22. Te dejo en libertad.

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El anochecer llegaba, en esos lugares tan alejados de la ciudadela no había más casas de seguridad, el paisaje estaba tan sólido que parecía tenebroso, tenían que buscar un lugar donde dormir, Jimin estaba tan cansado que tal vez esa noche durmiera profundamente.

La energía estaba muy concentrada en su cuerpo, al parecer el que no se tocaran directamente no era impedimento para que esta fluyera de manera directa en su cuerpo. Estar en tensión era cansado pero, en lo contrario, estaría allí totalmente inquieto en su espalda, antes podía pasar de largo todo lo que sentía, pero ahora Jungkook estaba tan cerca, estaba en su mente, su perfume estaba en sus fosas nasales, su presencia cálida estaba entre sus brazos, demasiado cerca que era muy peligroso.

Era como si no hubiera barreras entre ellos y es que en realidad no las había. Jungkook era el tipo de chico que le gustaba a Jimin, lo aceptó después de mucho meditar, pues en la altura y fisionomía que ahora estaban tan cerca de su toque aclaró todas aquellas dudas que tenía al respecto.

Jimin agradecía de forma silenciosa que hubiese dejado esa actitud de rompecorazones, por fin se había dado cuenta que nada de eso serviría con él.

-Necesito parar. -En medio de lo que parecía una ciudad abandonada el pelinegro se estacionó. -Buscaré un lugar para descansar.

Jimin bajó de la moto y estiró las piernas sintiéndose aliviado.

-¿Falta mucho?

-Tal vez mañana por la mañana lleguemos.

El pelinegro comenzó a caminar por los alrededores dejándolo solo, aquella parecía una ciudad totalmente devastada por la guerra, sin querer imaginó a sus padres luchando en un lugar como aquel, un escalofrío lo hizo estremecerse. Por alguna razón Jimin no se sentía tan seguro allí como en el bosque, el cielo estaba totalmente despejado y el aire fresco golpeaba su rostro. Si el maldito dragón se acercaba podría encontrarlos fácilmente.

"vámonos de aquí" Jimin subió a la moto y fue hasta donde estaba el pelinegro.

"¿Qué ocurre? ¿Viste algo?" Jimin alzó la mirada al cielo y luego solo le dio el espacio para que el manejara. "El dios del fuego tiene miedo eh, eso es nuevo"

"Solo cállate, no creo que aquí sea un buen lugar para descansar"

Cuando salían de la ciudad escucharon el rugido del dragón.

-Debemos de atacar. -Jimin volteó hacía atrás mirando que el dragón daba vueltas por la ciudad. -Esta vez sí le daré su merecido.

-Creo que lo hemos dejado atrás. -El camino estaba siendo un tanto atropellado por las piedras y los diferentes quiebres naturales de la zona, los pinos servían de sombra para ir ocultos, pero no servirían de mucho si el dragón los encontraba. Jungkook aceleró y pronto perdieron de vista al dragón.

-Debemos de buscar donde dormir.

-Creo que eso será imposible -Dijo Jimin

-Entonces es mejor que viajemos toda la noche.

-Si eso es lo mejor.

Jimin se sostuvo de su cinturilla y pegó su cuerpo al suyo. Al igual que lo había echo todo el camino. El pelinegro estaba disfrutando de ese contacto lo podía ver en su mente. En realidad, al rubio eso no le importaba, aquel abrazo tan íntimo era la manera en que Jimin se cubría del viento y se mantenía cálido.

Una ráfaga de fuego interrumpió su escape.

-¡Nos encontró!

El dragón los seguía.

El Dios del Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora