𝒀𝒊𝒏𝒚𝒂𝒏𝒈

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Kisaki entraba a aquella pequeña casa, encontrandose con un Hanma diferente a lo que estaba acostumbrado, su cabello esta despeinado, vestía unos pantalones deportivos y una playera blanca holgada, y encima un mandil rosa.

El de menor estatura trato de no reír ante tal escena llamando la atención del más alto.

- Tsk al menos avisa que vas a venir.

- ¿Kisaki? -Saliste de la cocina rápidamente para abrazarlo.- ¿Estas bien?  ¿No te han hecho nada?

- Todo bien no te preocupes. -Correspondió el abrazo con una sonrisa.- Pero ¿que ha pasado aquí? Solo los deje una semana y ya han hecho una familia.

- Perdón cuñado te debo los sobrinos, si esperas unos meses...

Kisaki te separo con cuidado para ir hacia Hanma y golpearlo en el estomago, tú los mirabas sorprendidos y a la vez sonrojada ante las palabras de Hanma, Kisaki tomaba al más alto por el cuello de la camisa para sacarlo de la casa prohibiendote salir.

Hanma trataba de no reír ante el enojo del pequeño.

- Si le has hecho algo...

- Tsk enserio crees que le haría algo? Tu hermana es capaz de defenderse, tiene mi respeto.

Kisaki lo miro unos segundos para luego suspirar.

- No eres la mejor opción, pero puedo confiar en ti...

Hanma lo miraba sorprendido, no esperaba tal respuesta, esperaba unos golpes para después ser curado por tus cálidas manos.

- Entonces... ¿Cuñado?

- No rebases mis limites. -Kisaki le dio una mirada de advertencia y entro de nuevo a la casa.

- Solo vine a asegurarme de que estuvieras bien, últimamente hay rumores de una persona "fuerte" auto nombrandosé "el ángel de la vida".

- ¿Otro enemigo?

- La gent inventan cada cosa... -Hanma susurraba mientras se escondía en la cocina.

- ¿Qué hiciste estúpido?

- Tsk  ¿por qué te vas contra mi? -Kisaki estuvo apunto de responder hasta que vio tus manos.

- ¿Qué es esto? Tatuajes de pareja, ¿enserio? -Kisaki tomaba tus manos mientras tu solo te sonrojabas.

- Tal vez...

- Espera, ¿los rumores son tuyos? Trato de ponerte a salvo ¿y tú vas a golpear a otros pandilleros?

- ¡Yo no golpeé a nadie! Bueno... Aparte de ustedes dos no hubo nadie más...

- Pero oigan, no es una gran idea que le tengan miedo, solo piensalo Kisaki, ¡nadie se le acercara!

- ¡O podrían venir tras ella idiota!

- ¡O podría dominar todo el país!

- Solo manten tu boca cerrada.

Kisaki revolvió tu cabello como despedida y salio de aquella casa.

- ¿Los rumores dicen que soy terriblemente fuerte? -Sonreíste mientras lo abrazabas por la espalda.

- Demasiado, increíblemente hermosa e increíblemente fuerte.

Reíste golpeando suavemente sus costillas.

- Entonces vayamos a patear traseros y dominar el país sin Kisaki.

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