Capítulo 5 - Amigas.-

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-Tu...- Le dije levantándome y ayudándole a ella a levantarse, nos habíamos caído las dos.

-¿Si?- Se me hacia demasiado conocida.-¿Verónica?- pregunté con un sentimiento creciente de entusiasmo al haberme topado con una vieja amiga.

-¡¿______?!- Preguntó con una sonrisa al reconocerme y gritamos como unas niñas, abrazandonos de manera cálida.

Verónica era mi mejor amiga desde los principios de secundaria, después ella se fue y no la volví a ver, hasta ahora.

-¡¿Dónde has estado todos estos años?!- Me preguntó emocionada.

-¡¿Pero tu donde has estado?! ¡Que no te había visto desde hace como... siete años!- demandé emocionada, sintiendo nostalgia por la agradable coincidencia.

-¡Lo se! ¡Te extrañé mucho, no supe a donde habías ido!- dijo con una sonrisa enorme.

-Por cierto, ¿que le hiciste a tu cabello? era tan largo...- dije calmando el entusiasmo. Cuando nos conocimos ella tenia el cabello largo, de un café oscuro, casi negro; recuerdo que le llegaba hasta la espalda baja y ahora lo tenia como hombre, con el flequillo hacia un lado, en cambio yo, que tenia y sigo teniendo el cabello poco mas abajo de los hombros.

-Pues me cansé de los nudos y pues... Ya no podía, además, es mas práctico, así no me tengo que preocupar por peinarme.- Dijo riendo y yo la acompañé, la verdad tenia razón, cuando estábamos en la secundaria recordaba como se quejaba porque su mamá no entendía lo que le dolía cuando la peinaba, y la que sufria sus quejas era yo .

-Ven, acompáñame a mi piso.- Le invité animada.

-Lo siento, iba de camino a una quedada con unos amigos de la universidad...- me sonrió, y yo le sonreí de vuelta.

-Bueno, entonces... ¿Te pasas por mi piso después?- pregunte un poco desanimada, no era su culpa.

-Claro, ¿a que hora?

-¿Te parece a las 6:00?

-Muy bien.- Intercambiamos celulares y nos despedimos con un abrazo.

Me puse a caminar hasta que llegué a mi departamento, por un momento se me olvido lo aterrador que era el trabajo en la pizzería. Sacudi mi cabeza al recuerdo y decidi ignorarlo por este dia.

Cuando entre a mi departamento vi como lucía tal y como lo dejé, era algo solitario y solia recordar con frecuencia lo que era tener compañía, a mi padre. Mi madre habia fallecido en el parto y deje de tener contacto con mi padre desde hace un par de años, el tenia pocos conocidos o 'ninguno' si me atrevia a decir, asi que cuando deje de recibir sus llamadas supuse que habia muerto, me rompía el corazón pensar en ello.

Trague el nudo en mi garganta, no quería llorar por un recuerdo tan lejano, me distraje a la fuerza buscando algo de ropa cómoda para irme a la cama y olvidarme de ese sentimiento, otra vez.

Me desperté por las 3:00 de la tarde y fui a la cocina con algo de sueño a prepararme algo, tenia muchísima hambre y, de nuevo, no tenia humor para cocinar, asi que decidí pedir algo a domicilio, una hamburguesa no estaría nada mal.

Me quedé pensando en mi reloj biologico mientras encendia la TV, se estaba empezando a desordenar con el tipo de trabajo que tenia, pero seguramente me acostumbraria a dormir a las 6:00 de la mañana.

El sonido del timbre me sacó de mis pensamientos y fui a la puerta encontrandome con el repartidor, le pagué y me fui a la sala de estar para empezar a comer despues de sentarme en el sofa y ver la television para distraerme un poco.

Después de comer y estar un rato viendo televisión recordé de que hoy venia Verónica y ya eran las 5:00p.m., no me había duchado asi que abrí mi armario y tomé algo bonito y simple, una blusa rasgada blanco y negro, unos jeans celeste de mezclilla y mis vans blancos para meterme a la ducha.

Cuando salí me cambie y me puse a limpiar el departamento ya que estaba hecho un asco, era muy perezosa y aparte nunca tenia visitas.

Justo al terminar de limpiar me llamaron por celular, era Verónica.

-¿Hola?- Escuché del otro lado, era extraño hablar con alguien conocido después de tanto tiempo.

-Hola Verónica, ¿qué pasa?- le pregunté animada.

-no me dijiste dónde vives...- rió suavemente de manera nerviosa.

-oh, claro...- Pellizqué el puente de mi nariz y frunci el ceño por la frustración de ser tan distraida y le di mi dirección.

-Muy bien, ahí te caigo.- dijo en tono divertido cortando la llamada.

Después de un rato ella llegó, estuvimos platicando por varias horas, mas que nada sobre sus días de universidad y lo emocionada que estaba por su carrera de Veterinaria.

Despues de un tiempo de escucharle platicar con entusiasmo recordé que tenia que ir a trabajar a ese horrible restaurante, eran las 10:37 y me tuve que despedir con pesar de Verónica, me alegraba tener compañía.

Ella me pasó su dirección y se fue, no sin antes darme un abrazo y un "Que bien fue verte denuevo", acompañado de una sonrisa, le sonreí de vuelta y  cerré la puerta principal.

Me preparé para ir a la pizzeria, me puse el uniforme, tomé mi celular y las llaves y salí del departamento cerrando la puerta detrás mía, con llave. Bajé por el elevador y empecé a caminar hacia la pizzeria.

A algunos minutos de estar caminando llegué, tenía tiempo de sobra, así que di una vuelta por la pizzeria a ver todo; todo el lugar tenia una vibra encantadora, estaba muy bien mantenido y limpio, salvo a los pasillos de mantenimiento, las mesas parecian estar siempre preparadas para algun evento y note el espacio exagerado que habia entre una mesa y otra, recordando que Tyler habia comentado como los animatronicos se movian de un lado para otro; viendoles a lo lejos me percate de su tamaño al prestarles mas atención, si necesitarian todo ese espacio para no tropezar con algo, enseguida me acerque con precaución a los pintorescos robots y me detuve delante del conejo. Lo miré fijamente con el ceño levemente fruncido, sabía que estaba activo y que él sabía de mi presencia pero decidi dejarlo puesto a que se hizo hora de ir a la cabina y me fui.

Esta vez no pasó ni una hora y ni el conejo ni el pollo estaban, me estaba empezando a asustar de nuevo y cerré las dos puertas sin pensar pero al paso del tiempo vi que la energía se estaba acabando de una forma increíble, tuve que abrir la puerta izquierda y al ver con la linterna del otro lado que no había nada ahí, abrí la otra puerta. Me puse a ver las cámaras y vi al estúpido conejo parado en el pasillo y luego la cámara dejo de funcionar, cuando la señal regresó y no lo vi pensé que se había ido pero por si acaso intenté cerrar la puerta y esta esta no funcionaba.

Recordé que Tyler me había dicho en su explicación apresurada del primer día que si la puerta no cerraba era porque había algo entre ésta y el suelo.

Rayos.

¡Oh, Joder!

ESTOY MUERTA.

Es Real (FNAF y tu) [Editando 2022!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora