- Dicen que es un comerciante de mala reputación.
Jimin estaba en la fila del comedor cuando escuchó una plática de dos chicas frente a él.
- ¿Qué quieres decir con eso? – Preguntó una de ellas ignorando por completo su presencia tan cercana - ¿Como traficante de órganos o algo así?
Jimin tosió un poco al ver que la fila había avanzado y esas dos no se movían. La chica de pelo negro sonrió nerviosa y jaló del brazo a la otra chica.
– Dijo haciéndole una reverencia con temor.
Había personas normales que vivían en la ciudadela como refugiados porque sus bienes habían sufrido algún tipo de ataque de índole sobrenatural.
Se podía notar por que su piel era mas morena y su estatura estaba por debajo del promedio de los guerreros.
Jimin no quería enterarse de nada, pero era claro de quien estaban hablando. El chico peliazul era la novedad en ese momento. Al parecer el hecho de que también fuera chico era un concepto más aceptado en ese momento, no como cuando él llegó a la ciudadela.
No negó que eso le molestaba en sobremanera.
Con su bandeja casi vacía se fue a sentar en una de las mesas menos concurridas y comenzó a comer sin ganas. El chico no había tenido que enfrentarse al rechazo de la gente y tampoco de su pareja. Él no tenía que correr con su misma suerte, en realidad era una tontería que comparara las dos realidades totalmente distintas.
Él era la pareja del líder que había estado en el límite de su mortalidad, así que no era lo mismo en su caso.
Comió solo un poco para luego dejar el plato de lado.
Tenía que aceptar que agradecía su presencia por que eso significaba que Yoongi ya no estuviera en peligro, y no por que lo quisiera aun, si no por que en verdad deseaba que el encontrara la plenitud y larga vida, en realidad el chico le daba igual.
Ni siquiera tenía que levantar el rostro para saber que Jungkook se acercaba justo donde estaba él, trató de ignorarlo lo mas que pudo, no fue hasta que se sentó frente a él que tuvo que obligarse a saludarlo con una corta referencia.
- No te parece que comiste muy poco.
En el menú del día había bimbipam con verduras, Jimin revisó su plato notando la cantidad desmesurable que él se había servido.
- Parece que tu comerás por los dos.
Jimin no lo miraba al rostro no podía sin sentir vergüenza de nuevo.
- ¿Vergüenza? – Dijo el pelinegro con la boca llena – Por el abrazo – buscaba su mirada de una manera tan insistente que a Jimin lo sacaba de Juicio.
El rubio lo miró por fin tratando de mostrarse desinteresado. Pero tal vez el color de sus mejillas lo delató.
- No importa, puedes abrazarme las veces que quieras. – Jimin rodó los ojos, ahora iba ser su burla.
- Lo digo enserio, todo lo que te dije ayer es enserio. – El rubio alzo una ceja.
“lo que dices no tiene sentido” – Le dijo Jimin mentalmente.
Mas allá en la puerta del comedor entro Yoongi y su pareja. Jungkook volteó al notar la distracción del rubio.- Ya no debes de preocuparte por ellos.
Jimin no sabía si valían la pena las humillaciones que había pasado el día anterior, ojalá revertir el tiempo para amarrar a Jungkook a una piedra y aventarlo al acantilado.
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El Dios del Fuego.
FanfictionLa forma en que las ondas del fuego se expanden y queman todo a su paso reflejan la manera en que las emociones destruyen al dios durante la batalla. Nada lo puede destruir más que el mismo. La portada me la regaló con mucho cariño: @minmist todos...