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Styles 4

—Estas desesperada por ese tipo. —Levanto mi cabeza con rapidez, para captar la mirada firme de mi hermano menor, haciendo que deje de sentirme grande, volviéndome chica ante él.

—No—susurro negando con la cabeza—. No hay necesidad de hablarme de esa forma—digo sin entender lo agresivo que se pone.

—Sí la hay. ¿Te parece bien salir como una puta detrás de él? Además, ¿has visto sus movimientos? De seguro es gay. Me da gracia lo que haces.

— ¡Cállate Henrie! Respétame, no soy ninguna puta. Y no puedes ser tan... Malo con él, no lo conoces.

— ¿Tu sí lo conoces? A ver, cuéntame más, ¿ya socializaron?

—Mi mano va a socializar con tu mejilla si no cierras la boca. Solo le llevé lo que pidió—digo caminando hacia las escaleras.

—Claro, porque querías verlo—sigue insistiendo.

—Te puedes ir a... Tu sabes a donde—digo antes de comenzar a caminar por las escaleras. Pero sin esperarlo en absoluto, y para mi mala suerte la puerta se abre dejándome ver a mis padres entrar apurados. Abro los ojos en asombro: mi padre está en casa.

— ¡Papá! ¿Qué haces aquí?—pregunto bajando los pocos escalones que subí. Corro para abrazarlo, y sentir su perfume una vez más.

—Pude venir antes, y quería darles una sorpresa—dice con su cálida voz. Sonrío feliz y me separo, para darle lugar a mi hermano.

—Mañana es nuestro aniversario—escucho a mi madre. Me sorprendo ante la noticia, ya que ni idea tenía que es la fecha.

— ¿Fiesta?—pregunto sin dejar de lado mi sonrisa.

—Obviamente—dice mi padre. Me río mirando su cabello negro, tornándose gris en algunos mechones que lo hacen ser hermoso. Él es perfecto, y lo amo.

—Genial, trae a ese gay—gruñe Henrie. Lo miro enojada, sin entender porque habla de ese tema, siendo consciente de que no viene al caso, de ninguna forma.

—Cállate—escupo molesta.

— ¿Qué pasó?—pregunta mi madre. Antes de que pueda advertirle a Henrie con la mirada, éste abre su maldita.

—A Mia le gusta el vecino gay que se mudó hoy.

—Creo que deberías ocuparte de otras cosas en vez de chicos hija—dice mi madre. Decido ignorar lo que dijo mi hermano sobre Harry, prestando más atención a lo que dice ella.

— ¿En qué debería ocuparme?—cuestiono irritada.

—En terminar tus estudios—dice cruzando sus brazos sobre el pecho.

— ¡Ya los terminé!—exclamo sabiendo que mis palabras no son del todo sinceras. Mas desearía con todas mis fuerzas que sí lo sea.

—No Mia, terminaste quinto y sexto quedó pendiente. ¿Te parece bien que tus padres te mantengan toda la vida? Debes ser una mujer independiente algún día, ¿es qué acaso piensas en un futuro?

— ¿Se han dado cuenta que me estas atacando por una tontería que dijo Henrie? Pensé que ese tema ya se había superado madre—digo con ganas de matar a mi hermano.

—No importa la forma, y tú sabes que no se terminó. Es lamentable, siempre te dimos todo y ahora no puedes tener siquiera un trabajo de cajera en un supermercado—indica poniendo sus brazos en forma de jarra.

—Por favor papá, dile que pare.

—Ella tiene razón—dice mi padre firme. Frunzo el ceño al escuchar sus palabras, y soy consciente que fue mi error buscar refugio en él, pues los dos piensan muy parecido—. Hija queremos lo mejor para ti. Considera la idea de volver a cursar ese último año.