Capitulo 8

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Esto es una recompensa por tenerlas abandonadas tanto tiempo... les pido disculpas por ello... espero que lo disfruten y que me perdonen.----------------------

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Emily

Ya era bastante tarde, ya pasaba de la hora de salida del trabajo, pero aun seguíamos en la oficina aclarando los documentos de un caso importante que tenia Carlos. El frio se mete por los huesos, ni siquiera con mi suéter y una pequeña capa sentía calor en mi cuerpo. Decidí llamar a mi madre para decirle que no iría a cenar esta noche, que no me esperara, Carlos había mandado a comprar comida para todos. Cuando llego la comida fui hasta la pequeña cocina que había en el despacho para buscar botellas de agua y varios vasos, además de poner mas café.

Cuando salí para volver hasta la oficina de Carlos, la campanilla del ascensor sonó, es demasiado tarde para las visitas. Me paralice en medio del pasillo, mi cuerpo no reaccionaba, ¿Qué hacia el aquí? El no desvió su mirada, la mantuvo firme y eso me daba miedo, de un momento a otro salió corriendo hacia mi, al fin mi cuerpo reacciono, pero lo hizo tarde. Intente llegar a la oficina de Carlos pero no pude, Damián me tomo del cabello y me lanzo hacia una pared. Sentí como mi frente golpeaba en seco la superficie dura y fría de la pared, seguí gritando para que Carlos me escuchara.

-¿Dónde está?- grito a mi oído, volviendo a lanzar mi cabeza contra la pared.- Dímelo.- siguió gritando.

-¿Emily?- escuche la voz confundida de Carlos, escuche como le gritaba a los chicos de la oficina que llamaran a la policía.- Suéltala maldito.

Carlos tomo a Damián por los hombros y lo lanzo sobre el escritorio de Catalina, la recepcionista de la Oficina, antes de que Damián se levantara Carlos se quito lo que quedaba de la ropa que le pudiera causar daño, sabía lo que hacía. Cuando Carlos se logro levantar empezaron a golpearse, las cosas volaban por toda la recepción, Robert, uno de los chicos que estaban ayudando, intento separarlos, pero no lo lograba. Sentí las manos de Catalina intentando levantarme del suelo, en donde estaba llorando y gritándole a Carlos.

-Bastaaa, Carlos detentee.- pero no me escuchaba, Damián lo golpeaba y el le devolvía el golpe.- Lo vas a matar, basta, por favor.

La policía entro corriendo detrás de Luis, el compañero que se había encargado de llamarlos. Ellos, tres oficiales, lograron separarlos, Damián sangraba por toda la cara, pero Carlos quería seguir golpeándolo. Solo se detuvo cuando me zafe del agarre de Catalina y me coloque frente a él y lo abrace.

-¿Emily estas bien?- me abraso y me dio un ligero beso en los labios.

Hace cerca de seis meses Carlos y yo salíamos oficialmente como pareja. Lo manteníamos en bastante secreto para nuestros compañeros de trabajo. Yo no le había comentado nada sobre Damián, Kath y los niños a Carlos, por lo cual el no sabía que estaba pasando. Recordé que tenía que decirle a Kath lo que paso, pero la asustaría, así que me despegue de Carlos, fui hasta mi bolso y tome el pequeño localizador que Max nos había dado, y marque su señal. No pasaron dos minutos y el teléfono de mi escritorio sonó, sabía que era Max.

-Max tienes que venir a la oficina, la policía, Damián y Carlos...- No me puedo tranquilizar, mi cerebro quiere contarlo todo a la misma ves, además no puedo dejar de llorar y temblar.

-Para, no te entiendo. Tienes que tranquilizarte Emily.- Estaba hablando bajo, solo para mi, intentaba tranquilizarme, su voz de transformo de tranquila a nerviosa y curiosa. - ¿Emily que pasa?

-Damián estuvo aquí.- no escuche nada en el teléfono, está segura que Max no sabía que decirme.

-¿Estás bien?- Al fin hablo luego de varios segundos de silencio.

MI JEFE ME SALVODonde viven las historias. Descúbrelo ahora