Capitulo 2

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Esto es un pequeña recompensa por haberles hecho esperar tanto tiempo entre mis novelas... Espero que les guste... y por supuesto que me dejen saber que les parece.

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Katherine (Kath)

¿Cómo había salido de la cárcel? El taxista condujo lo mas rápido posible hasta llegar a la escuela de Derek. Sabía que estaba bien, nervioso, pero bien. Había llamado a la escuela mientras llegaba y al hacerlo vi como mi niño salía corriendo hasta llegar a mis brazos.

-Derek, ¿Estás bien?- pregunte llorando.

-Si mami, no llores.- Toco mi cara  y miro por encima de mi hombro.- ¿Quién es mami?- Voltee para ver de quien se trataba y ahí estaba el, Máximo miraba a Derek con sorpresa, pero a la misma ves con compasión.

-Amor buscas tus cosas.- le dije a Derek. Cuando se fue, fui hasta donde Máximo, ¿Cómo había llegado a la escuela?, eso era lo único que pasaba por mi mente.- ¿Qué hace aquí?

-No me dijiste que tuvieras hijos y  menos que tu esposo te golpeaba.- note lo serio que estaba y en sus ojos se veía su furia.

- Eso no tenia por que decirlo y menos a usted.- Cuando escuche un frenazo cerca de donde estábamos, mire por encima de el hombro de Máximo, el auto de Damián.- No puede ser.

-¿Qué pasa?- volteo y lo vio. Sentí como me coloco detrás de él  y estoy segura que sintió como mi cuerpo temblaba.- Busca a Derek.

-Hay que llamar a la policía.- Salí corriendo para la escuela, hasta que lo escuche.

-Eres una zorra, Katherine.- Damián gritaba muy enojado.

            Corrí hasta que sentí que me tomaban del brazo con fuerza, hasta el punto de hacerme daño. Todo paso en cámara lenta, no sabía dónde estaba Max, hasta que voltee el rostro y vi como Derek era alzado por él y llevado hasta la parte trasera de su carro. Luego corrió de vuelta, tomo el cuello de Damián y empezó a golpearlo.  No me escuchaba gritarle que parara, el solo lo golpeaba y no me escuchaba. Solo lo soltó cuando la policía llego y dos oficiales los separaron.  Max lo dejo tirado en el suelo sangrando, por la nariz, la ceja derecha y la boca. Máximo tenía el cuello de la camisa rota y también sangre en la ceja, además de un morado en el ojo derecho.

            Luego de los interrogatorios  de los  policías, los cuales la profesora de mi hijo había llamado, explique la situación que estaba pasando con Damián. Deje totalmente claro que a menos que fuera  Emily, Clara, John o yo, mi hijo no podía salir de la escuela, en ese momento escuche a Máximo.

-Si no es con ellos, yo lo buscare, pero no saldrá de esta escuela con nadie más. – Camino hasta mi y coloco su mano en mi cintura, ese contacto me hacía sentir segura.- Es hora de irnos, Derek espera en el auto.

Máximo (Max)

            No podía creer que esa mujer tuviera dos hijos, menos que por esa mujer casi mato un hombre a golpes. Cuando vi que intentaba golpearla y frente a su hijo no me pude controlar. Yo viví lo mismo cuando era niño, muchas veces escuche como mi madre ahogaba los gritos de dolor  para que mis hermanos y yo no escuchábamos cuando nuestro padre la golpeaba, pero  yo si me daba cuenta, yo si la escuchaba.

-Gracias- Esa voz me saco de mis recuerdos, esa voz de niño pequeño desde el asiento de atrás de mi auto me volvió a la realidad.

-De nada amigo- lo mire  por el espejo retrovisor y me sonrió. Mire hacia mi derecha, Katherine intentaba no hacer ruido mientras las lagrimas salían de sus ojos, en silencio. Detuve el auto en un pequeño parque. Ella me miro confundida y pude ver la sorpresa en sus ojos, voltee a ver a Derek.- ¿Qué tal si mami y yo hablamos mientras tu vas a jugar, y luego iremos a buscar a tu hermanita?

-¿Puedo mami?- Note esa pequeña mirada de esperanza en los ojos de Derek, esa mirada de niño que derretía corazones, que logro sacarme una sonrisa y a Katherine también.

-Si cariño, con mucho cuidado, por favor.- dijo aguantando un sollozo.

            Cuando Derek bajo del auto ninguno dijo nada. Solamente  me deje llevar  por mi instinto, mi impulso de protegerla. Solté mi cinturón de seguridad y me acerque a abrazarla. Sentí como se tensaba por mi contacto y luego se relajo, poniendo su cabeza sobre mi pecho y comenzó a llorar. ¿Desde cuándo sentía esto por mi asistente? ¿Por qué no quería soltarla?

MI JEFE ME SALVODonde viven las historias. Descúbrelo ahora