Styles 1

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—Bueno, me iré y las voy a guardar bajo llave—digo todavía sin dejar de mirar las dos entradas para el concierto de Coldplay—. Eres el mejor hermano del mundo Henrie.

—Lo sé—las doblo y guardo en el bolsillo de mis shorts de jean.

—Adiós—le brindo un saludo con mi mano y procedo a salir de la cafetería donde mi hermano trabaja hace algunos meses.


Cruzo la calle y acorto el camino yendo por el medio de una plaza. Estoy completamente emocionada por ir a ese concierto, hace un tiempo que dieron las fechas aquí en Nueva York y siempre fui una gran fan de Coldplay. Con tan solo pensar que los voy a ver desde la primera fila me dan ganas de llorar.


Siento un roce en mi trasero e inmediatamente me doy vuelta. Un hombre vestido de negro comienza a correr y llevo mi mano directo al bolsillo: no hay nada. Antes de darme el tiempo para procesar todo, híper ventilarme y desmayarme comienzo a correr tras él.

¿¡Cómo rayos sabía que tenía una entrada allí!?

Seguramente fui lo suficientemente despistada como para dejar que sobresalga alguna parte hacia afuera.

— ¡Ven aquí ladrón! ¡Devuelve esas entradas!—grito quedando sin fuerzas. Cruzo nuevamente la calle sin perderlo de vista. Es muy rápido—. ¡Diablos!—golpeo fuertemente mi pie contra el piso descargando mi furia.

Camino nuevamente a donde estaba antes y me siento en una fuente en el medio de la plaza. Debería denunciar el robo, pero mis entradas no volverán y ese hombre no va a pagar nada porque no hay pruebas, ¿cómo lo encontrarían? Lo que más me duele es que mi hermano trabajó duro para conseguir el dinero, y en unos segundos se fue todo al diablo.

Intento contener mis lágrimas, pero es inútil. Todas mis ilusiones caídas al piso me destruyen. Hasta estaba pensando en que ropa usar, y ahora todo se fue en un abrir y cerrar de ojos.


Seco mis lágrimas mientras otras siguen bajando y mojando mis mejillas.

Justo cuando estoy por levantarme algo blanco se posa al lado de mis ojos haciéndome reaccionar inclinándome para atrás. Pero para mi suerte, termino cayendo en la fuente y mojándome con esa agua probablemente sucia.

Me levanto lo más rápido que puedo para no hacer más el ridículo. Puedo ver una mano extendida hacia mí y sin dudar la tomo para impulsarme hacia arriba. Cuando ya estoy parada escupo el agua que casi fue tragada.

Dirijo mi vista al individuo que me ayudó. Pero quedo atrapada en sus ojos verdes esmeralda demasiado profundos.

— ¿Buscabas esto? —Alejo mi vista de sus globos oculares para dirigirla a su mano. Dos papeles blancos algo doblados se encuentran en su mano. Es en ese momento en el cual me doy cuenta que son mis entradas al concierto de Coldplay.

— ¿Cómo se la sacó?—murmuro confusa.

—Iba pasando cuando te la quitó y corrí tras él. Solo era un adolescente mal educado—su rasposa y ronca voz responde. Puedo asegurar que su acento es inglés.

— ¡Muchas gracias don!—sonrío emocionada. Lo abrazo feliz de que haya hecho tal cosa por una desconocida. Le quito las entradas y las guardo rápidamente, temerosa de que las vuelvan a sacar de mi vista.

Una leve brisa de verano me hace erizar, ya que estoy empapada por completo.

—De nada, ¿cómo te llamas?

—Mia Black, mucho gusto—le extiendo mi mano derecha y él la estrecha—. ¿Y usted?

—Harry Styles—sonríe, dejándome ver hoyuelos a cada lado de sus mejillas.

—Las entradas—susurro. Las quito de mi bolsillo para verlas bastante mojadas—. ¡No!—exclamo nerviosa.

—Tranquila, la puedes secar, no es para tanto—dice quitándomelas.


(...)


—Muchas gracias, enserio me salvó—digo riendo.

—De nada Mia, fue un placer—murmura acercándose con mis entradas en su mano.

—Eh... Yo me debo ir a mi casa, gracias por abrirme las puertas de la suya—asiente entregándomelas.

—Puedes tutearme—dice riendo, y lo siento como si fuera una burla.

—No—digo rápidamente—. Adiós.

Doy vuelta sobre mis pies, ahora dirigiéndome a la puerta. Pero justo cuando estoy por abrirla, la misma se abre. Un hombre bastante alto, musculoso y sin camiseta se apresura a entrar pasando por mi lado, sin siquiera mirarme.

— ¿Qué haces aquí? —Es ahí donde no puedo escuchar la dulce voz de Harry, en realidad sí es la de él, pero no como antes, ahora percibo una más ronca y llena de rabia o confusión—. Te dejé en claro que no vuelvas Matt, vete de mi casa.

— ¿Me cambiaste por ella? ¿¡Y todavía la traes a nuestra casa!?—la voz de ese hombre hace acto de presencia. No logro entender a qué se refiere, pero continúo escuchando.

— ¿Nuestra casa? Déjame aclararte que es mía y te traje solo dos veces aquí. No somos nada, fue una noche y ya, puedes irte, no quiero verte nunca más. Eres tan acosador, ¿no entiendes que aburre tu actitud?—no levanta su voz, simplemente habla tranquilo. Como burlón.

—Eres una mierda—gruñe el sin-nombre. Vuelve hacia atrás, y al pasar por mí me propina un leve empujón enojado, como si yo tuviera algo que ver en su pelea.

Es gay, Harry es gay.

Pero, ¿cómo esos ojitos tan hermosos pueden ser destinados a ver hombres?

Eso se escucha muy discriminativo pero, no puedo evitar pensarlo.


—Pensé que te habías ido—Harry rompe el silencio—. Siento la pelea, es mi ex. En realidad no fuimos novios pero él se tomó muy enserio la relación—abro mis ojos un poco más grande de lo normal, no puedo creer lo que estoy escuchando. Él se veía como de esos chicos tan amorosos que no podrían jugar con ninguna persona—. Soy bisexual—la palabra en su boca suena tan rara, que una pequeña risa sale de mi boca—. ¿De qué te ríes?—pregunta como a la defensiva.

—Fue graciosa su escena, lo siento—me mantengo seria para no enojarlo.

—También me gustan las vaginas nena.

— ¿Qué con eso?—doy un paso hacia atrás.

—Solo decía.

—Ahora si me voy—desconecto nuestras miradas para ahora ser capaz de caminar sin caerme. Salgo de su casa a un paso bastante rápido, intentando que no se dé cuenta las ganas que tengo de alejarme de él.

No soy homofóbica, pero nunca me había gustado tanto un chico bisexual. Realmente, nunca me había gustado un chico bisexual.

Sus ojos esmeralda parecen pintados a lápiz, su cuerpo se ve como si hubiera sido perfectamente proporcionado, su cabello cayendo en rulos estirados y su sonrisa, esa sonrisa con dientes blancos que iluminan.

 

Tranquilízate Mia, es solo un chico que no conoces.


Gracias a él voy a ir a mi concierto, se ha encargado de secar las entradas haciendo que vuelvan a su estado normal. Me llevó a su casa para que me seque -aunque mi ropa sigue húmeda- y se disculpó repetidas veces por haberme hecho caer.

De todas formas mi imagen de chico perfecto se rompió cuando vi que había jugado con una persona, más precisamente otro hombre.

O quizás yo distorsiono la información y el que estaba mal era aquel chico, no Harry.



Lo único que puedo asegurar es que uno de los hombres más hermosos que vi en mi vida, no me hará caso nunca porque estará muy ocupado eligiendo entre si quiere cenar penes o vaginas.

Bisexual » Styles |cancelada temporalmente|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora