Bisexual » Styles |cancelada temporalmente|

Styles 2

Mi madre se encarga de cocinar apenas Henrie llega a la casa. Yo simplemente permanezco junto a mi teléfono sin hacer nada productivo. Luego de comer, iremos a una especie de festival por el comienzo de año. No entiendo la razón de celebrar algo que deberian lamentar, a nadie le hace gracia comenzar los cursos.

Aunque en mi caso, realmente no me interesa porque yo ya terminé mis estudios. Pero mi hermano no, y yo siempre soy la encargada de acompañarlo a todos lados, pues él no tiene muchos amigos. Es muy bueno, pero tiene graves problemas por lo anti-social que puede llegar a ser.

Apenas mamá termina sus labores culinarias, toda la familia procede a la mesa. Mi hermana, mi hermano, mi madre y mi pequeño sobrino. Leslie es la hermana mayor de los tres, con treinta años tiene un hijo llamado Jonah el cual no tiene padre, bueno, en realidad sí pero nadie sabe quién es, ni su propia madre. Henrie tiene diecisiete, y yo veintiuno. Marie, mi madre dejó de trabajar hace algunos años y ahora no para quieta haciendo cualquier labor que se presente en la casa, a cambio de mi padre que vive viajando porque es traductor de varios empresarios y debe seguirlos a todos lados.

(...)

Apenas estaciono el auto y abro la puerta, puedo escuchar el molesto ruido proveniente del enorme terreno donde se va a dar la "fiesta". Mi hermano parece estar emocionado, aunque esto me hace sentir un enorme dolor de cabeza. Es terrible como puedo escuchar el sonido de las voces, a pesar de estar a varios metros de distancia.

Entramos juntos tomados de la mano para no perdernos entre tantos cuerpos. Cuando logramos llegar a una zona menos habitada suspiro profundamente tomando ahora aire limpio y así dejar de aspirar esos olores terribles de quién sabe qué.

—Iré por unas bebidas, no te muevas de aquí—asiento rápidamente. Veo a Henrie desaparecer entre el bullicio de gente y me cuestiono a mí misma porque soy tan generosa y lo acompaño. Es aburrido y estresante estar aquí.

Unas voces más cercanas hacen acto de presencia y siento miedo de que la gente se este viniendo para este lugar, porque es el único desabitado. Aunque mis sospechas son aclaradas cuando veo a dos hombres cargando unas cajas pasar por mi lado. Algunos metros delante de mi se paran, dejando su carga. Uno se va por el lado donde está lleno de gente, y el otro se da vuelta hacia mí.

Siento una especie de dejavu cuando aquellos ojos verdes conectan con los míos. No necesito mirar más allá de ellos para saber que se trata de un Harry Styles caminando hacia mí, mientras yo me encuentro totalmente inmovil.

—Hola Mia—voltea su cara para darme un beso en la mejilla, el cual correspondo.

—Hola—replico acomodando mi cabello.

—¿Qué haces aquí?—pregunta sonriendo. Debo obligarme a dejar de mirarlo para poder formular alguna frase coherente.

—Acompaño a mi hermano, ¿usted?—intento no mostrar tanto interés como el que tengo.

—Vine a traer los instrumentos, mi hermana está en la banda de la escuela y ya que su novio no sirve para nada, aquí estoy—dice riendo. Se forma un silencio incómodo ya que ninguno pronuncia alguna palabra, hasta que por fin Styles lo rompe—. Pensaba irme pero, si quieres puedo quedarme a acompañarte—sonrío ante su propuesta.

—¿No tiene a su ex esperando en la casa?—pregunto sarcástica, sin enojo alguno en mis palabras.

—Que yo sepa no, y si lo está que se joda. Tengo cosas más interesantes que hacer—se ríe de mi broma.

—Está bien, puede quedarse—muerdo mi labio para que mi exagerada sonrisa no se haga presente.

—Lo iba hacer me des permiso o no—hace un raro ruido con su lengua.

Un morocho de ojos claros se acerca a él, y le toca el hombro haciendo que se de vuelta.

—Lou, ¿puedes llevar esas cajas solo? No pesan tanto—dice mirándolo—. Ella es Mia una amiga. Él es Louis, mi mejor amigo—nos presenta haciendo señas con sus grandes manos. Me detengo a mirar una cruz tatuada en una de ellas y él se da cuenta, pero para mi suerte no dice nada.

—Un placer—me sonríe el tal Louis—. Las llevo yo entonces, luego me voy a casa—Harry asiente sin mirarlo. El hombre se va rápidamente, luego de tomar su carga desaparece entre la gente. Justo como hizo mi hermano hace unos minutos.

—¿Quieres bailar?

—Oh, no—niego con la cabeza—. Bailo terrible—digo seria.

—¿Por qué lo dices?—alza una ceja.

—Mis compañeros se burlaban de mi en la escuela por como bailaba. Intentaba hacerlo diferente pero me salía peor—digo con una expresión de desagrado en mi rostro. Fue una época traumática para mí.

—¿Vas a dejar de bailar por lo que decian tus compañeros pubertos? Debes bailar como quieras sin importar lo que vayan decir, quiero conocerte tal y como eres.

Y así como si las palabras de ese hombre fueran magia, minutos más tarde -ignorando totalmente la posibilidad de que mi hermano quede solo-, me encuentro bailando junto a él al ritmo de la música. Somos los únicos "mayores" allí, ya que todos tienen varios años menos que nosotros.

—MIA—un grito me hace resaltar, y detener mis movimientos. Henrie se para frente a mi, ignorando a un Harry fiestero que sigue bailando sin problemas.

—¿Qué?

—Te dije que quedes allí, ¿por qué mierda estas bailando?—pregunta algo enojado. Señalo al rizado que esta detrás de él, y Henrie se da vuelta para mirarlo confuso. Pues Harry no se da cuenta y sigue bailando tan femeninamente como cuando no estaba mi hermano. Me rio ante la situación.

—¡Harry!—lo llamo gritando por arriba de la música. El chico detiene sus movimientos para mirarme a mí, y luego dirigir su vista a Hernie, examinandolo de arriba a abajo—. Él es Henrie, mi hermano.

—Oh, hola. Soy Harry Styles—le extiende una mano, la cual estrechan.

—Hernie Black.

—Un gusto—sonríe el rizado sonriente.

—Igual—dice mi hermano, y puedo sentir la incomodidad en sus palabras.

Es ese momento donde recuerdo que él es algo homofóbico, y los movimientos de Harry son extremadamente femeninos, para un hombre. El nerviosismo invade mi cuerpo, mas no voy a dejar que ese bastardo -llamado Henrie- siquiera intente controlar mi amistad con Harry. Porque quiera o no, va a tener que aceptar que él es bisexual.