungkook lo culpaba por privarlo de saber la verdad, aquel pensamiento era irracional.

"Sabes que tengo razón"

"Jungkook, tenia muchas razones para hacerlo, es vergonzoso para mí, no quiero sentirlo, pero sucede, no lo puedo evitar, pero lo importante aquí es que ya lo sabes, también sabes que odio sentirme así, solo acéptalo y aléjate de mí, no creo que sea tan difícil" - Le dijo Jimin mentalmente.

El Dios del Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora