32 - ¿Por venganza?

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Sacaron a Frank y lo ataron a uno de los árboles fuera de la cabaña, a la luz del día sus cicatrices eran mucho más evidentes. Había sido golpeado por un rayo, o quizás más. Willy había escuchado de la ira de los dioses pero jamás creyó llegar a verlo.

—¿Dónde está el resto del oro? —preguntó el albino por tercera vez, ahora amenazando a Frank con su propia espada

El ex guerrero solo sonrió con superioridad, no luchaba contra ni intentaba huir y eso no era una buena señal.

—Fargan, ve por los demás —ordenó Willy sin despegar su mirada de los ojos de Frank

El moreno dudó si era buena idea dejar a Willy solo, pero no era el momento de llevarle la contraria, además sabía que a su amigo aún quedaban 2 botellas con pociones, y la espada debería ser ayuda suficiente.

—Sabía que Alexito me reemplazaría algún día, solo que pensé que tendría mejores gustos —dijo Frank en tono burlón

—La vida de Alex ya no te incumbe, especialmente si estas a punto de matarlo, y de matarnos a todos —respondió llenando cada palabra de odio

—Uh no te calientes Guillermito, no quiero matar a nadie. Evacuen el pueblo y ya está, la explosión no puede ser demasiado grande, nadie los obliga a quedarse aquí, viviendo sobre un tesoro.

El cielo gris se tornaba cada vez más oscuro, se escuchaba el crujir de las nubes anunciando algo malo.

—¿Para qué demonios quieres el oro Frank? —preguntó ya irritado

—Ya te lo dije, para hacer todo lo que TU planeaste ¿o tu maravillosa vida de héroe ya te hizo olvidar las cosas que prometíamos en el orfanato? —respondió con ironía y una falsa sonrisa

Harto de las tonterías cogió la espada y con un rápido movimiento hizo un corte superficial en el pecho del ex guerrero —¿DÓNDE LO ESCONDISTE?

—Uuu este es el Guillermo que quería ver

—Estas a punto de matar a miles de personas, de dejarlos sin nada ¡Y ni siquiera te molesta!

El suelo comenzó a temblar de nuevo, Frank aprovechó la distracción para comenzar a desatarse del nudo que lo mantenía contra el árbol. Entre la adrenalina y la lucha por evitar que el otro huyera, las pociones que el albino llevaba cayeron al suelo mezclándose entre ellas y envolviendo a ambos en un denso humo negro.

Ambos cerraron los ojos intentando protegerse, aunque al abrirlos cada uno se encontró con cosas diferentes. Frank sintió en primera persona el pánico de Willy cuando Ramiro fue asesinado, vio su sufrimiento durante sus años en la hermandad, sintió su alegría al volverse un guerrero de Karmaland y su preocupación los últimos meses cuando los problemas en la mina comenzaron.

Mientras tanto Willy se encontró decepcionado, en un cuarto en Lucero, rodeado por personas enmascaradas que no hacían más que promesas vacías. Estaba fúrico y se sentía perdido, hasta que una chica en máscara verde tomó su mano y lo guio por un pasillo hasta salir a una especie de viñedo. Allí reían, solo aparecían cierta parte de las conversaciones, pero ella hablaba sobre empezar de nuevo y ayudar a los demás. La sonrisa de la chica lo hacía sentir seguro y feliz, aun cuando volvieron a la despreciable guarida de la hermandad.

Entonces toda la felicidad fue remplazada por agonía al ver a la chica siendo cruelmente golpeada por otros hermanos oscuros. La tomó en sus brazos y la acarició con gran delicadeza, Willy ya conocía aquella sensación de dolor e impotencia. Luego todo se convirtió en ira, la adrenalina corría por sus venas mientras asesinaba a los tres enmascarados que habían acabado con la vida de la chica.

Nuestros recuerdos - KarmalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora