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13 de Noviembre de 1994,
Seguiste y seguiste quitando la tierra que veías que tenía al menos un rastro de sangre.
La tarea se volvía aún más difícil porque era pasto, tierra.
Conteniendo tus ganas de volver a llorar.
Seguiste haciéndolo, intentando que incluso ni siquiera haya un poco del ADN tuyo o de Draco, sabías que iba a ser difícil y arduo engañar a los profesores de Hogwarts, o sí Albus Dumbledore se metía en el caso, tenías más que claro que sí acertaban con la más mínima pista, Malfoy y tú se podían dar por muertos.
Pero, siendo sincera, a ti te importaba poco sí Albus Dumbledore se metía en el caso o no, la verdadera persona que no querías que ni siquiera mostrará al menos un poco de interés era Harry Potter.
Nunca has tenido una relación con él, incluso ni siquiera tenías una opinión de él, que dijeras que era bueno o no, sí te caía bien o no. Sólo han charlado un par de veces y fue no más que por simple obligación, trabajos, había veces que se encontraban en la biblioteca y se saludaban para no volver la situación más incómoda de lo que ya era o por simple respeto.
Pero de algo tenías más que claro acerca del ilustre y célebre Harry Potter, era su gran afán por demostrar la justicia.
Tenías desconfianza y pavor de que el distinguido peli-negro se quiera meter en el caso de tu ex amiga. Sabías que estabas indefensa y era inútil el poder ocultar lo que hiciste, porque todos los de la escuela voltearán a ver este caso, justamente porque Potter se ligaría a él y daría una de sus mil charlas del por qué la vida es importante, y como Alisa era una ex fanática del mundo muggle, comenzarán a surgir teorías de que alguien en Hogwarts la mató por ser "traidora de la sangre".
Y Potter, como costumbre, dará otra plática, mencionando a sus padres muertos, mencionando a su madre, una hija de muggles, y a su padre, un mago sangre pura. Y finalizaría con alguna necedad de que se tiene que respetar a cualquiera, sin importar su sangre o sí es mago o bruja.
Y al primero a quién incriminarían, sería al fiel a la sangre de Slytherin, Draco Malfoy.
Ya para ese punto, ya estaría todo hecho una mierda, lo tenías más que claro. Sabrán que el día de Hogsmeade, ósea ayer, tú y él estaban fuera. Y lo más seguro es que comenzarán a correr los chismes sobre la relación que tú y ella compartían y serás parte de la lista de culpables, ocupando el puesto número uno junto con el rubio.
Ya te imaginas las miradas que la amiga de Potter te estaría echando, de asco, e incluso aborrecimiento. Iría hacia ti, creyéndose en su papel de detective y te haría una gran y larga encuesta del dónde te encontrabas o qué hacías el día del crimen. No sabías sí podías aguantar tanto la presión de la Gryffindor, porque no ibas a negar el gran talento de esta, ni mucho menos su gran inteligencia o su factible deducción.