Capitulo 18

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Domingo 19 de agosto

-Hola-escuche la voz de Mia al otro lado del teléfono al contestar.

Me había llamado a las 10:00 am desde su celular el cual le regrese hace unos días.

-Hola- conteste medio adormilado, pues recién me acababa de despertar por el sonido del teléfono.

-¿Estás ocupado?- pregunto con una voz dulce.

-No, de hecho recién me levanto- confesé.

-¿Podemos hablar?- cuestionó tímida.

-Es lo que estamos haciendo.

-En persona- aclaró.

-¿Quieres que nos encontremos en algún lugar en especifico?- pregunte.

-De hecho estaba pensando en que vengas a mi casa- contestó.

-Bueno ¿A que hora quieres que vaya?

-¿Puedes ahora?

-Claro, me cambio y voy para allá- avise.

-Esta bien, te espero- respondió para luego colgar el teléfono.

Me coloque las tenis negras que tenían una raya blanca en medio, un pantalón negro y un polo blanco con una imagen mediana en ese, era una mano sosteniendo un cuadro color gris y dentro tenia una palabra indescifrable de color celeste, estaba por salir hasta que note el frio que hacia así que regrese y me puse una chompa color beige con rayas negras para poder salir.

Busque las llaves y encendí la moto para dirigirme a la casa de Mia, al cabo de 20 minutos ya me encontraba tocando la puerta de su casa, al tocar la puerta escuche unos pasos apresurados provenientes del segundo piso.

-Creí que demorarías un poco más- hablo al abrir la puerta.

La observe de pies a cabeza, ella traía puesto un pantalón celeste, un polo azul y una correa negra, tenia el pelo suelto haciendo que sus risos sean notorios.

Que bella se ve

-Vine lo antes posible- respondí con una sonrisa.

-Te ves adorable- confeso en una sonrisa tierna.

-¿Qué?- pregunte riendo.

-Creo que es tu chompa la que te hace ver enormemente tierno- contesto en una risa.

-Hace mucho frio, así que no me importa verme tierno, no me la quitare.

-Jamás dije que te la quites, te queda bien- aclaró.

-Bueno.

-Entra- indico abriendo la puerta.

Ingrese a la casa y me senté en el sofá gris de la casa, mire a todos lados para ver si su mamá se encontraba en casa, pero no había rastro de su mamá, supongo que solo somos ella y yo.

-¿De que querías hablar?- pregunte cuando ella se sentó a mi lado.

-No te di las gracias por lo que hiciste por mi ese día.

-No es necesario, no lo hice para que me agradezcas, solo estaba preocupado por ti y no dejaría que nada malo te pase- aclare.

-Aun así te quiero agradecer, gracias por sacarme de ahí, gracias por llevarme a tu casa, dejar que duerma en tu cama, por llevarme el desayuno y por traerme a mi casa a salvo.

-No dejare que nada malo te pase- asegure.

-Gracias y también quería hablarte de algo más- agrego en un suspiro.

La Chica De La FeriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora